José Antonio Romero, subdirector de sustentabilidad de Fibra MTY, informa que es relevante tener en cuenta los siguientes puntos si se quiere que un inmueble sea cero neto.
1. Contar con un inventario de emisiones: “Derivados del consumo de combustibles, ya sea por autogeneración de energía eléctrica, para la calefacción y calderas, las plantas de emergencia y por quema de combustibles fósiles.
2. Medir los consumos energéticos de electricidad comprada, que son emisiones indirectas, primordialmente las que emiten los inquilinos.
3. Identificar la ruta hacia el Net Zero por parte de la organización con el fin de alcanzar esa reducción del 90% de sus emisiones.
Por su parte, Karen Mora, directora de Sostenibilidad de FUNO, concuerda con José Antonio, en el sentido de que la ruta hacia la descarbonización se basa en la etapa de medición en los edificios por un año, ya que es importante saber cuánto se genera o se consume para conocer el porcentaje a reducir.
Posteriormente, Mora sugiere que un edificio entre a la fase de las energías renovables, y en México existen dos vertientes: paneles solares o turbinas eólicas. En este punto, la limitante que tienen las FIBRA´s es que solo pueden producir 500 megas al año.
En México, las Centrales Eléctricas con capacidad mayor o igual a 0.5 MW y las Centrales Eléctricas de cualquier tamaño representadas por un Generador en el Mercado Eléctrico mayorista requieren permiso otorgado por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para generar energía eléctrica en el territorio nacional, según el artículo N° 17 de la Ley a la Industria Eléctrica (LIE).
“Si bien esos 500 megas te sirven para un centro de distribución logístico, no te sirven para una nave industrial de manufactura ligera; y eso es uno de los temas que hay que ver ahorita que está de moda el nearshoring porque a esas empresas necesitan disponibilidad de energía y en renovable solo le podemos dar 500 megas”, menciona Karen Mora.
Repercusión del cambio climático en los edificios
Si bien los mares, océanos, flora y fauna están siendo afectados por el cambio climático, los edificios también sufren las consecuencias de este fenómeno.
“De los sectores que viven el cambio climático más de cerca es del de bienes raíces […] Las propiedades son las primeras que enfrentan las tormentas tropicales, las inundaciones y la sequía”, destaca Karen Mora.
En México, un reciente acontecimiento del cambio climático fue el huracán Otis, categoría 5 (la máxima en la escala de Saffir-Simpson), que en un principio fue considerado tormenta tropical, e impactó la madrugada del 25 de octubre de 2023, en la Costa Grande de Guerrero; De acuerdo con el Gobierno Federal, este desastre natural dejó al menos 274 mil viviendas y 600 hoteles afectados.
Es importante destacar que si bien una fibra inmobiliaria puede instalar una toma de captación de agua pluvial o cualquier otro componente que ayude a no afectar más el medioambiente, las repercusiones del cambio climático se pueden visualizar.
“Hay muchas soluciones que el mismo cambio climático nos ha dicho que no funcionan. Las ondas de calor nos afectan, en Mérida y Celaya nos obligan a tener los aires acondicionados prendidos y eso consume más energía”.
Por Rubi Tapia
Es un fragmento del artículo La ruta de las FIBRA´s hacia Net Zero en México de la edición 142 https://inmobiliare.com/digital/INMOBILIARE-142.pdf