El Centro de Investigación y Competitividad Turística Anáhuac (Cicotur Anáhuac), dio a conocer los posibles escenarios que el impacto del virus COVID-19 tendrá en el turismo mexicano durante el mes de abril de este año.
Debido a la contingencia sanitaria, la Organización Mundial de Turismo estimó una reducción de los viajes internacionales de entre 20 y 30%, que suponen una caída de 300 a 450 mil mdd, lo cual representa una contracción del 4%.
Por otra parte, la Agencia Internacional de Transporte Aéreo (IATA) consideró una pérdida de 252 mil mdd con niveles de reservaciones al 50% durante abril y del 40% durante mayo, así como la cancelación de dos millones de vuelos hasta el mes de junio.
Lo anterior da una visión poco favorable para el turismo nacional, el cual aporta el 8.7% del PIB, genera 14.7 mil millones de dólares en el saldo de la Balanza Turística, y es la principal fuente de empleo para jóvenes, y la segunda para mujeres del país.
De acuerdo al reporte de Cicotur, la industria turística presentaba signos de desaceleración y contracción desde 2019, ya que las llegadas de turistas internacionales no fronterizos, que generan el 85% de los ingresos, únicamente crecieron 1.9%. Del mismo modo, durante el tercer trimestre de ese año, el consumo turístico interno decreció 1.5% en relación a 2018.
En el caso del turismo interno, los tres periodos de mayor afluencia son Semana Santa, Verano y Fin de año. Durante abril, el flujo turístico por Semana Santa y Pascua es uno de los más elevados del año, siendo el segundo mes con mayor movimiento registrado durante 2017. En este sentido, tomando como referencia datos de 2017 a 2019, el centro de investigación prevé dos posibles escenarios para abril de 2020.
Un primero, en donde se cancelen el 75% de los viajes internos y el 80% de los que tienen destino a México, la reducción del consumo turístico sería de 239.2 mil millones de pesos. Mientras que en un segundo escenario menos severo, donde la cancelación de los viajes domésticos corresponda al 50% y al 80% para los viajes receptivos, la afectación económica alcanzaría los 172.9 mil millones de pesos.
Francisco Madrid, director de Cicotur, señala que la cantidad de reducción del primer escenario (329.2 mmdp) es equivalente al 84% del saldo positivo de la Balanza Turśitica en 2019; a 47 veces el presupuesto para turismo federal y a 12.3 puntos del PIB turístico. Así como a 25% más de lo que costará la refinería Dos bocas o al 1.7 veces la inversión en el tren maya.
Asimismo, el reporte destaca que los daños no se limitarán al mes de abril, y que a pesar de la resiliencia del sector, la recuperación será un proceso largo donde una de las preocupaciones principales es la pérdida masiva de empleos.
Recomendaciones para el sector
Una las razones por las que el turismo es uno de los más dañados, es que sus productos tienen una condición perecedera, a diferencia de otras industrias y servicios, pues un cuarto de hotel o un asiento de avión no pueden ser almacenados. Por otra parte, el 93% de las empresas del sector, es decir 450 mil unidades, son microempresas y tienen menos de 10 empleados, por lo que al no percibir ingresos, no podrán enfrentar sus compromisos fiscales, crediticios y laborales.
Por esta razón, Cicotur Anáhuac apuntó algunas medidas que requeridas para mitigar el impacto. Entre ellas se encuentra un plan de ayuda para los más de 4 millones de empleados de la industria y las microempresas turísticas, que contemple apoyos en aspectos laborales, fiscales, financieros y de promoción.
En el campo laboral, las empresas deberán enfocarse en defender las posiciones de trabajo permanentes, recibiendo ayuda para continuar con el pago de nóminas sin recibir ingresos. En cuanto a lo fiscal, una acción viable es el aplazamiento sin intereses de los pagos de impuestos, así como acelerar las devoluciones de los saldos a favor de las empresas. Por otro lado, es deseable la existencia de un paquete de estímulos a la inversión.
De igual manera será fundamental desplegar estrategias extraordinarias de promoción, por lo que el Cicotur propone la redirección de los recursos captados por el Derecho de No Residente para financiar la promoción turística del país.
Finalmente, otra acción necesaria es la creación de un conjunto de medidas legislativas de emergencia que tengan apertura y se realicen a partir de la consulta con los integrantes de la industria.