En la Patagonia chilena, el uso de Materiales de Cambio de Fase (PCMs) se ha vuelto crucial para mejorar la capacidad de almacenamiento térmico en viviendas. Estos materiales buscan optimizar la temperatura interior y reducir el consumo energético para acondicionamiento de espacios.
Un estudio reciente propone una metodología que analiza tanto variables detalladas como el estado del PCM, flujo de calor y temperatura, además de variables macroscópicas como la temperatura ambiente y el uso energético anual. Este enfoque detallado permite entender mejor el comportamiento de los PCMs y detectar condiciones operativas no deseadas que podrían influir en la selección de un PCM para mejorar la envolvente térmica.
Implementación en Coyhaique
La metodología fue aplicada en un caso específico: un piso radiante en una casa de madera en Coyhaique, Patagonia chilena. El modelo de la vivienda se realizó con DesignBuilder y se validó con mediciones in situ. Se evaluaron 23 PCMs orgánicos con temperaturas de fusión de 11 °C a 44 °C y diferentes espesores. 
Resultados del estudio
La reducción más significativa en el uso de energía para calefacción fue del 2.8% con una temperatura de fusión de 42 °C. Además, la disminución máxima en horas de incomodidad térmica fue del 27% con un PCM de temperatura de fusión de 44 °C.
Análisis detallado
El análisis integrado de flujo de calor y estado del PCM permitió detectar combinaciones de materiales y espesores que, aunque mostraban variables macroscópicas favorables, no se comportaban como se esperaba. Esto subraya la importancia de seleccionar cuidadosamente los PCMs para mejorar la inercia térmica de los pisos calefaccionados.
El estudio evidencia que una selección adecuada de PCMs puede generar ahorros energéticos y mejoras en el confort térmico, siempre que se realice un análisis exhaustivo más allá de las variables macroscópicas.
Para desarrolladores e inversionistas en real estate sustentable, estos hallazgos son críticos para mejorar la eficiencia energética y el confort en regiones frías como la Patagonia chilena, alineando los portafolios inmobiliarios con criterios ESG y mejores prácticas de sustentabilidad.
