Boston está aprovechando la vivienda asequible como motor de transformación urbana al combinarla con nuevas bibliotecas públicas en tres barrios: West End, Uphams Corner y Chinatown. La ciudad responde así a un escenario de rentas históricas, escasez de suelo disponible y edificios cívicos envejecidos.
Joe Backer, oficial de desarrollo de la Alcaldía de Vivienda, explica que las bibliotecas son activos muy valorados en los vecindarios y que existe un impulso claro por replantear cómo el suelo y los edificios públicos pueden también resolver la demanda habitacional.
Contexto: usos mixtos y suelo público en un mercado tensionado
El plan de Boston se inscribe en una tendencia de regreso a los desarrollos de usos mixtos, donde la vivienda convive con equipamientos cívicos como bibliotecas, centros comunitarios o clínicas. En un mercado donde la tierra es escasa y cada metro cuadrado cuenta, combinar funciones permite densificar, sostener servicios públicos de calidad y crear vecindarios más caminables.

El mensaje de fondo: el suelo público ya no se ve sólo como infraestructura de servicio, sino como palanca para política de vivienda y regeneración urbana.
Impacto comunitario: densidad, sostenibilidad e identidad de barrio
Para Katharine Burgess, vicepresidenta de Smart Growth America, este modelo no sólo mejora la eficiencia del uso de suelo. También densifica, apoya objetivos de sostenibilidad y fortalece la identidad de los barrios al integrar vivienda con espacios cívicos que generan comunidad.
David Leonard, presidente de la Biblioteca Pública de Boston, subraya que las bibliotecas han dejado de percibirse únicamente como edificios de libros. Hoy se valoran como nodos cívicos, conectados con otros servicios públicos y, cada vez más, con proyectos de vivienda y espacios comunitarios.
En la práctica, esto significa que el residente no sólo tiene un departamento, sino acceso inmediato a servicios culturales, educativos y sociales, lo que eleva el valor urbano del conjunto, más allá de los metros cuadrados.
Proyectos clave: West End, Uphams Corner y Chinatown
Desde 2018, Boston explora la combinación de vivienda y bibliotecas mediante una alianza entre el Housing Innovation Lab y la Biblioteca Pública de Boston. Los proyectos en marcha comienzan a aterrizar esta estrategia.
En Uphams Corner, el desarrollador Civico Development, liderado por Taylor Bearden, impulsa un proyecto que integrará una nueva biblioteca con 33 unidades de vivienda asequible. El esquema está diseñado para atender a residentes locales y mantener accesible un barrio sujeto a presión de precios.
En Chinatown, uno de los barrios con mayor carga histórica y de desplazamiento en la ciudad, se construirá una nueva sucursal de biblioteca en Hudson Street acompañada de 110 departamentos asequibles. La comunidad ha esperado casi siete décadas por contar con una biblioteca permanente, por lo que el proyecto tiene un componente simbólico y de restitución urbana relevante.
Regulación y visión de largo plazo
El giro de Boston no es sólo de proyecto, también de reglas. La ciudad aprobó recientemente una ordenanza que obliga a evaluar primero el potencial de vivienda asequible en edificios vacantes de propiedad municipal, antes de considerar otros usos.
Solomon Greene, del Lincoln Institute of Land Policy, plantea que este cambio forma parte de una nueva forma de entender los activos públicos: no sólo como patrimonio inmobiliario, sino como plataformas para impulsar equidad, acceso a vivienda y cohesión social.
En términos de desarrollo urbano, estas iniciativas representan un regreso a una lógica donde la mezcla de vivienda y equipamiento cívico es el corazón del barrio. La integración de bibliotecas y vivienda asequible permite a las ciudades activar suelo público estratégico, sumar densidad donde hay infraestructura, y anclar proyectos de equidad en espacios que ya son puntos de encuentro comunitario.