La creciente demanda de vivienda en la Ciudad de México (CDMX) ha puesto en el centro del debate la dicotomía entre densificar las zonas urbanas y expandir la solicitud urbana hacia la periferia.
En entrevista para Inmobiliare, Jorge Combe, CEO de DD360 y Monopolio.com.mx, resaltó que la densificación en cualquier parte del mundo beneficia a todos a los ciudadanos, ya que pueden aprovechar los espacios, áreas comunes y crear convivencia, pero siempre y cuando se tengan un límite.
“Por ejemplo, si edificó una mega torre en donde terminan colapsando los elevadores ya le estamos restando valor. En el caso de una ciudad, si densifiqué muy por encima de lo que soporta la zona, en cuanto tráfico, agua, servicios públicos, comercios, etc., se detiene; por lo que se tiene que tener restricciones”.
Dicha propuesta de construir de manera vertical tiene como beneficio que las personas estén a 20 minutos de su lugar de trabajo y/o servicios, creen comunidad y sobre todo que tengan relaciones humanas.
Falta de vivienda complica la densificación urbana en CDMX
Jorge Combe explicó que la producción de vivienda es un reto, ya que desde la década de los noventa hasta el 2017 aproximadamente se generaban alrededor de 25 mil viviendas anuales, y en los últimos años esta protección se redujo significativamente en un 60 por ciento.
En este sentido, destacó que se debe a diversos factores, entre los que se destacan las restricciones gubernamentales, entre los trámites burocráticos y las regulaciones excesivas encarecen y alargan los procesos de constricción superando los 10 años.
“Agilizar trámites, simplificar los procesos administrativos para reducir los tiempos de construcción es fundamental, así como la flexibilización de las normas que permitan una mayor densificación. La inversión en infraestructura, llámese transporte público o servicios en zonas densas garantizan una buena calidad de vida”.
Sumado a lo anterior, los incrementos en los costos de construcción, principalmente en los precios de los materiales como el cemento y acero, que prácticamente incrementaron 50 y 70 por ciento, y la tierra, ha generado un encarecimiento de la vivienda.
Por último, la falta de visión de ciudad ante la ausencia de una planeación urbana integral, dificulta la implementación de políticas efectivas para promover la densificación.