El caso de la Zona Metropolitana de Guadalajara

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Aerial view Shanghai spectacular elevated highway and convergence of roads, bridges, junction and interchange overpass, viaducts in Shanghai, transportation and infrastructure development in urban China.

Para lograr ahora un mejor entendimiento de siete beneficios de la densidad urbana, hay que contextualizarlos a la luz de un mundo post COVID19. Utilizando el caso de la Zona Metropolitana de Guadalajara (Z.M.G.). La solución es, entonces, evaluar y repasar, con este caso y a la luz de la pandemia, lo que Estudio 3.14 llama ‘los 7 beneficios de la densidad’.

Como veremos en los siguientes párrafos, la Z.M.G. es 350% más densa que Milán; más sorprendente aún, es que desde inicios de los ’80s, los urbanistas y políticos, siguiendo los lineamientos de ONU/HABITAT planearon que la ciudad hubiera sido cuatro veces más densa de lo que es hoy, y esto lo hicieron en pos de la sustentabilidad económica, ambiental y social de Guadalajara. Esto suena muy raro, y es por lo poco intuitivo del argumento, que ahora desarrollaremos los siete beneficios de la densidad.

La ZMG tiene hoy dos tipos de ciudad en una Guadalajara, es la octava ciudad más poblada de América Latina, tiene 5 millones de habitantes, y ocupa 670 km2, dando un resultado de una densidad de 98 habitantes por hectárea (98 hab/ha). Una densidad alta en comparación a las densidades del primer mundo—Milán tiene una densidad de 28/ha. Sin embargo, en 1985, la ciudad tenía 2.5 millones de habitantes en 180 km2, dando un total de 138 hab/ha. O sea, que la ZMG perdió la mitad de su densidad en 35 años. En aquel entonces, el congreso del estado de Jalisco—cuya capital es Guadalajara—aprobó un plan que estipulaba que el crecimiento poblacional se daría de 2.5 a 5 millones de habitantes en 270 km2. O sea, que el congreso no imaginó que la ciudad iba a tener hoy una densidad de 181 hab/ha en comparación con los 98 hab/ha planeados. Tenemos entonces, una ‘Ciudad Planeada’ que mide 270 km2, y una ‘Ciudad Improvisada’ que mide los 400 km2, considerando el extras que creció la ciudad (Fig. 2).

Las estadísticas que se presentan a continuación y con las que se ilustran los beneficios de las ciudades densamente pobladas, están basadas en comparar dos realidades: por un lado, las condiciones de vida que tienen los habitantes que hoy viven en el territorio que la legislación previó —en adelante referida como ‘la ciudad planeada’ — y, por otro lado, las condiciones de vida de los habitantes fuera del territorio planeado, o ‘la ciudad improvisada’.

1.Servicios más baratos, menos contaminación, menos consumo energético. En un ejemplo abstracto hecho por Estudio 3.14, mostró cómo 2 mil quinientas personas podrían vivir —en un modelo de ciudad densa— en una superficie de 12 manzanas.

En este modelo, al compactar la vivienda, se dejan además 4 manzanas que son parques a los que los habitantes tienen acceso sin traslado motorizado. Como un ejemplo de lo que cuestan los servicios públicos municipales, en este ejemplo, un camión de basura recorre 9 manzanas y recoge la basura de todos. Pero pensando que este camión pudiera ser una patrulla o una cuadrilla para reparar asfalto, o una pipa de riego de jardines o cualquier otro servicio, todos recorren solo nueve cuadras.

Adicionalmente, sólo se iluminan y mantienen 24 manzanas. En la ciudad improvisada, las mismas 2 mil quinientas personas viven en 48 manzanas más grandes. El recorrido de los servicios ahora mide 36 cuadras, además, más largas. En otras palabras, proveer de servicios a la ciudad extendida
e improvisada cuesta 4 veces más que la ciudad planeada.

En la realidad de América Latina, no es que el estado gaste 4 veces más, más bien solo se provee un 25% de los servicios que podría proveer, con los resultados negativos que todos conocen por vivirlos a diario.

En términos del COVID-19, sí habría que estar en aislamiento social, efectivamente en la ciudad dispersa pudieran las personas tener más espacio para cada familia. Sin embargo, esto cuesta cuatro veces más o hay solo una cuarta parte de los servicios públicos y la ciudad al gastar más energía se contamina más, haciéndose susceptibles a las enfermedades
respiratorias, incluido el COVID-19.

2.Trabajo en cercanía.
En la ZMG las fuentes de trabajo se condensan en la ciudad planeada, mientras la ciudad improvisada funciona como ciudad dormitorio (Fig. 3). Es una ciudad dividida en dos. Una ciudad en la que es necesario recorrer distancias largas para llegar al trabajo, significa mayor tiempo de trayecto, y por lo tanto mayor posibilidad de infección en el recorrido. En la ciudad planeada el 50% de los recorridos y traslados son no motorizados, lo que evita la necesidad de usar transporte público y permite que las rutinas laborales en su traslado continúen manteniendo el distanciamiento.

3.Tiempo libre.
360 mil horas para utilizar en recreación, desarrollo personal, o productividad. Es difícil de creer, pero en la ZMG los habitantes de la ciudad improvisada gastan 360 mil horas diarias en los recorridos explicados anteriormente, esto es el equivalente a 45 mil jornadas laborales completas que a diario pierden los habitantes de la ciudad improvisada. Lo que
implica menos tiempo de convivencia y recreo.

Estos recorridos extras además contaminan, abonando a la susceptibilidad médica ya mencionada. El mercado, en una realidad posterior a esta pandemia, tendrá la experiencia de haberse beneficiado de mayor tiempo libre y de convivencia familiar que antes era algo irreal. Por otra parte, los tapatíos de la ciudad improvisada tendrán que enfrentar la crisis económica desperdiciando 45 mil jornadas diarias.

4.Equipamiento urbano al alcance.
En la ZMG, los habitantes de la ciudad improvisada no cuentan con el equipamiento necesario que se mide por cobertura territorial. Es imposible edificar suficiente equipamiento en cercanía al domicilio en tan grande extensión. Esto hace que además de insuficiente, los habitantes de la ciudad improvisada tienen que trasladarse largas distancias para llegar a ellos.

En la ciudad no densa, los centros de atención médica quedan más lejos en caso de una emergencia, mientras que los habitantes de la ciudad planeada, durante esta crisis, contarán con un mayor número de camas de hospital cerca de sus domicilios.

5.Agua suficiente.
La ciudad improvisada, a medida que extiende su urbanización impermeabiliza el suelo. La cantidad de agua que podría estar captando ahora son los 400 km2 que se urbanizaron de más, equivalente al abasto del consumo diario de toda la ciudad (Fig. 4). Sí, la Z.M.G., podría tener autosuficiencia de agua sin necesidad de trasvases nacionales ni presas.

Puesto de otra manera, en los treinta años en los que la ciudad se extendió sobre 400 km2 de más, dejó de captar el agua equivalente a llenar dos veces la totalidad del lago de Chapala, el más grande de México.

6.Más árboles, mejor clima, mejor aire.
El suelo que utilizó la improvisación de la ciudad consumió 80 km2 de bosque, esto es 80 veces el bosque urbano más grande de Guadalajara, al que llaman ‘el pulmón de la ciudad’.

La ZMG perdió 80 pulmones improvisando. La escala de esta debacle ambiental es evidente, cuando se grafica a escala un cuadrado de 80 km2 sobre el mapa de la ciudad y nos imaginamos que todo eso podría ser un bosque urbano, del tamaño de la ciudad de París, en el centro de nuestra ciudad (Fig. 5).

7. Sustento alimenticio.
Finalmente, el desarrollo horizontal de la ciudad consumió 300 km2 de suelo de uso agrícola, este mismo suelo pudiera producir 1kg de tortillas diario para cada habitante de la ciudad. La población de la ZMG podría tener esa escala de suficiencia alimentaria, sólo en los 400 km2 que urbanizamos de manera extra, en un momento donde la logística de aprovisionamiento de alimentos es compleja y representa riesgos de contagio.

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Por Leonardo Díaz-Borioli, Director Creativo de Estudio 3.14

Este es un fragmento del artículo Acciones que el sector inmobiliario
debe implementar en ciudades densas tras el COVID-19 de la edición 119 https://inmobiliare.com/inmobiliare_v2/inmobiliare-119/

*Nota del editor: Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad
del autor y no necesariamente reflejan la posición de Inmobiliare.