Industria
Rafael Gaytán, un contador de historias
Publicado
hace 6 añosel
Por
Emiliano García
Rafael Gaytán nació en la ciudad de México el 29 de noviembre de 1963. En 1988 egresó de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”. Ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en México, Estados Unidos, Colombia, Panamá y Singapur. Fue becario del FONCA de 1990 a 1991, así como del National Endowment for The Arts y el FONCA en 1992. La fundación Sebastián y La fundación Llopis le otorgaron una beca de residencia en la Isla Contadora, Panamá, y de la Fundación Sebastián y la Temenggong Artists-in-Residence: If I Could Only Have The Universe, 2014-2015. Actualmente reside en la ciudad de México, pero en distintos momentos ha vivido y trabajado en las ciudades como Houston, Texas; Omaha, Nebraska y Santa Fe, Nuevo México. Su trabajo forma parte de colecciones privadas y públicas en México, Estados Unidos, Colombia, Panamá, España, Alemania, Corea del Sur y Singapur.
Para hablar sobre su historia, me permito charlar con él mientras paseamos por su obra.
¿Cómo fue que decidiste dedicarte a la pintura?
Siempre estuvo presente por mi padre y mi tío. A los 18 años se convirtió en algo que parecía alcanzable, es decir, algo en lo que yo pudiera basar mi vida. Antes de esa edad pensaba dedicarme a la biología o a la medicina. Sucedió que un maestro de literatura en la escuela preparatoria se dio cuenta de mi talento; sin embargo, nunca me dijo que fuera pintor, pero por su manera de mirar yo entendí que era posible hacer una vida a través de la pintura. Siempre fui muy observador y las actividades creativas siempre estuvieron presentes; me acercaba a la gente creativa de manera natural.
¿Qué influencias te inspiraron?
Conocí innumerables artistas gracias a la amistad que establecí con mi maestro de literatura, que es un gran amigo, y quien me enseñó el arte de la conversación. Un día, visitando galerías de arte en la Zona Rosa, conversamos con un galerista; en ese momento supe que estudiaría artes plásticas en la Escuela Nacional de Arte “La Esmeralda”. Allí tuve influencia del profesor Guadalupe Santos y de Guillermo Zapfe, un pintor gestual, de pintura abstracta por excelencia, despojada de cualquier significado, solo textura, color, geometría, estética.
El muralismo mexicano, que es una pintura narrativa inevitablemente, es la gran influencia; así aprendí, admirando el gran trabajo de los muralistas mexicanos. También el cine se refleja en mis cuadros, que tienen una composición cinematográfica; se nota en el formato alargado de los lienzos, como en forma de pantalla. Otros artistas del siglo XX, de estilo figurativo como Waltus o Eduard Hopper son también de gran inspiración.
¿Cómo vives tu profesión?
Simplemente exponiendo mi propio punto de vista sobre la vida. Me guío por el enfoque profundamente humanista que le dio el siglo XX a la pintura, de no verla como algo representativo de la realidad sino como una búsqueda interna. Sin embargo, la búsqueda interna del artista es aplicable en toda la historia del arte, a través de todos los artistas, ya que es esa búsqueda interna, una decisión consciente. También el siglo XX nos trajo descubrimientos científicos determinantes para el arte, así como también la teoría de la relatividad y el psicoanálisis cambiaron el enfoque. Teorías que validaron que la realidad se aprecia de diferentes maneras según el individuo; lo importante es lo que se centra y surge de la persona, de su vivencia, de lo que le sucede, todo a partir de la expresión personal que conduce al Expresionismo en el arte.
¿Cómo escoges los temas para pintar?
Mis temas son momentos reveladores en las acciones de la vida cotidiana, sobretodo en momentos de estados especiales como los de gran concentración o reflexión, de abstracción mental en recuerdos o imaginerías. A mí me parece que las personas que retrato en esos momentos, son más ellos mismos, sin la presión de interactuar con los demás. No se están invistiendo de nada, simplemente son lo que son. Es el estado meditativo de la atención que yo disfruto mucho. Últimamente estoy dejando de narrar historias, los cuadros se están volviendo sólo imágenes. Durante un tiempo pinté con muchos cambios y nunca me importó que me criticaran por ser versátil; con el tiempo me estoy centrando. Aún no he terminado con la realidad, no entiendo el proceso de la abstracción; es decir, hacer pintura que sea pintura, sin contar historias.
¿Los retratos que pintas tienen elementos en común?
Mi obra es autobiográfica, generalmente retrato a la gente que quiero.
Contacto
GALERÍA PUNTO G Monte Antuco 715 Lomas de Chapultepec, CDMX
galeriapuntog@gmail.com
www.crisgracia.com
Por Cristina Gracia Promotora de arte y directora de proyectos de Galería Punto G galeriapuntog@gmail.com
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