Tras la declaración del estado de alarma, decretado por el gobierno español a causa del COVID-19, la economía, al igual que en varios países del mundo ha sido frenada temporalmente, por lo que diversos locales comerciales y hoteles han tenido que cerrar por la baja demanda de clientes.
Sin embargo, la consultoría inmobiliaria Laborde Marcet, con sede en Madrid y Barcelona, ha señalado que el interés por las inversiones en el sector de bienes raíces ha aumentado. “En contraste con la paralización de la actividad económica que reflejan las principales vías de las grandes ciudades, el interés de inversores y family offices por la inversión inmobiliaria ha aumentado hasta un 30 por ciento en el caso de Barcelona”.
El mayor interés se ubica en la adquisición de locales comerciales prime, así como en la compra de establecimientos hoteleros. En zonas de L‘Eixample y en determinadas calles de Ciutat Vella, distritos con mayor actividad turística y concentración de empresas.
Se detalla que esta clase de activos son “un refugio ante las caídas en la Bolsa”. De acuerdo con Gerard Marcet, fundador de la compañía, la prioridad en estos momentos, es minimizar el riesgo y apostar por activos estables que vayan a garantizar una rentabilidad de, por lo menos, entre 3 y 6 por ciento.
“En cuanto esta crisis pasajera pase, el atractivo de los activos ubicados en zonas de paso seguirá siendo muy alto para los inversores. En las calles principales de Barcelona la actividad es frenética en circunstancias normales, por lo que cuando esta situación coyuntural pase”, apunta Laborde Marcet.
Aunque esperan que la actual situación se supere en un par de meses, al igual que lo hizo China; no descartan llegar a una situación económica crítica, si sectores como la moda, la hostelería y la restauración no vuelven a generar ingresos y empleo antes del inicio del verano.