Nos encontramos ahora frente a una oportunidad única, y muy posiblemente irrepetible, en el futuro cercano de la humanidad: la posibilidad de un cambio profundo, desde la esencia de nuestros valores y principios personales. Una genuina evolución en las reglas que guían nuestras decisiones y acciones de vida, nuestra educación, nuestros hábitos, nuestra comunicación y nuestros negocios.
Como raza humana estamos compartiendo constante agobio, profunda incertidumbre, inconmensurables penas y grandes sacrificios derivados de la pandemia COVID-19. Empero, somos todavía muchos los afortunados que estamos aún libres de esta calamidad, en capacidad de responder y reaccionar contra cíclica y favorablemente. Podemos aportar efectivamente hacia un nuevo estadio, esforzándonos por quienes ya no están, por quienes han sufrido pérdidas, por un sentido de enmienda, y por un mejor legado para las futuras generaciones.
Durante las últimas dos décadas, hemos atestiguado un fantástico adelanto en la interpretación y valoración de la ecología y la responsabilidad social, por citar algunos ámbitos. Es ahora precisamente, que deseamos crear una cultura de cambio, basada en resiliencia, eficiencia e innovación, con mayor empatía y justicia. Contamos con el conocimiento, la tecnología, la sensibilidad, los recursos y la experiencia necesarias y suficientes para dar el viro de timón. Sabemos qué es realmente lo correcto. No más subterfugios fútiles. En esta nueva fórmula evolutiva, debemos invertir un poco más, para obtener mucho más.
En el sector inmobiliario, nos es inevitable ser protagonistas del emergente modelo de economía circular, multidimensional e incluyente. Habremos de adscribirnos a nuevos paradigmas para la conceptualización, construcción y operación de nuevas urbes, así como la sana rehabilitación del entorno construido.
En cada proyecto habremos de reducir al máximo nuestra huella ambiental -principalmente emisiones de gases efecto invernadero-, al tiempo de fortalecer la salud, fomentar el bienestar (wellness) y la inclusión social. Sustentabilidad, Salud y Bienestar serán criterios fundamentales que abonarán significativamente a los activos de nuestros emprendimientos inmobiliarios, circunscritos en un calendario de ciclo de vida entero. Incluiremos éstas variables en nuestros estados de resultados. Lo intangible se computa, se monetiza y cuenta
La época post-pandemia marcará un hito para la organización y el desempeño empresarial basados en tres principios rectores: Ambiental, Social y Gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés). Mejores prácticas corporativas ESG serán, inequívocamente, una efectiva vacuna ante inminentes futuras contingencias climáticas, sociales y económicas.
El potencial real de transformación reside primordialmente en nosotros mismos, como ciudadanos comprometidos y conscientes, en un ineludible rol protagónico de nuestro propio devenir.
Aquí entonces, gracias mil y felicidades a Inmobiliare Latam y B2B Media por ser un activo agente de cambio durante XX años, como actor clave en el fortalecimiento y avance del sector inmobiliario en México y América Latina.
Es hoy, por ende y un tanto paradójicamente, cuando podemos iniciar una transformación de fondo. Son tiempos de cambio, es inevitable. Aprovechemos esta coyuntura para realizar un ejercicio crítico de introspección, cuestionando nuestra escala de valores, reorientando nuestras decisiones y acciones hacia un futuro bajo en carbono, o mejor aún, regenerativo y promotor absoluto de salud y bienestar. ¿Qué lecciones aprendidas nos dejará ‘El Gran Confinamiento’?. Y más importante, ¿cuál será entonces tu aportación personal hacia una nueva y mejor normalidad?
Por César Ulises Treviño Treviño, MSc LEED Fellow
CEO @ Bioconstrucción y Energía Alternativa
utrevino@bioconstruccion.com.mx
Texto de los 20 años de Inmobiliare https://inmobiliare.com/inmobiliare_v2/inmobiliare-120/