La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) evaluó la Estrategia Nacional de Identidad Digital de Chile y concluyó que el país ha avanzado de manera significativa, pero aún enfrenta desafíos clave para consolidar un sistema robusto, seguro y plenamente interoperable.
El análisis se presenta en el informe “Implementación de la Estrategia Nacional de Identidad Digital de Chile: Perspectivas de experiencias de países”, donde se detallan las recomendaciones para la siguiente fase de ClaveÚnica.
ClaveÚnica: avance masivo, retos pendientes
La identidad digital de Chile, ClaveÚnica, se introdujo en 2010 y fue reconocida como credencial nacional en 2017. En 2022, el gobierno contrató a Idemia para apoyar su actualización y expansión.

Hoy, más de 15 millones de personas utilizan ClaveÚnica para acceder a más de 1,700 servicios públicos en línea. A pesar de esta escala, el sistema enfrenta retos como:
- Riesgos crecientes de fraude digital.
- Falta de plena interoperabilidad entre plataformas y entidades.
- Necesidad de reforzar la confianza y la experiencia de usuario.
En términos de política pública, Chile ya tiene la cobertura; ahora necesita consolidar la calidad, seguridad y gobernanza del sistema.
Recomendaciones de la OCDE: gobernanza, seguridad y apertura al sector privado
La OCDE plantea varias líneas de acción para fortalecer ClaveÚnica:
- Ampliar la participación de las partes interesadas. Involucrar de forma más estructurada a ministerios, organismos reguladores, sector privado, sociedad civil y usuarios finales en el diseño y evolución del sistema.
- Fortalecer el liderazgo institucional. Definir con claridad quién lidera, quién regula y quién ejecuta, para evitar solapamientos o vacíos en la gobernanza de la identidad digital.
- Mejorar la seguridad con autenticación multifactor. Incorporar esquemas más robustos de autenticación (por ejemplo, factores biométricos o dispositivos físicos), reduciendo la vulnerabilidad ante robo de contraseñas.
- Abrir espacios a la colaboración privada. Permitir que bancos, fintech, aseguradoras, proptech y otros sectores puedan integrarse al sistema, siempre bajo estándares estrictos de seguridad y protección de datos.
La lógica es migrar de una identidad digital usada principalmente para trámites públicos, a una infraestructura transversal que soporte transacciones críticas en múltiples sectores.
Modelo híbrido e integración regional
El informe recomienda que Chile adopte un modelo híbrido de identidad digital, donde:
- El gobierno conserva las funciones esenciales: emisión, estándar, supervisión y protección de datos.
- El sector privado participa como integrador, proveedor de soluciones y usuario intensivo del sistema.
En paralelo, Chile ha mostrado interés en participar en un sistema de identidad digital transfronterizo dentro del Mercosur, lo que abriría puertas a:
- Verificación de identidad entre países de la región.
- Facilitación de comercio, servicios financieros y movilidad.
- Operaciones digitales con menor fricción para ciudadanos y empresas.
Referentes internacionales: Estonia y Suecia como brújula
El estudio de la OCDE toma como referencia casos consolidados:
- Estonia, con un modelo de identidad digital totalmente integrado a servicios públicos, bancarios y comerciales, donde la identidad digital es la base del día a día.
- BankID en Suecia, liderado por el sector financiero, que se convirtió en estándar de facto para transacciones digitales, contratos y servicios.
Estos ejemplos muestran el potencial de ClaveÚnica si Chile logra cerrar las brechas actuales: un sistema usado no sólo para trámites, sino como pieza central de la economía digital.
Impacto en el mercado inmobiliario digital y las proptech
La consolidación de ClaveÚnica bajo las recomendaciones de la OCDE puede tener efectos directos en la digitalización del mercado inmobiliario en Chile:
- Mayor confianza en transacciones digitales. Firmas de contratos de arrendamiento, compraventa y gestión de créditos hipotecarios podrían validarse con identidad digital robusta, reduciendo fraudes y costos de verificación.
- Aceleración de modelos proptech. Plataformas de renta, compra, crowdfunding inmobiliario y administración de activos tendrían una capa estándar para identificar usuarios, inversionistas y propietarios.
- Mejor experiencia de usuario. Menos fricción para registrarse, validar identidad y completar procesos en línea, lo que aumenta la probabilidad de adopción masiva de soluciones digitales.
- Formalización del mercado. Un sistema de identidad confiable facilita trazabilidad, cumplimiento normativo y registro adecuado de operaciones, clave para atraer capital institucional.
Para startups y corporativos en proptech, seguir de cerca la evolución de ClaveÚnica no es sólo asunto regulatorio. Es una oportunidad de diseñar productos que se integren directamente con la identidad digital nacional y se posicionen como infraestructura clave en el mercado inmobiliario digital chileno.
Si Chile avanza en la línea de Estonia o BankID, el impacto no será sólo administrativo: puede redefinir cómo se comercializan, financian y gestionan los activos inmobiliarios en el país y, eventualmente, en la región.