De acuerdo con Javier Romero, CEO de la plataforma de asesoría inmobiliaria Hausy.mx, podrían originarse nuevas formas de fraude en el contexto de la pandemia donde el uso de herramientas tecnológicas se ha incrementado, por lo que es importante mantenerse alerta durante los procesos de compra-venta o renta y elegir un acompañamiento confiable para evitar caer en ellas.
“Hay que considerar que algunas etapas del proceso de compra inmobiliaria podrían llevarse a distancia, por canales digitales, y esto no va exento de la delincuencia que se dedica a buscar oportunidades de estafa”, explica Romero.
La Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios informó en 2019 que los fraudes de este tipo alcanzan un daño por 600 millones de pesos anualmente. Estas actividades ilícitas van desde omisiones en los contratos hasta la oferta de propiedades inexistentes, pero según la plataforma digital, algunos de los fraudes que podrían crecer durante la crisis sanitaria son los siguientes:
Suplantación de identidad
Ya se han reportado casos de estafa inmobiliaria ligada a la suplantación de identidad vía correo electrónico. Los delincuentes envían un mail desde una cuenta que imita la de un abogado o representante inmobiliario, o incluso la del propio cliente, para después solicitar un depósito con la excusa de adelantar un proceso o hacer un pago importante al vendedor.
Esta modalidad podría replicarse con mayor frecuencia debido a la necesidad de realizar algunos trámites de forma remota.
Casas inexistentes
Actualmente la tecnología permite recrear espacios con gran realismo y ponerlos a la venta en un buscador de vivienda. De este modo, el comprador puede caer en el error de que un inmueble es real o está en construcción e iniciar una negociación a distancia con un “vendedor” desconocido.
Una estrategia para evitar ser engañado es revisar la dirección y asegurarse por sí mismo que la vivienda existe y está disponible, o bien, asesorarse con un especialista en el tema para reconocer la fiabilidad del anunciante.
Condiciones no especificadas en el contrato
Frente a las limitaciones de movilidad y el distanciamiento social, es probable que mucha de la información sobre una transacción inmobiliaria fluya por canales como WhatsApp, teléfono o correo electrónico, pero es importante que todos los acuerdos entre comprador y vendedor sean escritos y especificados a través de un contrato, ya que de otra forma no tiene validez.
“Los compradores de una primera vivienda no suelen dar importancia en estos detalles ni en
revisar los contratos con la asesoría de un experto, por lo cual se convierte en un factor recurrente que deja al comprador insatisfecho con el proceso“ señala Hausy.
Documentos falsificados
Este es uno de los fraudes más comunes en México con alrededor del 60% del total de los ilícitos relacionados con el tema inmobiliario.
“Este tipo de engaños es común debido a que muchas de las compras-ventas y procesos de renta inmobiliaria en el país suceden de forma informal, es decir, sin la intervención de los actores que deben formar parte del proceso, incluyendo a los notarios”, advierte Romero.
La falsificación de documentos es una modalidad muy bien elaborada y realizada generalmente por personas experimentadas, por lo que podría resultar difícil de identificar por compradores nuevos.
Adelanto o apartado para propiedad inexistente
Esto sucede cuando en portales inmobiliarios o sitios clones de desarrolladores se ofrece un inmueble espectacular a un precio de remate, en donde se pide al interesado que para iniciar el proceso de compra realice un pago anticipado como forma de apartado, debido a la “alta demanda de la propiedad”.
Ante una situación como esta, el posible comprador no debe entregar ninguna cantidad a menos que haya un contrato de promesa o compraventa de por medio, y después de verificar que el vendedor cuente con las condiciones legales para comercializar la vivienda.