Espacios flexibles de trabajo

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El mercado de oficinas en este momento se encuentra mucho más competido, como inquilino se podrán hacer negociaciones que probablemente en enero no se hubieran logrado. Sin embargo, como arrendador se tendrá que ser cada vez más flexible porque se tiene que cautivar a nuevos clientes, además de tener la manera de retener a los que ya se tienen, por lo que “es mucho más preferible tener que hacer concesiones que perder a los inquilinos”, menciona Pedro Azcué, CEO de JLL México.

Durante este tiempo de pandemia, las tasas de desocupación son muy altas, por ello en el tema de las rentas, la mayoría de los inquilinos y arrendadores se han visto forzados a una negociación uno a uno para llegar a un acuerdo y poder solventar la situación.

Dependiendo del arrendador hay quienes pueden reducir la renta durante la contingencia y esa renta después la pagan, es un préstamo. Otros pocos dan un descuento del 25% al 50% o dan la concesión de no pagar la renta. Son negociaciones uno a uno, porque la opción que no funciona muy bien, es que las empresas se vayan a un litigio”, ya que los tiempos y resoluciones son muy inciertos, afirma el CEO.

Ante esto, los arrendadores están planteando propuestas de valor más flexibles en término de plazos contractuales, precio, tamaño de las instalaciones, horarios, etcétera. Por lo que el modelo de coworking a mediano y largo plazo se podría posicionar como uno de los favoritos.

Este segmento busca reinventarse para adaptarse a la nueva normalidad, proporcionando soluciones a un gran número de empresas. Por un lado, permite a las empresas ser tan flexibles como sus circunstancias lo requieran, con esquemas contractuales variables que se pueden establecer mediante membresías. Así, las empresas pueden incrementar o disminuir su espacio de forma fácil y rápida, sin tener que atravesar un proceso de mudanza o largas negociaciones.  

Por otro parte, de acuerdo con la empresa Comunal, los inquilinos pueden elegir entre membresías rotativas o fijas para sus miembros, según la naturaleza de cada posición. Esto permite tener a aquellos roles que no necesitan un lugar fijo de trabajo (consultores o equipos comerciales) en esquemas flexibles, eficientando el gasto de oficina destinado a ellos. 

El coworking ofrece distintos planes, desde escritorios que se ajustan a equipos comerciales y trabajadores independientes, hasta oficinas privadas para empresas de más de 200 personas. En ese sentido, la oferta está pensada en función a las necesidades de cada negocio. 

Asimismo, los clientes pueden personalizar qué servicios quieren incluir o no en su mensualidad, como la cantidad de impresiones, las horas en salas de reuniones, internet, estacionamientos, etc. Además, pueden pagar solo por el espacio y las horas que ocupan, mientras que acceden a otros beneficios como amenidades especiales y una red de empresas de diversos tamaños y sectores. 

En cuanto a los lineamientos de bioseguridad, Juan Francisco Eguren, Growth Manager de Comunal, comenta en entrevista que el coworking ofrece un enorme beneficio a los inquilinos, ya que el proveedor de oficinas es el que se encarga de la investigación y aplicación de las disposiciones gubernamentales para la seguridad de todos.

Los clientes se ahorran dos cosas: el tiempo que le tendrían que dedicar a investigar sobre este tema y el contratar a todos los proveedores, además del costo intrínseco de tener que comprar todas estas desinfecciones. No sólo hay que medir el ahorro en términos monetario, sino también como una eficiencia en el tiempo de los clientes”, comenta Eguren quien agrega:“En la propuesta de valor general de Comunal, siempre hablamos de que una empresa se puede ahorrar alrededor del 30% de los gastos que tendrían en una tradicional, esto es principalmente por qué no van a tener que invertir en la implementación del espacio de oficina, el cliente no tiene que comprar activos fijos, no tiene que remodelar un espacio etc.”

De acuerdo con el directivo su propuesta de valor sigue siendo la misma que antes de la pandemia, porque aunque han tenido que invertir en incluir nuevos materiales que exige la nueva normalidad, también han tenido que ceder en dejar de ofrecer algunos servicios para minimizar el contacto de los usuarios, generando algunas eficiencias monetarias para enfocarse en lo primordial.

Consideraciones finales 

Los empleados estarán reacios a regresar a la oficina hasta que no se hayan mitigado totalmente los temores al Covid-19, tanto en lo relativo a la salud como a la seguridad. En México se espera que la reapertura sea para finales de agosto o septiembre, pero se teme que suceda lo mismo que en Estados Unidos, donde en lugares como Florida, Arizona, California y Texas se reactivaron las actividades corporativas y hubo un incremento en los contagios.

No obstante, durante la apertura de las oficinas, su función primordial de estos espacios será el apoyar las actividades que no se pueden realizar de manera efectiva desde casa, promoviendo un ambiente seguro y saludable.

En esta fase será primordial la reconfiguración del sitio y renegociación de contratos. Además de acuerdo con Lamudi será necesario: la identificación de áreas y tareas con posible exposición al Covid-19; control para eliminar o reducir dichas exposiciones; monitoreo de la salud de los colaboradores; redistribución; capacitación para seguridad en el ambiente laboral; uso de cubrebocas y mascarillas protectoras; así como escalonar horarios.

El segmento de oficinas continuará en evolución, acelerando tendencias con énfasis en el bienestar de los colaboradores y la innovación en términos de la productividad. 

Por Xareni Zafra

Este es un fragmento del artículo Tendencias en el sector de oficinas: hacia la nueva normalidad de la edición 121 https://inmobiliare.com/inmobiliare_v2/inmobiliare-121/