Rentar o comprar una casa es una decisión personal que implica analizar cada aspecto del interesado. Desde finanzas, estilo de vida, situación de trabajo, y metas de largo plazo.
De acuerdo con la corredora de bienes raíces Redfin, comprar conviene para aquel que busca establecerse un largo tiempo en algún lugar. “Si encontraste una comunidad donde te gustaría echar raíces, adquirir el inmueble podría ser la mejor opción”, señaló la consultora.
Ser dueño de una casa ofrece estabilidad, y, potencialmente, más beneficios financieros para los compradores a largo tiempo.
En cambio, venderla cuesta dinero, y si es muy pronto, tal vez no valga la pena. Además, es complicado vender cuando hay necesidad de cambiarse.
Por otro lado, Redfin aconsejó que, para el estilo de vida de los jóvenes, rentar permite adaptarse al ritmo actual y las condiciones laborales.
“Esto conviene si prefieres no lidiar con la responsabilidad del mantenimiento y la posibilidad de tener que pagar reparaciones de emergencia”.
Situaciones como un cambio de carrera/trabajo o un hijo que va asistir a una escuela diferente, también se resolverán mejor si la persona opta por esta opción.
“Puede ser una buena elección si tienes un estilo de vida muy ocupado, te mudas con frecuencia, o simplemente prefieres tener más libertad y no estás listo para el compromiso que implica”, aseguró.
¿Rentar una casa es igual a tirar el dinero?
De acuerdo con Alonso Marcelo, fundador de Finformado, rentar una casa o departamento no es tirar el dinero, pues al final se está recibiendo un servicio.
“Cuando compras un auto o recurres al servicio del transporte y este tipo de pagos no se consideran como una pérdida innecesaria”, señaló el experto financiero.
Lo que sí es considerado como un aspecto negativo es que la persona no accede a un patrimonio y es necesario buscar alternativas para compensarlo.
Marcelo propone una fórmula para saber qué conviene según sea el caso: el precio de la vivienda entre la renta anual. Si de esto, el resultado es mayor a 20, entonces conviene alquilar y si es menor a 15, es mejor comprar.
Por ejemplo, una vivienda de 3 millones de pesos y la renta es de 10 mil pesos. Lo primero es saber el gasto anual: 10 mil pesos, por 12 meses son 120 mil.
Dividiendo los 3 millones entre los 120 mil pesos, el resultado es 25, lo que significa que, al menos en este inmueble es mejor seguir rentándolo.