Energía y real estate: el kilowatt ya define el suelo y el cap rate

Un reporte de Chubb sobre la transición energética en América Latina aterriza la discusión donde importa: riesgo, financiamiento y continuidad operativa. Para real estate, el kilowatt y el seguro ya pesan en permisos, valuaciones y cap rates.

Chubb, compañía global de seguros, reforzó su apuesta por el desarrollo sostenible al expandir su oferta de soluciones para energías renovables en América Latina. El mensaje de fondo no es “verde”. Es financiero: la región se consolida como generadora de energía limpia, pero la escala trae riesgos climáticos y de mercado que ya se están monetizando en el costo de capital.

En su informe “El futuro energético de América Latina: Una transición asegurada”, Chubb reporta que en 2023 el 62% de la electricidad en América Latina provino de fuentes renovables, muy por encima del promedio global (30%). Ese número suena ganador. En real estate, el impacto es más filoso: el kilowatt dejó de ser un insumo y se volvió condición de factibilidad, de ocupación y de valuación.

La transición energética no solo cambia qué se construye. Cambia qué se puede operar y financiar.

El reporte no celebra la transición: la asegura

Chubb plantea una idea práctica: el crecimiento de renovables sí avanza, pero viene con fricciones duras. Volatilidad del mercado, fenómenos climáticos extremos y la necesidad de financiamiento para proyectos grandes.

Miguel Ángel García, Power and Energy Head y Climate+ Regional Practice Leader en Chubb América Latina, lo dijo sin maquillaje: “El crecimiento de las energías renovables en América Latina es innegable, pero también conlleva riesgos asociados a fenómenos climáticos extremos y fluctuaciones del mercado. En Chubb, trabajamos para ofrecer soluciones de seguro que protejan tanto a los inversionistas como a las comunidades locales, garantizando un desarrollo sostenible y seguro para todos”.

Esa declaración importa para el sector inmobiliario por una razón simple: cuando el riesgo sube, el spread sube. Y ese spread termina en cap rate, en condiciones de financiamiento y en decisiones de ubicación.

El 62% renovable no significa energía simple, barata ni disponible

El número regional se presta a optimismo rápido. Pero para real estate, lo relevante no es el porcentaje promedio.

Lo relevante es la disponibilidad local, la confiabilidad y la capacidad de respuesta de la red.

  • Renovables variables exigen red, respaldo y operación fina
  • Sin infraestructura y continuidad, un parque “verde” puede seguir siendo un entorno de riesgo operativo
  • El costo real no es el kWh promedio, es la energía firme cuando tu activo la necesita

Esto pega directo en verticales que dependen de continuidad: industrial, logística y especialmente data centers. Ahí, un corte no es “molestia”. Es pérdida, penalización y reputación.

Energía como variable inmobiliaria: del permiso al NOI

El kilowatt se volvió una variable inmobiliaria completa. No solo impacta opex.

Impacta:

Permisos y tiempos

Sin claridad de interconexión o capacidad, el proyecto se atasca o nace subóptimo.

Absorción y perfil de inquilino

El inquilino institucional no compra storytelling. Compra continuidad y cumplimiento.

Rentas y contratos

La energía confiable permite contratos más largos y menos fricción operativa.

NOI y gasto oculto

Cuando la continuidad falla, se dispara el costo por redundancias tardías, mantenimiento reactivo y rotación de inquilinos.

En síntesis: el activo no vale solo por ubicación. Vale por su capacidad de operar sin sorpresas.

Financiamiento: la transición también se mide en bancabilidad

Chubb subraya un punto que el mercado suele patear: proyectos grandes requieren financiamiento y, por lo mismo, una lectura quirúrgica de riesgo.

Para real estate, esto se traduce en underwriting más exigente.

El comité de inversión ya no debería preguntar solo:

¿Cuánto cuesta la tierra?

¿Cuánto cuesta construir?

¿En cuánto se renta?

Ahora debe preguntar:

¿De dónde sale la energía firme?

¿Quién responde si falla?

¿Qué cobertura existe para interrupción, daño, eventos extremos y volatilidad?

Porque si no hay respuestas, el capital compensa con precio: sube la tasa, baja el múltiplo, se estira el cap rate.

El seguro deja de ser trámite y se vuelve arquitectura del retorno

El giro de Chubb es claro: no basta con crecer en renovables. Hay que asegurar la transición. Coberturas adecuadas para mitigar riesgos climáticos y financieros.

En real estate institucional, el seguro ya no funciona como “requisito de cierre”. Funciona como parte del modelo.

Tres efectos prácticos:

1) Menos incertidumbre, mejor costo de capital

El capital institucional compra estabilidad. Si la cobertura reduce riesgos plausibles, se reduce prima implícita.

2) Mayor continuidad operativa, menor fricción comercial

En industrial y data centers, la continuidad se vuelve argumento comercial. Si el activo tiene resiliencia y cobertura, el inquilino paga por eso.

3) Mejor defensa del NOI ante shocks

Sin cobertura alineada, un evento extremo puede convertir un gran activo en un año malo de NOI.

No es romanticismo ESG. Es economía y control de daño.

México: la oportunidad no es solo construir, es operar con energía confiable

En México, el boom de nearshoring empuja demanda en industrial y logística. Pero el cuello de botella aparece cuando la energía no acompaña al ritmo del suelo.

Aquí, la lectura no es “¿hay demanda?”. La lectura es “¿hay energía firme en el punto exacto donde quiero meter m2?”.

Y eso tiene consecuencias:

  • Parques que se comercializan sin claridad de interconexión terminan comprando tiempo con descuentos
  • Proyectos que no modelan continuidad a tiempo acaban metiendo capex de emergencia en redundancia
  • La incertidumbre se traduce en concesiones o en pérdida de inquilino ancla

El mercado puede perdonar un lobby austero.

No perdona continuidad frágil.

Industrial y data centers: el kilowatt ya pesa más que el render

Hay verticales donde la discusión energética ya no es “un factor más”. Es el factor.

Industrial y logística

La operación se define por continuidad, costos estables y cumplimiento de estándares corporativos.

Data centers

La energía no es gasto. Es producto. La falta de redundancia convierte el activo en una apuesta.

En ambos, la transición energética abre oportunidades, pero solo para quien entienda el juego completo:

  • asegurar capacidad
  • asegurar continuidad
  • asegurar riesgo

El resto compite con “presentaciones bonitas”.

Lo que fondos y developers deberían exigir desde ya

Si el reporte de Chubb sirve para algo, sirve para endurecer el estándar.

En due diligence inmobiliaria, cuatro exigencias ya deberían ser default:

  • Energía firme y trazable Capacidad contratada, interconexión, tiempos, penalizaciones, redundancia.
  • Mapa de riesgo climático por ubicación No generalidades. Escenarios concretos que pegan en continuidad y costo.
  • Plan de resiliencia operativa Qué pasa si falla la red. Qué pasa si sube el costo. Qué pasa si hay evento extremo.
  • Seguro alineado al riesgo real del activo Cobertura que proteja inversión, operación y a la comunidad, como plantea Chubb.

Esto no es burocracia.

Es proteger retorno.

La lectura a futuro: el suelo va a seguir importando, pero la energía decide el valor

La transición energética en América Latina avanza y el número regional (62% renovable en 2023) confirma dirección.

Ahora viene la etapa difícil: convertir esa matriz en continuidad operativa, infraestructura resistente y financiamiento escalable.

Las señales que confirmarían un escenario positivo para real estate:

  • infraestructura energética conectándose a tiempo en corredores industriales
  • coberturas y estructuras de riesgo integradas desde el diseño, no al final
  • más capital institucional entrando donde la energía sea firme y auditable

Las señales que romperían el escenario:

  • eventos extremos recurrentes sin resiliencia ni cobertura
  • volatilidad de mercado trasladándose a opex y a contratos
  • proyectos que presumen “verde” sin continuidad y terminan pagando con NOI

El kilowatt ya no es un detalle técnico.

Es el filtro que separa el real estate que se puede financiar del que solo se puede vender.