
Desde marzo el gobierno federal declaró la emergencia sanitaria nacional por el brote de Covid-19, hecho que orilló a la mayoría a un confinamiento, desarrollando sin saberlo, un sentido adaptativo a la nueva forma de trabajo desde casa, donde las circunstancias de la pandemia han generado el llamado ‘Síndrome de la Cabaña’, provocando inseguridad y temor a las actividades realizadas fuera de la misma. Generado un hábito y una resistencia al nuevo cambio, donde para muchos significa el cercano e inminente regreso a los espacios de trabajo.
Expertos en el ramo inmobiliario se han dado a la tarea de generar propuestas y nuevos protocolos aplicados reactivamente a las medidas establecidas por instituciones de salud nacionales e internacionales que evitan la propagación del virus. Grandes firmas como: Gensler y CBRE han contribuido con recomendaciones que sirven como guía para que los propietarios de los inmuebles generen un plan de acción efectivo para el regreso de sus inquilinos, alineado a su vez con el Protocolo Activo de Seguridad Sanitaria (PASSA) establecido por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y que comprende 78 puntos de autoevaluación que se basan en la promoción de la salud.
Al respecto, Otto Pérez y César Rubalcava, CFA Operaciones y Relación con Inversionistas de Fibra Mty comentan que para ellos el gran reto que enfrentan los operadores y/o propietarios de inmuebles de oficinas, es lograr un regreso controlado y seguro para sus inquilinos, esto implica elaborar en conjunto con el equipo de administración de cada propiedad, un plan inmediato de acciones que van desde la instalación de dispensadores de gel en puntos estratégicos hasta un plan de inversiones mayores que comprenden tecnología de punta para ofrecer aire de calidad hospitalaria en sus edificios.
Durante el periodo de confinamiento, el equipo de Fibra Mty se ha dado a la tarea de adaptar los protocolos de operación en sus inmuebles a las nuevas circunstancias que demandan procesos de seguridad y salud estrictos, mediante un plan de trabajo estructurado en dos frentes:
1. Acciones por parte del propietario
Se refieren a todo lo que el propietario y el equipo de administración del edificio deben contemplar para que el usuario final, sea inquilino o visita, logre un recorrido seguro dentro del inmueble.
Las medidas inmediatas comprenden: establecer un primer punto de control donde se verifica el uso de cubre bocas, se mide la temperatura y se sanitiza el calzado; identificando claramente las entradas y las salidas, colocando señalización en pisos y muros que fomentan la distancia mínima permitida y se muestra el sentido en el que debe transitar para evitar encontrarse de frente con otro usuario.

Asimismo, ubicar estratégicamente módulos con dispensadores de gel antibacterial, reducir la densidad del mobiliario en áreas de amenidades como comedores y centros de negocios, habilitar nuevos espacios para convivencia en el exterior, generar filtros de acceso y control para proveedores, además de realizar constantemente la sanitización de áreas comunes, entre otras acciones.
Es de igual importancia establecer un plan de inversión a corto y largo plazo en soluciones relacionadas a la calidad del aire en los edificios, ya que además de evitar el Síndrome del Edificio Enfermo o SBS por sus siglas en inglés, se mitiga el riesgo de un brote al interior de los espacios de trabajo. Actualmente el mercado ofrece diversas opciones para suministrar aire de calidad hospitalaria tales como: Sistemas de Ionización Bipolar, instalación de Lámparas Ultravioleta en equipos de aire acondicionado y filtros de aire de alta eficiencia (HEPA) por mencionar algunas opciones.
Con la finalidad de ofrecer al usuario una experiencia de ‘cero contacto’, también es conveniente implementar el uso de tecnologías como: cámaras biométricas de reconocimiento facial en torniquetes que midan la temperatura, sistemas inteligentes para llamado de elevadores y aplicaciones de control de visitas que ofrezcan pre-registros.
2. Acciones en conjunto con el inquilino
Tener un plan de operación detallado no será efectivo si no se cuenta con la participación de los inquilinos, por lo que en conjunto con el propietario se deben evaluar y tomar decisiones a través de comités organizados por el equipo de administración del inmueble. En las minutas, se deberá plasmar información relevante como: las fechas estimadas de regreso, el número de colaboradores, el horario escalonado que convendrá respetar para no saturar los accesos, las medidas de seguridad para recepción de paquetería, las recomendaciones para el uso de circulaciones, los planes de acción ante casos sospechosos de contagio, etc.
El objetivo final es generar para cada edificio un manual de operación que englobe todas las medidas necesarias que evitarán un brote del virus al interior de los edificios. El inquilino deberá concientizar a sus colaboradores para respetar las medidas de prevención establecidas en conjunto con el propietario del inmueble y a su vez generar protocolos de seguridad e higiene.