Las diferentes certificaciones no se limitan a edificios corporativos, también tienen participación en el segmento industrial y cada vez más desarrolladores están optando por construir espacios con el equipamiento necesario para eficientar el uso de agua, energía, entre otras.

Con este tipo de edificaciones, las industrias dan un paso más hacia la sustentabilidad. Vesta, Finsa y Prologis son algunas de las desarrolladoras que tienen algún tipo de certificación verde.

Desde 2002, Prologis México ha diseñado y desarrollado edificios con certificación LEED. Al día de hoy, tiene 28 edificios registrados en el sitio web del USGBC. De estos, 25 ya han obtenido la certificación LEED.

A fin de disminuir su huella de carbono y fomentar las energías renovables, desde 2018, Vesta emprendió acciones para hacer sus parques industriales más sostenibles y sus edificios cuentan con la certificación LEED Silver.

En tanto, Finsa ha optado por la certificación EDGE en sus oficinas de Aguascalientes y Nuevo León, que ahorran alrededor de 30% en agua y energía.

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Las Fibras fortalecerán las certificaciones

En 2021, Fibra Uno y Fibra Prologis accedieron a financiamiento mediante bonos verdes, por sus acciones para disminuir las emisiones de sus edificios y para construir más proyectos verdes. Ambas Fibras cuentan con edificios con certificación LEED. Cabe decir que, los bonos verdes tienen ciertas ventajas, pues la deuda adquirida es menos cara.

Fibra MTY también se ha preocupado por tener propiedades sustentables. Si bien, esta Fibra no edifica proyectos, ha dado prioridad a la adquisición de edificios sustentables, tal es el caso del edificio Patria y La Perla, ubicados en Guadalajara, con certificación LEED.

Asimismo, Fibra Eco está por salir a la Bolsa Institucional de Valores. Este sería el primer fideicomiso de inversión que priorizará temas ambientales, sociales y de mejor gobierno corporativo. Eco buscará que todos sus edificios cuenten con las certificaciones EDGE que están diseñadas para aplicarse en edificios nuevos y existentes.

Al final, el costo beneficio por obtener una certificación de sostenibilidad es abstracta desde el punto de vista económico, sin embargo, es un paso claro y contundente en el esfuerzo por reducir el impacto ambiental en el sector de la construcción.

De acuerdo con el IPCC (The Intergovernmental Panel on Climate Change) de las Naciones Unidas, la industria de la construcción consume la mayor cantidad de energía y genera más gases de efecto invernadero que cualquier otra actividad en el mundo. De esta manera, el ánimo por certificar es alentador y promueve la calidad de vida de toda la comunidad.

Por: Pamela Ventura, content manager de Datoz. En colaboración con Mauricio Mireles, director operativo de Convirtus.

*Nota del editor: Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Inmobiliare.

Este es un fragmento del artículo 129 https://inmobiliare.com/inmobiliare-129/