Luego del terremoto de magnitud 7.1 registrado el pasado 19 de septiembre en la Ciudad de México y en los estados de Puebla y Morelos, la vivienda de cerca de 33 millones de habitantes resultó afectada, esto equivale a un 27% de la población nacional y genera más del 30% del PIB nacional.
De acuerdo con CBRE México, los datos hasta el momento son de 44 propiedades colapsadas y 78 más enfrentan riesgos de colapso o daños importantes. De estas 78 propiedades, 35 son del tipo oficinas, comercio, usos mixtos e industrial y en la mayor parte de los casos, se trata de categorías B y/o C. Asimismo, más de 1,800 propiedades -en su mayoría de tipo residencial-, estarían seriamente dañadas, con información aún por confirmar.
Con base en sus conclusiones preliminares la mayoría de los edificios de oficinas derrumbados por el terremoto correspondían a las categorías B y C, menos del 10% del inventario clase B y C de la ciudad sufrió daños estructurales. A consecuencia, particulares y empresas iniciaron la búsqueda de espacios temporales y permanentes, incrementando la demanda de los 920 mil 190 m2 Clase A disponibles en el mercado.
Por otra parte, los espacios industriales no registraron daños significativos, sin embargo, podría registrarse una mayor demanda de bodegas y centros de distribución, lo que reduciría aún más el espacio industrial disponible en la zona metropolitana de la Ciudad de México, que actualmente mantiene una tasa de 2.9 por ciento.
En contraste, los centros y espacios comerciales ubicados en las zonas de Taxqueña y Coapa en el sur de la ciudad, registraron los mayores impactos. Edificios de usos mixtos y residenciales también resultaron afectados, en específico los ubicados en el corredor Roma-Condesa donde el terremoto derrumbó cinco edificios.
Finalmente, el sector hotelero se vio afectado con el 5% de las 52 mil habitaciones de hotel en la ciudad, las cuales reportaron algún tipo de daño, las tasas de ocupación cayeron significativamente a la semana siguiente del terremoto. No obstante, en el largo plazo, no se esperan mayores afectaciones debido a que la actividad hotelera se concentra principalmente en los viajeros de negocios.
Por su parte, CBRE México continúa evaluando el impacto que este fenómeno para el sector inmobiliario local y nacional.
Por Lyman Daniels, Presidente CBRE México
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