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    Visión sistémica con distintas temporalidades: turismo ecológico

    Visión sistémica con distintas temporalidades

    Un fenómeno urbano, mexicano y global que hemos experimento de manera intensiva a partir de la segunda mitad del siglo XX y hasta la fecha, es la creación de ciudades a partir de la agregación no planificada de construcciones individuales.

    Gran parte de la labor contemporánea de la planificación y el diseño urbano se avoca a tratar de remediar las consecuencias de dichos procesos. Para adelantarnos a problemas futuros en sitios turísticos tales como la contaminación atmosférica, la destrucción de áreas protegidas naturales, el tráfico, la falta de infraestructura y la desigualdad urbana es imperativo generar visiones, diseños y planes maestros de ciudad con temporalidades a corto, mediano y largo plazo.

    Para complementar lo anterior es importante entender que los procesos de turismo poseen dos intensidades características de migración: las “temporales” compuestas por los turistas que visitan un lugar en lapsos específicos y las “semi permanentes” comprendidas por todas las personas que arriban en busca de oportunidades laborales y que se establecen en la zona de influjo turístico.

    El diseño y planeación de las ciudades turísticas debe de considerar estas dos variables y generar soluciones innovadoras para promover una coexistencia urbana positiva entre las dos entidades y su entorno. Para llevar a cabo una visión integral con distintas temporalidades se necesita el trabajo en conjunto entre el sector público y privado, a través de la cual se planteen beneficios económicos y sociales mutuos que convivan con el lugar.

    Sinergia con las preexistencias y fortalecimiento del lugar

    Todo desarrollo turístico se desplanta sobre elementos y dinámicas que ya se encontraban morando el lugar, desde la hidrología, flora y fauna hasta comunidades, tradiciones y culturas. La responsabilidad de los diseñadores, desarrolladores y gobiernos es la de establecer reglamentos y guías base para conservar, fortalecer y enriquecer dichas preexistencias. La infraestructura turística compuesta por hospedaje, transporte, comercio y alimentación debe de mejorar las condiciones ya establecidas y encajarse en un proceso ecológico cooperativo.

    Existen ejemplos mundiales de buenas prácticas que incorporan el turismo a ciclos locales positivos, como el diseño regenerativo encabezado por Daniel Wahl en Mallorca, el cual explora promover círculos de producción alimentaria y económica complementarios; así como también la “Destination Design School” en Atlanta fundada por Euneika Rogers Sipp que busca empoderar a comunidades afroamericanas a través de rutas de exploración turísticas basadas en educación y reinterpretación de la historia.

    Diversificación económica

    La situación de la pandemia por Covid-19 nos muestra lo frágil que pueden ser las economías de las ciudades que dependen exclusivamente del turismo, por lo cual se deben de desarrollar capacidades alternativas que permitan distintos medios de generación económica. Además de las actividades de servicios, los sitios turísticos se pueden complementar con ecosistemas de generación de conocimiento e innovación y la utilización sostenible de los recursos existentes para consumo local y de exportación.

    Un buen ejemplo de lo anterior es HafenCity en Hamburgo, el cual se trata de una revitalización de un antiguo puerto en desuso transformándolo en un hub de diseño, innovación y cultura a través de un plan maestro que contempla edificios de oficinas, departamentos, parques, locales comerciales, restaurantes, hoteles, paseos peatonales y espacios para el esparcimiento.

    El paisaje como infraestructura

    Este término desarrollado por muchos autores y afianzado por Pierre Bélanger describe cómo a través del diseño del paisaje, más allá de un elemento meramente bucólico, se pueden generar sistemas de infraestructura sostenibles. Tomando como eje principal de ciudad, herramientas como el manejo del agua, las áreas verdes y los ciclos estacionales con los que se pueden promover mejores condiciones en la infraestructura de servicios y movilidad. Además, considera el paisaje como un elemento de infraestructura que permite la creación de una identidad de ciudad, un sentido de orgullo y pertenencia, así como una curiosidad innovadora para promover la visita de turistas.

    Debemos cuidar una de las principales actividades económicas de México, el turismo, a través de procesos sostenibles urbanos por medio de un nuevo turismo ecológico. Nuestra responsabilidad y la de futuras generaciones será la de promover una relación sana y simbiótica entre nuestras actividades y la naturaleza, lo cual desencadenará en mejores entornos para visitar, conocer y vivir.

    Por: Rubén Segovia Jiménez | Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño del Tecnológico de Monterrey. Director de la Maestría en Arquitectura y Diseño urbano.

    *Nota del editor: Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Inmobiliare.

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