Viernes remoto: el ajuste que está redibujando la demanda de oficinas

Hacer el viernes remoto no “regala” productividad: la reacomoda. CBRE sostiene que el viernes ya funciona como día de catch-up, planeación y tareas administrativas, mientras las interacciones de mayor valor se concentran de lunes a jueves. Para real estate, esto cambia la métrica que manda: menos obsesión por promedio semanal, más control del pico de ocupación y del diseño del espacio.

La pelea por el regreso a la oficina suele atascarse en lo emocional. Control, cultura, costumbre. Pero el mercado ya tomó una decisión silenciosa: el viernes dejó de ser un día “de oficina” para mucha gente, y forzarlo se ha vuelto una batalla cara.

CBRE, desde su práctica de workplace, propone algo que suena simple pero mueve todo el tablero: dejar el viernes como día remoto y diseñar la semana alrededor de eso. La lógica no es “trabajar menos”. Es separar el trabajo de alto contacto del trabajo de alto enfoque

El viernes no se murió, cambió de función

Emily Botello, Managing Director, Americas Consulting en CBRE, lo plantea directo: intentar imponer el regreso los viernes se ha vuelto un juego perdido. Mejor asumirlo y usarlo a favor. 

Su argumento gira en un cambio de comportamiento que ya se observa en equipos ejecutivos:

  • De lunes a jueves se apilan reuniones, coordinación, clientes, revisiones y trabajo en equipo.
  • El viernes se usa para “catching up”: planear, organizar, actualizar calendarios, completar entrenamientos, escribir, transcribir notas, archivar, hacer housekeeping digital. 

Sí, esos pendientes “valen menos” si solo mides output inmediato. Pero siguen siendo parte de la operación. Y compactarlos en un día reduce fricción el resto de la semana.

Botello incluso describe una encuesta informal con más de 30 líderes de CBRE: más de la mitad dijo que los viernes los usa para ponerse al corriente, y cerca de 60% reportó sentirse motivado y engaged ese día. 

La productividad cae el viernes, pero no por donde crees

El dato que siempre sale es el “Friday slump”. En el texto se cita que algunos estudios estiman una caída de 20% a 35% en task completion los viernes. 

La trampa es interpretar eso como “viernes improductivo” y ya.

La lectura más útil para negocio es esta:

  • El viernes baja la producción de tareas “visibles”.
  • El viernes sube la producción de tareas que evitan que la semana se rompa.

En empresas de servicios, editorial, tecnología o inversión, ese “trabajo invisible” sí tiene retorno: reduce retrabajo, acelera arranque del lunes y deja más limpio el pipeline.

La oficina no se llena parejo, se llena por picos

Para real estate, lo más importante del planteamiento de CBRE no es la productividad. Es la ocupación.

Botello recuerda algo básico y poco cómodo: con casi dos décadas de data, la mayoría de las empresas nunca llega a 100% de utilización, y el viernes es consistentemente el día de menor uso

Placer.ai, citado en una nota reciente sobre el tema, pone números a esa asimetría: en un índice nacional de edificios de oficina (octubre), solo 12.4% de las visitas semanales entre semana ocurrían en viernes, contra más de 23% martes y miércoles y 21.8% jueves

Kastle Systems también ha documentado el patrón general: martes suele ser el pico y viernes el valle

Esto cambia la pregunta del arrendador y del inquilino.

Ya no es “¿cuántos días vienen?”.

Es “¿cuántos vienen el martes?”.

El edificio se renta por martes a jueves

Cuando el uso real se concentra, la demanda se mueve hacia espacios que maximizan esos días:

  • salas de juntas y war rooms que sí soporten colaboración intensa
  • phone booths y espacios para foco
  • zonas de socialización diseñadas para martes a jueves
  • tecnología de reserva, ocupación y analítica en tiempo real

Los eventos de cultura también migran. Botello lo dice sin rodeo: lo social ya no pasa el viernes. Pasa en el medio de la semana, cuando hay más gente. 

Para el propietario, esto abre dos frentes inmediatos:

  1. Diseño: menos m² “de escritorio fijo” y más m² de colaboración y servicios.
  2. Contrato: modelos más flexibles, expansiones temporales y servicios incluidos, porque el uso no es lineal.

El viernes como “buffer day” también se ve en consumo

Hay una señal lateral que ayuda a entender por qué el viernes se volvió un híbrido entre trabajo y vida: el consumo se reacomodó.

CBRE cita datos de Placer.ai donde las visitas a Kroger en viernes rivalizan sábado y domingo, y quedan 2% a 3% arriba de las visitas promedio de lunes a jueves. También menciona que en Costco, el viernes se acerca a domingo con una diferencia de 1.24%

Traducción inmobiliaria: el viernes es un día donde la gente mete pendientes personales. Eso reduce tolerancia a traslados y reuniones tarde. Pelear contra eso es pelear contra el calendario social.

Quién gana, quién pierde

Ganan:

  • Empresas que diseñen semanas con intención: martes a jueves para interacción, viernes para foco y planeación.
  • Edificios A que entiendan picos y vendan experiencia, no solo m².
  • Operadores de flex que resuelvan overflow de martes a jueves sin obligar a rentar de más todo el mes.

Pierden:

  • Oficinas “commodity”: mucho escritorio, poca colaboración, amenidades pobres.
  • Arrendadores que midan éxito por promedio semanal y no por picos.
  • Equipos que sigan metiendo reuniones el viernes por inercia: castigan foco y castigan adopción.

Qué hacer ya: política simple, operación dura

Si decides probar “viernes remoto”, no lo hagas como beneficio. Hazlo como sistema operativo.

Reglas mínimas que suelen funcionar:

  • Martes, miércoles, jueves: días de oficina para colaboración, clientes y decisiones.
  • Viernes: remoto por default para catch-up, documentación, planeación, entrenamiento y cierre de pendientes.
  • Cero juntas internas de seguimiento los viernes, salvo incidentes críticos.
  • Los all-hands, trainings en vivo y cultura: en medio de la semana, no al final. 

Métricas que sí dicen la verdad:

  • tiempo de ciclo de entregables de lunes a jueves
  • backlog que entra al viernes vs backlog que sale el viernes
  • ocupación pico por día (no promedio)
  • calidad: menos retrabajo, menos errores, más claridad de prioridades el lunes

Señales que confirmarían la tendencia… y señales que la romperían

Confirmación:

  • ocupación estable o creciente martes a jueves, con viernes plano
  • contratos que migran a flexibilidad y servicios
  • más inversión en espacios de colaboración vs m² “fijos”
  • empresas dejando de perseguir el 100% de ocupación como trofeo

Ruptura:

  • regulación o políticas internas que obliguen 5 días y que se sostengan en el tiempo
  • presión comercial que requiera presencia física extendida (en ciertas industrias)
  • caída fuerte en coordinación o calidad por falta de rituales bien diseñados

El viernes remoto no es “trabajar menos”. Es mover el trabajo que no necesita oficina fuera de la oficina y concentrar la oficina en lo que sí paga su renta: decisiones, coordinación, clientes y cultura. El edificio que no se adapte a esa verdad va a seguir vacío el viernes, pero también va a empezar a verse caro el martes.