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    Oportunidades históricas para la transformación urbana de CDMX

    q11** Eduardo Ramos
    El pasado jueves 18 de febrero asistí a la Cumbre de Inversión de Bienes Raices USMX en la ciudad de Nueva York, un evento organizado por The United States-Mexico Chamber of Commerce y la revista Inmobiliare LATAM. En lo personal, como mexicano en el extranjero, siempre es grato ver el interés de desarrolladores y fondos de capital en las oportunidades de inversión que se anticipan en México. Hubo paneles y presentaciones acerca de tendencias y estrategias de crecimiento sostenible, movilidad, peatonalidad, sobre desarrollos de usos mixtos y la creciente demanda por la excelencia en el desempeño sísmico, energético y ambiental. Pero destacaron dos intervenciones que atañen a los retos que atraviesa y las oportunidades que se le presentan a la Ciudad de México: “El Futuro de los Desarrollos Urbanos en México: Ciudades Nicho y Diversificadas” por Eugene Towle, Director de Softec & La Joya del Desarrollo Inmobiliario, y “NAICM: Posibles Usos y Oportunidades en el sitio del AICM” por Dr. Salomon Chertorivski, Secretario de Desarrollo Económico del Gobierno de la Ciudad de México.  qwsx21
    Eugene Towle de Softec, enlistó una serie de paralelismos entre la situación económica y social de Estados Unidos en la década de los 40 y el México de hoy. En la época de la posguerra es cuando empieza el crecimiento de la clase media y la explosión demográfica de los baby boomers en este país. El paralelo es que en México, 50% de la población se encuentra entre los 26 y 46 años, son económicamente activos, en vías de añadirse a la clase media y de tener familias. Como resultado, vendrán el aumento al PIB y la demanda de espacios para vivir, trabajar y jugar, lo cual implica nuevas oportunidades de desarrollo en varias ciudades de la República Mexicana. En Estados Unidos, la respuesta a estas necesidades se inspiró en la presentación de Futurama, en la Feria Mundial de Nueva York en 1939: la ciudad diseñada para el automóvil. Autopistas y vehículos agilizan el éxodo de los centros urbanos, fomentan la dispersión territorial ilimitada del suburbio y un consumo exacerbado de recursos con serias consecuencias ambientales y sociales; un paralelismo que esperamos no repetir. Entonces, ¿qué principios de diseño seguirán los desarrollos en México? ¿Cómo van a integrarse los diferentes intereses de gobiernos, desarrolladores y comunidades?
    Para empezar a contestar estas preguntas, me refiero a la presentación del Maestro Chertorivski, quien se enfocó en la histórica oportunidad de transformación urbana para la Ciudad de México que se puede dar con el cierre del actual Aeropuerto Internacional proyectado para el 2020, con la apertura del Nuevo Aeropuerto.
    Para entonces, quedarán disponibles para su desarrollo 710 hectáreas a 7 km del Centro Histórico. Lo interesante es que el Secretario presentó al grupo de inversionistas y desarrolladores extranjeros una oportunidad de inversión que tendrá que responder e integrar la opinión y las demandas de las comunidades aledañas al aeropuerto. Presentó La Opinión de la Ciudad, http://laopiniondelaciudad.mx/, proyecto de la actual administración para escuchar a diferentes grupos de colonos y hacer ciudad, cuyos resultados se han hechos públicos a partir de marzo.
    Y es aquí donde vislumbro el inicio de un cambio histórico en el proceso del planteamiento, desarrollo e implementación de las grandes obras de infraestructura y proyectos urbanos en el país, un proceso que históricamente ha estado sujeto a periodos sexenales, intereses particulares y sin estructura legal, financiera e institucional que garanticen continuidad y adaptabilidad. Me parece alentador que a 5 años de que pueda realizarse cualquier intervención en el sitio se inicie un proceso inclusivo de planeación urbana.
    zaz22Un ejemplo que citó el Secretario y que muestra los posibles riesgos para el desarrollo económico e inmobiliario es el aeropuerto de Tempelhof en Berlín, donde a través del voto se manifestó la desconfianza de la ciudadanía en los intereses gubernamentales y privados y se decidió dejar el aeropuerto tal y como está, sin desarrollar. Queda por el momento como un parque público, muy popular y protegido por una ley de conservación.
    Ahora conoceremos a detalle lo que opina la ciudad y debemos estar pendientes de las estrategias de planeación, implementación y herramientas legales e institucionales que garanticen la continuidad. Ojalá sea el inicio de una nueva era de hacer ciudad, de un urbanismo social incluyente, que agilice la conectividad, fomente movilidad, riqueza, felicidad, prosperidad y auge económico y ambiental.

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