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    ¿Qué Monterrey quieres?

    Aunque a principios de año el panorama inmobiliario presentaba alta incertidumbre por la expectativa negativa, a raíz del cambio de administración en el gobierno de los Estados Unidos, el sentido de alerta que esto ocasionó en el sector empresarial mexicano, ha derivado en un conjunto de oportunidades para México. Actuar con iniciativa nos permitirá aprovechar estas oportunidades.
    Los desarrolladores inmobiliarios, a través de sus inversiones, construimos los espacios que permiten la formación de empleo y riqueza. Sin desarrollo inmobiliario no hay desarrollo económico. Adicionalmente, todos los empleos formales usan o tienen como base un inmueble y requieren inversión inmobiliaria. Para crear nuevos empleos formales, tiene que haber inversión inmobiliaria. Cada 1,000 empleos nuevos requieren de 20 a 40 millones de pesos de inversión inmobiliaria.
    El sector inmobiliario es un ecosistema delicado, si falta una parte, el todo se contrae. La infraestructura es el esqueleto, los inmuebles funcionales son los órganos y la vivienda es el músculo.
    Monterrey cuenta con condiciones económicas y demográficas excepcionales para ser una de las principales ciudades de México, para moverse con los cambios de la industria inmobiliaria, así como para aprovechar las oportunidades de crecimiento que se presentarán por los ajustes internacionales.
    Para hacer frente a sus necesidades, Monterrey debe propiciar la creación de 1,026,000 nuevos empleos y 116,000 empresas al 2025. Urge atraer inversión inmobiliaria por 100,000 MM de dólares. Ése es su reto para atender de manera adecuada el crecimiento que la ciudad tendrá.
    Con las adecuadas inversiones inmobiliarias, se genera la creación de empleo. Los empleos tienen un impacto positivo en el ingreso medio de las familias. Al crecer el ingreso, crece la movilidad y la ciudad requiere más viviendas de mayor valor. Entre 2017 y 2025, se estima una demanda de vivienda nueva de poco más de 383 mil unidades en todos los segmentos y tipos. Se aprecia que la mejora en la estructura de ingreso de la ciudad generará que la compra de vivienda nueva se vaya moviendo hacia los segmentos de mayor valor. Esto no quiere decir que se dejará de demandar la vivienda de interés social. Seguirá demandándose, pero esta demanda será cubierta cada vez más por la vivienda usada.
    Al 2025, McKinsey proyecta que el PIB e ingreso familiar en Monterrey serán de 145,000 millones de dólares y 42,000 dólares PIB/Capita, situando a la capital Regiomontana en un nivel de ingreso muy cercano al que tuvieron en 2015 ciudades como San Diego, Montreal, Vancouver, Viena o Melbourne.
    La gran pregunta es, entonces, ¿qué estamos haciendo para que Monterrey tenga esa calidad urbana, económica y de vida? ¿Estamos planeando una ciudad similar a estos casos exitosos, o dejaremos que sea lo que resulte?
     
     


     
     
     
     
     
    Por: Ing. Gene Towle W.  / SOFTEC
    Resumen de la presentación para el 6° Real Estate Business Summit-Monterrey

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