El agua es indispensable para la vida, aun cuando hay suficiente agua dulce en el planeta para satisfacer las necesidades de una población mundial de cerca de siete mil millones de personas, su distribución es desigual tanto en el tiempo como en el espacio, y mucha de ella es desperdiciada, contaminada y manejada de manera insostenible.
De los 1,400 millones de km³ de agua en el planeta azul, sólo 33 millones son de agua dulce. De esta cantidad habría que descontar el 87.3% que está en forma de hielo en los casquetes polares y glaciares, y el 12.3% que constituye el agua subterránea. Queda tan sólo un 0.4 % de agua utilizable, a pesar de esto no existe en el mundo escasez de agua como tal, en su lugar hay un número creciente de regiones que si sufren falta de agua, esto debido a que la distribución del líquido no tiene concordancia con la de la población y a que el uso de este recurso ha crecido más del doble en relación con la tasa de incremento poblacional en el último siglo.
Cerca de una quinta parte (1,200 millones) de la población mundial de más de 6 mil millones de personas, habita en áreas que enfrentan escasez de agua, y otro cuarto de la población mundial (1,600 millones) enfrenta recortes en el suministro de agua debido a que carecen de la infraestructura necesaria para tomar agua de los ríos y acuíferos (datos de la ONU, 2005).
El equilibrio es delicado y la escasez del líquido representa para muchos países el desafío más apremiante para el desarrollo socioeconómico y humano en general, y el nuestro no es la excepción.
La ciudad de México en particular ha excedido desde hace mucho tiempo la explotación de los acuíferos que alimentaban lo que alguna vez fue un magnífico lago y ha requerido de suministro de agua que viene de regiones tan alejadas como el estado de Chiapas, lamentablemente el mantenimiento de la red local y también el de los sistemas de suministro a la ciudad ha sido muy malo, hoy más del 30% del agua se pierde en fugas.
La escasez de agua es un desafío importante que enfrentan muchas regiones del país y se agravará en el futuro próximo; debido a los bajos niveles que tienen las presas y una muy probable temporada de estiaje aguda. Aquí les planteo algunas acciones que pueden ayudar a abordar este grave problema:
1. Concienciación y educación: Informar a las personas sobre la importancia del agua, cómo conservarla y los efectos de su escasez puede fomentar un uso más responsable del recurso.
2. Tecnologías de conservación: Implementar tecnologías que ayuden a conservar el agua, como sistemas de riego eficientes, grifos y duchas de bajo flujo. La OMS estima que el 40% del agua potable a nivel mundial se utiliza para el funcionamiento del sistema sanitario en edificios, con un altísimo nivel de desperdicio. Los inmuebles que se manejen atendiendo responsablemente los conceptos sustentables, obtienen ahorros muy importantes y el rubro del agua es y será cada día más importante.
3. Sistemas de captación de agua de lluvia: Implementarlos y explorar las alternativas para potabilizar y almacenar eficientemente el líquido que naturalmente llega con la lluvia. Los sistemas de captación deben revisarse en su capacidad y en su caso incrementar esa capacidad.
4. Reutilización y reciclaje: Desarrollar sistemas de tratamiento de aguas residuales para su reutilización en actividades como riego, limpieza y procesos industriales. Y a nivel casero desde utilizar el agua fría que se tira esperando a que el tubo se vacíe para que salga la caliente hasta la instalación de sistemas más sofisticados.
5. Desalinización: En algunos casos la alternativa de desalinizar el agua podría ser una alternativa rentable.
6. Gestión sostenible: Adoptar prácticas de gestión sostenible del agua en la agricultura, la industria, las viviendas y el sector público para reducir el desperdicio y mejorar la eficiencia.
7. Políticas y regulaciones: Implementar políticas y regulaciones que promuevan el uso responsable del agua, la equidad en su distribución y la prevención de la contaminación. Exigir a las autoridades que también apliquen las normas, regulen e implementen medidas eficaces y eficientes. Evitar el estimular el consumo sin medición y las políticas que invitan al mayor consumo de agua para no sufrir reducciones en el futuro.
8. Inversión en infraestructura: Construir y mantener infraestructuras de agua potable y saneamiento adecuadas, evitando todo tipo de fugas y desperdicio para garantizar el acceso a agua limpia y segura.
9. Gestión de la demanda: Fomentar cambios en el comportamiento humano para reducir la demanda de agua, como tomar duchas más cortas, revisar los temas de frecuencia en el uso, reparar fugas y utilizar tecnologías más eficientes.
10. Proveedores de Agua: Ubicar, ampliar y evaluar a los distintos proveedores de agua en todas sus modalidades, municipales, pipas, garrafones e incluso del agua embotellada.
11. Expertos: Contactar expertos en los diferentes temas relacionados con el agua y además de escucharlos, tenerlos al alcance para la búsqueda, implementación y gestión de las mejores soluciones.
12. Conservación de ecosistemas: Proteger y restaurar ecosistemas acuáticos como ríos, humedales y acuíferos para mantener la disponibilidad de agua dulce y la biodiversidad. Además de reforestar para impedir que la erosión disminuya los entornos en donde el agua se preserva.
13. Colaboración: Fomentar la cooperación entre las empresas y personas para abordar los desafíos relacionados con el agua, como la gestión hidrográfica de conceptos que afectan a la comunidad.
14. Innovación y Desarrollo: Invertir en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías y prácticas para una gestión más eficiente y sostenible del agua.
Cada una de estas acciones puede contribuir a mitigar la escasez de agua tomemos las medidas que estén al alcance de cada uno de nosotros para enfrentar una posible crisis y también para garantizar su disponibilidad para las generaciones futuras.
POR: RAFAEL BERUMEN, Managing Director Colliers REMS Mexico | Presidente de IFMA México Chapter
Es una columna de la edición 143 https://inmobiliare.com/digital/INMOBILIARE-143.pdf