Después de regresar de lo que parecía ser la mejor pasantía de su vida, Danae Daniels, estudiante de la Universidad Agrícola y Mecánica de Florida, se enfrentó a un devastador problema en su apartamento fuera del campus: el moho. Durante su ausencia, desastres naturales azotaron Tallahassee, causando daños extensos y convirtiendo la situación en una crisis de salud pública.
Impacto del moho en la salud y la vivienda
El investigador Parham Azimi, de la Escuela de Salud Pública de Harvard, destaca que si una casa se expone a inundaciones y no se seca en 24-48 horas, el moho es casi seguro. Los edificios residenciales en EE.UU. enfrentan un riesgo significativo, con un 47% reportando moho o humedad.
Consecuencias para la salud
El moho puede causar desde reacciones alérgicas leves hasta enfermedades respiratorias graves. Según los CDC, los síntomas incluyen congestión, asma y, en casos severos, inflamación pulmonar e incluso daño neurológico.
Desafíos en la remediación
El costo de eliminar el moho es alto, oscilando entre $1,223 y $3,751 en promedio, y puede superar los $30,000 en casos extremos. Para las comunidades de bajos ingresos, el riesgo es mayor, ya que la vivienda alternativa es escasa.
Retrasos en la ayuda gubernamental
Programas como el Community Development Block Grant Disaster Recovery tardan en distribuir fondos, dejando a las familias en condiciones insalubres. La organización de Mac Legerton en Carolina del Norte ofrece programas de capacitación para remediar moho y brinda servicios gratuitos a comunidades vulnerables.
La necesidad de políticas proactivas
Expertos, como Azimi, advierten que el cambio climático intensifica las tormentas, aumentando el riesgo de enfermedades relacionadas con el moho. Se necesita una respuesta política más rápida y un aumento en la financiación para la remediación de moho.
Sin políticas proactivas, millones más podrían enfrentar condiciones de vida insalubres a largo plazo, lo que subraya la necesidad de un enfoque más efectivo y oportuno en la distribución de ayuda.