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    La nueva generación de parques industriales en México

    En México, desde los años 60, pero más concretamente, desde mediados de los 90, los parques industriales han resultado ser negocios redituables para los desarrolladores, a pesar de que éstos no operan, como en otros países, bajo un régimen de facilitación al comercio exterior, como son las zonas francas o zonas libres.

    Los parques industriales en México, han sido, además, un factor importante para atraer empresas multinacionales hacia el país, las cuales buscan operar en condiciones competitivas, para poder colocar sus productos en los mercados internacionales.
    El éxito de los parques industriales como espacios inmobiliarios, ha sido posible, gracias a que México cuenta con ventajas competitivas que lo colocan como un país atractivo para la operación de manufactura y logística de alcance mundial. Por ejemplo, la cercanía con Estados Unidos representa para las empresas globales, una gran oportunidad para fabricar en México con costos bajos, y exportar posteriormente a ese mercado. Mejor aún, en condiciones arancelarias favorables, gracias al Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN). Pero sólo los bajos costos de operación no son suficientes. De ser el caso, las empresas globales podrían irse a otros lugares que ofrecen costos aún más bajos. La gran ventaja de México respecto a países con menores costos de producción, es el tipo de mano de obra especializada, lo que permite fabricar en México piezas para aviones, un auto o un sofisticado dispositivo médico. Adicionalmente, como resultado de la entrada en vigor del TLCAN, en 1994, México ha sido capaz de crear cadenas productivas dentro de su territorio, las cuales a su vez se han integrado a las cadenas de suministro que operan en la región de Norteamérica. La alineación con los indicadores macroeconómicos de Estados Unidos y Canadá, como el tipo de cambio, la inflación y las tasas de interés, es otra de estas ventajas, las cuales, en su conjunto, han creado, en las últimas dos décadas, una alta demanda de espacios industriales, es decir, un lugar en donde todas esas empresas interesadas en operar en el país, puedan establecerse.

    Dra. Claudia I. Ávila Connelly

    Es cierto, en México no existen zonas francas, como espacios que brindan facilidades fiscales y aduaneras para fomentar el comercio exterior. Sin embargo, en nuestro país aplica un esquema equivalente, que es el Programa Maquilador conocido como IMMEX (Fomento de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación). De acuerdo con las autoridades mexicanas, en este caso, la Secretaría de Economía, el IMMEX es un “instrumento mediante el cual se permite importar temporalmente los bienes necesarios para ser utilizados en un proceso industrial o de servicios, destinado a la elaboración, transformación o reparación de mercancías de procedencia extranjera importadas temporalmente para su exportación.”
    La gran mayoría de las empresas de manufactura que operan bajo el programa IMMEX, están establecidas dentro de un parque industrial, por las facilidades que estos ofrecen en cuanto a infraestructura de calidad, la disponibilidad de servicios básicos de agua y energía, entre otros; el mantenimiento permanente de las instalaciones y áreas comunes; y la seguridad.
    Entonces, en México, la combinación del programa IMMEX y los parques industriales, serían un equivalente a una zona franca, con la diferencia de que en México, el permiso de importación temporal se otorga a la empresa, independientemente de dónde esté instalada.
    Pero el éxito de los parques industriales en México, se debe también a que los desarrolladores han sido capaces de atender las exigencias del mercado, adaptándose a la demanda de sus clientes, creando desarrollos inmobiliarios de clase mundial.
    Finalmente, además de las ventajas en cuanto a costos, logística, disponibilidad de talento, estabilidad macroeconómica y demás variables en la ecuación de la localización, las empresas globales buscan siempre dónde pueden operar con un mínimo de riesgo. Y es esto, precisamente, lo que ofrecen los parques industriales, un lugar para operar en condiciones de certeza para favorecer la competitividad.
    Aunque en México no hay alguna regulación que obligue a los parques industriales a diseñarse o a operar en determinadas condiciones, en el país contamos con estándares voluntarios que han ido adoptando poco a poco los desarrolladores, para lograr una oferta inmobiliaria de calidad. Y esto no significa, sólo el arrendamiento de naves clase A.
    Se trata de ir más allá de la oferta convencional de infraestructura, al contar con políticas de sustentabilidad y de seguridad, entre otros aspectos.
    Y esa es precisamente la misión de la Asociación Mexicana de Parques Industriales, AMPIP, procurar la creación de parques industriales competitivos, para potenciar la capacidad industrial y logística de México.
    En los últimos años, la AMPIP ha promovido la implementación de mejores prácticas en los parques industriales, a través de herramientas como la Norma Mexicana de Parques Industriales, cuya nueva versión NMX-R-046- SCFI-2015, aplica a partir del 2017; el Reconocimiento.
    Parque Industrial Verde; el Certificado en Calidad Ambiental expedido por la Profepa; y el certificado de Operador Económico Autorizado en materia de seguridad, para parques industriales.
    Ahora queremos lanzar una estrategia nueva, más integral, que vamos a denominar “Nueva generación de parques industriales sustentables”, a través de la cual promoveremos también la responsabilidad social, la innovación y el conocimiento dentro de los parques industriales, conjuntamente con lo que ya venimos promoviendo, con miras a crear un estándar mexicano que abarque todos estos ámbitos, incluyendo asimismo, la posibilidad de que los parques industriales puedan convertirse en zonas de facilitación de comercio exterior.

    Recordemos que en México opera el régimen de Recinto Fiscalizado Estratégico o RFE, como una política pública del gobierno federal para poder competir en condiciones similares a las zonas francas que operan en otros países. Aunque la operación de este régimen sea aún limitada en el país, con las adecuaciones que se publicaron en 2016 para facilitar su implementación, es muy probable que los desarrolladores industriales comienzan a evaluar la conveniencia de adoptar en los parques industriales que ya operan, o bien en los proyectos a futuro.

    Finalmente, en 2016, el gobierno mexicano promulgó una nueva ley para crear Zonas Económicas Especiales (ZEE), como una política pública para atraer inversión en los estados de menor desarrollo. Estas ZEE, estarán operando bajo el concepto de parque industrial, en combinación con la figura del RFE, entre otras características. Lo ideal sería que estos nuevos desarrollos lograrán operar también bajo los estándares de sustentabilidad que la AMPIP está promoviendo de manera permanente.

     
     
     
    Finalmente, la implementación de mejores prácticas enfocadas hacia la calidad de la infraestructura, permitirá a los parques industriales diferenciarse de su competencia, al contar con más opciones de servicios de valor agregado, coincidiendo precisamente con lo que busca la empresa global, que es la posibilidad de operar en condiciones de certeza, con la mayor eficiencia posible, en todos los ámbitos.


     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
    Por Dra. Claudia I. Ávila Connelly
    Directora General de la AMPIP

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