La industria inmobiliaria se encuentra en una evolución significativa, debido a factores como la sostenibilidad, eficiencia y la tendencia de los edificios inteligentes, lo que presenta nuevos retos para el sector arquitectónico.

En este sentido, la tecnología es una gran aliada que ha traído importantes cambios en la forma de hacer y habitar los edificios.

De acuerdo con Grupo Arqual, la transición hacia los “smart buildings” no solo mejora la calidad de vida de los ocupantes, sino que permiten construir un futuro más resiliente y responsable con el medio ambiente. 

Este cambio se vuelve necesario al considerar que los edificios son responsables del 40% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

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Foto: Haltian

 ¿Qué tecnologías vuelven a un inmueble un edificio inteligente?

Un edificio inteligente es aquel que está dotado de tecnologías innovadoras, como inteligencia artificial o Internet de las cosas (IoT). Su objetivo es mejorar aspectos como seguridad, accesibilidad, gestión y eficiencia energética.

“Estas construcciones se caracterizan por poseer sistemas de gestión integrada de las funcionalidades, permitiendo el ahorro energético. También integran de mejor manera el diseño con el medio en el que se encuentra”, señaló Arqual.

Entre las principales mejoras respecto a edificaciones tradicionales, destacan:

  1. Dispositivos IoT y sensores: recopilan gran cantidad de datos sobre el entorno interno y externo del edificio, desde la temperatura y la humedad hasta la ocupación de las salas y la calidad del aire. 
  2. Análisis de datos: pueden procesar información en tiempo real para identificar patrones, tendencias y anomalías, permitiendo una toma de decisiones más informada y proactiva.
  3. Sistemas de automatización: permiten ajustar automáticamente la iluminación, la climatización y otros aspectos en función de los datos recopilados.
  4. Plataformas de gestión: visualizan el estado de todos los sistemas, combinan datos de diferentes fuentes como sensores, bases de datos o sistemas de información externos y procesarlos tanto en tiempo real como en histórico.
  5. Inteligencia artificial: hace posible que las máquinas aprendan de la experiencia y se ajusten a entornos en constante cambio. Esto mejora la eficiencia, reconociendo patrones de los datos recogidos y aplicando algoritmos optimizados.
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Foto: Haltian