Los retos inmediatos para las ciudades y regiones industriales son: eficientar las cadenas de distribución y suministro, combatir la corrupción y la ineficiencia, así como incentivar el desarrollo urbano sustentable.
Ciudad e industria; industria y ciudad. Colocado como el 14° país con mayor extensión territorial a nivel mundial, México tiene a lo largo y ancho de su superficie, urbes y zonas industriales cuyo crecimiento y desarrollo están unidos de manera muy estrecha; tan estrecha, que la una no se entiende sin la otra.
País rico, con cuyo milagro industrial llegó también el gran proceso urbanístico. A mediados del siglo XX, México pasó de ser un país rural a un país lleno de ciudades, fenómeno que hoy en día continúa; de hecho, el INEGI ha difundido que hacia 2010 prácticamente 8 de cada 10 mexicanos habitaban ya en ciudades. La dependencia federal, además estima que este comportamiento no hará sino fortalecerse en los próximos años.
Primero fue el área metropolitana de la Ciudad de México, luego el norte del país, y hoy en día el Bajío. Estas regiones son el ejemplo perfecto de puntos en la República Mexicana que han visto en el desarrollo de una industria fuerte, un potencializador para la construcción de urbes modernas que atraen nuevos habitantes, dadas las oportunidades laborales y la posibilidad de mejorar su calidad de vida. Así, en los últimos años la actividad industrial en México se ha visto fortalecida por una oleada de inversión extranjera proveniente de distintas partes del mundo; este capital llega al país por muchas razones, pero entre ellas sobresale la posición geoestratégica que México ocupa en el mundo, sus parques industriales y la calidad de mano de obra.
Sobre la IED, en su Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI), el INEGI reportó que para mayo de 2016, la actividad industrial había crecido 0.4% con respecto al mismo período de 2015, detallando que en 2016 fueron la industria de la construcción y la manufactura los rubros industriales con crecimiento mayor al 1%.
Con fortalezas como blindaje financiero, políticas gubernamentales favorables, además de un elevado nivel de reservas internacionales, el sector industrial nacional es sumamente atractivo para las empresas trasnacionales enfocadas a las actividades industriales, los servicios financieros, bancarios y -cada vez con mayor fuerza- los servicios inmobiliarios. Santander ha revelado que en 2016 la Inversión Extranjera Directa en México superó los 26 mil millones de dólares, que si bien es una cifra muy positiva, no logró superar a la histórica cifra de 33 mil millones de dólares, lograda en 2015.
Coincidiendo con esto, dentro de la encuesta Perspectivas de la Alta Dirección en México 2017 de KMPG, se reporta una expansión operativa estimada del 58% de la inversión privada y extranjera en todo el territorio nacional, siendo la región del Bajío la que resulta más atractiva actualmente.
Industrialización a la mexicana
Con 13 tipos de industrias asentadas en sus parques y espacios industriales, lo cierto es que el nivel de especialización, servicios y tecnología que ha desarrollado el subsector inmobiliario industrial en sus espacios es uno de los grandes atractivos que las industrias extranjeras encuentran en México.
En opinión de Lamudi, hoy los espacios industriales mexicanos alcanzan fama mundial, habiendo pasado de ser parques de producción y manufactura, a parques logísticos que integran eco-tecnologías que aumentan su valor. Poco a poco, México se ha logrado posicionar como el país con el mayor dinamismo en términos de IED en América Latina, según información que difundió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), siendo sus sectores: automotriz, manufacturero y de telecomunicaciones los que resultan más atractivos por el nivel de especialización que se ha logrado alcanzar en términos de producción.
Hoy en día, la IED que atrae el país ha colocado a México en el octavo lugar del ranking de países más atractivos para invertir. Desarrollar actividades industriales en suelo mexicano resulta un gran negocio para las empresas internacionales, por la mano de obra calificada con la que cuenta el país; aunado a esto, el impulso a la innovación tecnológica y a la investigación científica que se realiza aquí, llaman la atención de manera poderosa a inversionistas nacionales y extranjeros.
En el Informe del Mercado Inmobiliario 2017 de Lamudi, damos cuenta que estados como Guanajuato, San Luis Potosí, Tijuana, Ciudad Juárez y Tlaxcala son algunas de las zonas que se han visto beneficiadas por la cada vez mayor presencia de IED y actividad industrial, ejemplificando claramente cómo un fuerte sector industrial desencadena un crecimiento demográfico y urbano de manera inmediata, pues actualmente todas viven un momento crucial tanto en su desarrollo urbano como inmobiliario. Estas ciudades acaparan la atención del sector inmobiliario, pues el potencial es enorme, ya que poseen mercados que no están saturados y se encuentran deseosos de ofertas innovadoras.
Al norte del país, Tijuana y Ciudad Juárez son ciudades que ofrecen un sinnúmero de ventajas a inversores; su paisaje urbano va cambiando conforme la industria manufacturera vuelve a creer en ella y retorna a los espacios que antaño había abandonado por las problemáticas de seguridad que se habían experimentado.
Las ciudades se estiran, crecen hacia arriba adaptándose a la verticalidad como nueva opción en espacios habitacionales; los usos mixtos llegan a estas urbes para reforzar la idea de hacer de estos destinos, lugares predilectos para el turismo de negocios, el paisaje de Tijuana y Ciudad Juárez parece cambiar, pues de ser ciudades horizontales, poco a poco se van convirtiendo en ciudades de rascacielos.
Mientras tanto, en el Bajío Mexicano, San Luis Potosí y Guanajuato entran a la competencia y refuerzan sus atractivos frente al titán de la región: Querétaro; entidad que en años anteriores acaparaba buena parte de las inversiones. Actualmente, la balanza es mucho más equilibrada y conforme la inversión industrial se ha consolidado, otros sectores han estimulado su presencia; el inmobiliario, por ejemplo, ha crecido a tal grado que la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) posicionó al Bajío como la región de mayor crecimiento inmobiliario en 2016, al acaparar el 15% del total de inversiones del sector a nivel nacional.
Tlaxcala es otro de los estados/ ciudades que poco a poco va llamando la atención de todos los sectores económicos; nuevas inversiones y nuevas empresas arriban a este territorio, impulsando la construcción de vivienda . La nueva infraestructura y las nuevas fuentes de trabajo van posicionando a Tlaxcala como una entidad y ciudad sumamente competitiva, y se espera que en los próximos años, la región industrial Puebla-Tlaxcala florezca y ofrezca una mejor calidad de vida a sus habitantes.
Epílogo
Las ciudades se transforman en las estructuras que sostienen la llegada de nuevas empresas, la instalación de modernos parques industriales a las afueras de estas urbes detona su crecimiento de manera casi instantánea, después de todo no podemos olvidar que el desarrollo urbano, residencial e industrial han sido fenómenos estrechamente ligados no sólo en México, sino en todos los países donde el sector secundario se ha convertido en fuerte detonador de crecimiento económico y social.
En Lamudi creemos que en la segunda década del siglo XXI, la manera en que se relaciona la ciudad y la industria está mutando, dando como resultado ciudades mucho más equilibradas y funcionales tanto para las empresas que se asientan en sus inmediaciones, como para sus habitantes.
Los retos inmediatos para las ciudades y regiones industriales son: eficientar las cadenas de distribución y suministro, combatir la corrupción y la ineficiencia, así como incentivar el desarrollo urbano sustentable.
Por Lamudi.com.mx