Diversas organizaciones han creado metodologías y programas propietarios para la medición del retorno de inversión en actividades amigables con el medio ambiente.
La adopción de prácticas sustentables dentro de las empresas acusa una creciente popularidad a escala global, como un reflejo de consciencia y corresponsabilidad hacia
múltiples grupos de interés y al planeta mismo. No obstante, uno de los principales cuestionamientos de los inversionistas al resolverse por iniciativas de responsabilidad
social y/o la sustentabilidad es su rentabilidad real.
Debido a la unicidad que cada compañía posee, no existe un plano lineal que dictamine
la correcta integración de prácticas sustentables y su exacto retor no de inversión. De hecho, el beneficio financiero resultante puede ser complejo de calcular, por la incorporación de numerosas variables indirectas o intangibles. Ejemplo práctico: si se realizan adecuaciones en un edificio para mejorar su calidad del aire interior, además de computar su impacto por diferencial de costos operativos, también impacta en una mayor satisfacción del personal, creando un efecto de mayor productividad y retención de personal. Estos últimos valores pueden tornarse complejos y subjetivos al momento de analizar un retorno de inversión.
Diversas organizaciones han creado metodologías y programas propietarios para la medición del retorno de inversión en actividades amigables con el medio ambiente. Prueba de ello es JLL Reino Unido, cuya iniciativa “Creando un Mejor Mañana” en el
2012 ha otorgado resultados positivos para esa firma. Bajo una metodología de ‘prácticas verdes’, la meta de una reducción de costos y una alineación de los equipos técnicos, directivos, de mercadotecnia y capital humano de esta empresa de servicios, ha logrado
un ahorro de más de 120 mil libras -168 mil USD– comparado contra la línea base. Asimismo, los programas e iniciativas sustentables aportan alrededor de 18% de los ingresos de JLL Reino Unido.
Valores clave
Dentro del reporte “Capturing the value of sustainability” elaborado por el Consejo de Edificación Sustentable del Reino Unido –UKGBC, por sus siglas en inglés-, se identificaron once valores de impacto más comunes para las empresas con giro en la construcción y relacionados, siendo éstos:
1. Ahorro en costos
2. Atracción y retención de talento
3. Atracción y satisfacción del cliente
4. Marca y reputación
5. Licencia para operar
6. Resiliencia
7. Acceso al capital
8. Innovación
9. Productividad
10. Calidad
11. Valor de los activos.
Los primeros cuatro puntos representan los valores que tienen una mayor popularidad entre las fuentes del reporte del UKGBC:
1. Ahorro en costos.
La reducción de los costos operativos en el uso de energía, agua, materiales y gestión de residuos se vuelve la mayor prioridad de las empresas inmobiliarias al integrar prácticas
ecológicas. En múltiples ocasiones se utiliza un modelo de trabajo colaborativo entre departamentos autónomos, o bien, se instrumenta una metodología que brinde indicadores adaptables a los alcances de la compañía.
Para la reducción de costos operativos y de recursos dentro de los edificios, la adopción de certificaciones internacionales es cada vez más recurrente. Dentro del reporte “Green buildings market intelligence” elaborado por el Grupo Banco Mundial, México está proyectando un porcentaje constante a la alza en cuanto a edificios sustentables.
A finales del 2017, en nuestro país se contaban más de 400 actividades de edificación sustentable, siendo la más popular la Certificación LEED con más de 950 proyectos
registrados y certificados; y en segundo lugar, la Certificación EDGE, evaluación desarrollada por el Banco Mundial disponible para países emergentes.
2. Atracción y retención de talento.
Los negocios que demuestran un enfoque sustentable tienden a ser lugares de trabajo con predilección para personal nuevo y existente. Los colaboradores buscan en sus organizaciones la satisfacción laboral con un enfoque en el propósito, transparencia y equilibrio entre el trabajo y la vida. De acuerdo con Experience Inc., 79% de entre dos mil 500 universitarios y egresados encuestados, aceptaría un trabajo en una empresa ecológica en vez de uno convencional.
La firma internacional de sustentabilidad Cundall buscó crear un nuevo corporativo con enfoque sustentable que fomentara la creatividad, salud y colaboración entre los
ocupantes. En este nuevo proyecto, llamado One Carter Lane, encontraron hallazgos interesantes sobre la percepción en este nuevo espacio: el personal afirmó que su
productividad aumentó 46% y la sensación de colaboración subió 51 por ciento. De igual manera, el ausentismo y rotación del personal se redujeron en 22% y 27% respectivamente, contribuyendo a un ahorro anual superior al de 170 mil dólares anuales. En términos financieros, se obtuvo un retorno de la inversión en tan solo unos pocos meses.
3. Atracción y satisfacción del cliente.
Un negocio puede atraer y retener clientes respondiendo a la creciente demanda de productos y servicios sustentables. Los clientes, inversores y ocupantes buscan modelos
de negocio que ofrezcan productos y servicios con impactos positivos en la sociedad y el medioambiente. De acuerdo con el informe “Why invest in high-performance
green buildings?” elaborado por Schneider Electric, dentro del ramo de la construcción, la ocupación para espacios sustentables aumenta 6.4% para nuevas construcciones y
2.5% para los proyectos existentes, en comparación con inmuebles con prácticas convencionales. De igual manera, la tarifa de renta aumenta 6.1% en la construcción
nueva y 1% en los proyectos existentes.
4. Marca y reputación.
La reputación de marca está ganando terreno como uno de los activos más valiosos de una empresa. Los clientes y fuerza de trabajo están elevando sus expectativas sobre cómo desean que las empresas actúen en relación con el medio ambiente y su impacto en la comunidad local, por lo que la incorporación formal de la sostenibilidad en una estrategia comercial y un perfil de marca positivo pueden mejorar sensiblemente el reconocimiento
empresarial.
En nuestro país existen diversas herramientas con las que las compañías pueden evaluar su estatus de transparencia e impulsar su desempeño en responsabilidad social. La más popular es el distintivo “Empresa Socialmente Responsable” –ESR. Éste consta de
diversos indicadores, provenientes de estándares de clase mundial adaptados al contexto empresarial doméstico y se encuentra alineado al marco normativo vigente de nuestro país. Alrededor de mil 400 empresas en México y más 745 en Latinoamérica
utilizan esta metodología.
Otra herramienta disponible para medir la trasparencia de la marca es la etiqueta JUST. Creada por el International Living Future Institute, este programa voluntario es recomendable para empresas que aún no han iniciado la formalización de sus prácticas
sustentables pero desean hacerlo de una manera accesible. JUST consta de 22 indicadores que evalúan la diversidad de género y étnica de la organización, los tipos de contratación
y sueldos ofrecidos por la empresa, las prácticas de seguridad, beneficios a empleados, filantropía y transparencia, entre otros. En Latinoamérica, sólo dos empresas han obtenido esta etiqueta.
La construcción y renovación de espacios que guíen al ahorro de los recursos y promuevan las habilidades humanas, la adopción voluntaria de programas locales o internacionales
para incentivar el involucramiento social y la distribución de información fidedigna que promueva la transparencia y el rendimiento de cuentas, son actividades que aportan favorable y económicamente a las empresas. El aterrizaje de prácticas corporativas
sustentables, mediante metodologías comprobadas y programas certificables, podría ser uno de los primeros pasos para empresas del sector edificación que buscan involucrarse con la responsabilidad social corporativa.
Por: Cesar Ulises Treviño