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    Construyendo ciudades colectivas

    “El ser humano no debe desprenderse de sus impulsos primigenios, de su ser biológico. Debe recordar que él mismo proviene de un principio natural y que la búsqueda de su morada no puede desligarse de sus raíces; es decir, debe evitar que su hábitat sea antinatural”.

    Javier Senosiain, arquitecto.

    México es un país que se encuentra cerca de superar los 120 millones de habitantes; según cifras del INEGI, en 2015 su población ascendía a 119 millones 530 mil habitantes, de los cuales, casi el 80% habita ciudades.
    La República Mexicana, cuyo futuro está en las urbes, cuenta con 59 zonas metropolitanas que en mucha o poca medida enfrentan problemas por falta de un desarrollo urbano ordenado y planeado. Espacios que han cambiado con el paso del tiempo y la historia, las ciudades en México son dispersas, con una regulación complicada y poca comunicación.
    Diariamente, miles de ciudadanos péndulo viajan desde sus ciudades dormitorio hacia las ciudades centrales, pues las áreas donde residen carecen de lo necesario para que ellos puedan trabajar o realizar sus actividades diarias, y con ello, habitar y aportar al entorno cercano a su vivienda. El resultado, no sólo son ciudades fantasmas como las que rodean a Morelia y Ciudad de México, esta dinámica cotidiana también ocasiona que las centralidades se encuentren semipobladas y que su infraestructura se deteriore a una velocidad más rápida, pues el transporte público o los servicios básicos como el agua no están diseñados para sostener a las miles de personas que llegan durante el día y abandonan la ciudad durante la noche, y ni hablar del desarrollo económico disparejo, la contaminación, el caos vial y la pérdida de horas hombre y calidad de vida para todos los involucrados.
    Un crecimiento demográfico acelerado ha ocasionado que este fenómeno no sólo sea un problema en México, las dificultades de la urbanidad moderna han impactado a todos los países del mundo, desarrollados y subdesarrollados, de ahí que el desarrollo urbano sustentable haya sido escogido como el camino a seguir, como la solución para lograr un futuro más armonioso entre los habitantes urbanos y del campo, entre la propia ciudad y el entorno rural.

    Ciudad es vivienda, es hábitat
    Uno de los grandes errores que se han cometido en suelo mexicano es que, si bien se ha construido vivienda, no se ha construido ciudad, acción que ha provocado una expansión desmedida de las periferias urbanas.
    Para Lamudi, el desarrollo urbano sustentable se plantea como un paradigma viable, pues se ha configurado como un concepto multidimensional que, partiendo de un enfoque social, económico y ambiental, plantea el crecimiento y desarrollo del presente sin afectar al futuro, pensando a la ciudad como un espacio de integración social que brinde calidad de vida a sus habitantes, y tomando en cuenta que no se puede planear una urbe sin incluir a la colectividad que la habita.
    La nueva agenda urbana firmada en Quito, durante Hábitat III, sentó las bases de una nueva visión global, donde se parte del entorno natural para la creación de un nuevo sistema de vida para los hombres. Las ciudades ahora son vistas como el mayor medio ambiente a transformar, son organismos palpitantes que deben crecer con equidad siguiendo un diseño participativo, responsable y consciente.blank
    En México, cada vez son más las ciudades que buscan incorporar la sustentabilidad en su planeación; también cada vez son más las inmobiliarias y desarrolladoras que saben que integrar esta visión a sus desarrollos o edificios es ofrecer no sólo una vivienda, sino una experiencia de vida que contribuya a la sociedad al tiempo que cierra brechas de desigualdad.
    Ciudades como Mérida o Guadalajara van incorporando a su paisaje urbano el concepto de arquitectura sustentable y funcional. En el Estado de México y Guanajuato la influencia de la arquitectura orgánica, aquella que busca ver el conjunto de la vida y hacer de la construcción parte de la composición del paisaje natural, se ve en las obras levantadas gracias a mentes como la del arquitecto Javier Senosiain, que ha dejado huella permanente en los espacios en los que sus construcciones surgen como un árbol más en el paisaje.
    El concepto de ciudad del futuro o del presente se extiende y se diversifica; ahora se busca crear ciudades resilientes que se adapten a los cambios y fenómenos naturales al tiempo que dotan a sus habitantes de entornos justos, equitativos, creativos e innovadores.
    Comunidad urbana: sueño y reto 
    La visión propositiva corre por las venas mexicanas; no por nada, hace casi siete siglos, en el lejano 1325, un pueblo prehispánico recién llegado a un gran valle lleno de agua creó uno de los primeros ejemplos de sustentabilidad blankurbana: la ciudad de México-Tenochtitlán y sus chinampas fundaron un sistema de vida en donde la naturaleza y el hombre vivían en armonía y equilibrio.
    Siglos más tarde, la vecindad mexicana surgió como la mezcla de la casa prehispánica y el convento novohispano buscando ser un espacio dentro del cual los habitantes eran parte de una colectividad, dotando a la vivienda de la función social que debe tener.
    Para el portal inmobiliario Lamudi, el nuevo urbanismo enfocado a la sustentabilidad tiene que rescatar estos conceptos al tiempo que los dota de nuevos contenidos que permitan el resurgimiento de los espacios comunitarios que la modernidad buscó eliminar durante mucho tiempo.
    La inmensidad citadina requiere la creación de microcosmos, de un territorio propio que permita que los ciudadanos del hoy recuperen la sensibilidad colectiva y humana. En las comunidades planeadas y los usos mixtos se vislumbra una nueva aportación para recrear el sentido de identidad de barrio que tanto caracterizó a las ciudades mexicanas de inicios del siglo XX.
    El sector inmobiliario mexicano ha sabido recibir y responder a las necesidades del mercado: la vivienda vertical con amenidades que enriquecen el estilo de vida de sus habitantes, los usos mixtos y sus combinaciones infinitas, centros comerc i ale s con v iv ien d a , con oficinas, con centros de salud, espacios recreativos, deportivos, de entretenimiento han ido tomando cada vez más fuerza.
    En Monterrey, Guadalajara, Puebla y Querétaro ya son una realidad y se vislumbra que para este 2017 sean una tendencia que llegue a las principales ciudades de la República, como parte del antídoto para frenar la expansión de las manchas urbanas y evitar el desplazamiento humano al tiempo que se revitaliza el espacio urbano.
    Las comunidades planeadas que permitan a sus habitantes desempeñarse en ellas, en lo personal y profesional, van tomando fuerza como el complemento ideal a los nuevos planes de desarrollo urbano que buscan rescatar las centralidades y crear nuevos hábitats humanos, pues el camino de la urbanización es irreversible y por tanto debe ser inteligente.
    En Lamudi vemos un serio compromiso del sector para crear comunidad, compromiso al que nos sumamos, pues pensamos que contribuir a la construcción tanto física como imaginaria de una comunidad mexicana que aporte al presente, construyendo un buen futuro, es responsabilidad y tarea de todos.
    Para mayor información revisa el articulo completo en:
    http://www.lamudi.com.mx/informe-mercado-inmobiliario-2017/
    Por Lamudi

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