Chile es un país que recibió mucha influencia europea a lo largo del siglo pasado, lo cual provocó un choque cultural enriquecedor que terminó reflejándose en la arquitectura. El resultado es lo mejor de dos mundos.

De esto se trató la exposición Invierno: imágenes de la arquitectura contemporánea chilena, sobre cómo la practicidad, la necesidad y el diseño convergen hasta crear monumentos referentes en la edificación a nivel mundial. Estuvo disponible en el Museo de la Ciudad de México.

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Fotografías por Pezo Von Ellrichshausen

Desde los inhóspitos climas de la Patagonia, pasando por zonas de escasos recursos, escuelas y hasta viviendas de lujo, las construcciones que se presentaron a través de fotografías en el Museo de la Ciudad de México esbozaron por completo lo que es vivir en Chile, sin dejar nada de fuera.

La exposición, curada por Cristóbal Molina Baeza, tuvo el gran acierto de enaltecer los espacios útiles, en los cuales se pudo plasmar una obra sin pretensiones y ajustándose al presupuesto concedido.

La exposición se compuso por el trabajo de quince fotógrafos que buscaron a lo largo del país sudamericano los mejores ejemplos de por qué Chile es un referente en la disciplina. Algunos de los responsables de “Invierno” fueron Ignacio Acosta, Erieta Attali, Iwan Baan, David Bestué, Bleda y Rosa, Leonardo Finotti y más.

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Fotografías por Felipe Fontecilla

Estas fotografías singulares estuvieron distribuidas en tres salas interconectadas; cada uno de los artistas presentó una serie de retratos que enaltecen la arquitectura y los elementos en el paisaje que complementan a las viviendas y a las fotos. A fin de cuentas ambas ramas artísticas utilizan las luces y los espacios para plasmar algo.

Parte de la curaduría consistió en colocar un texto a lado de cada grupo de fotografías para resaltar al autor; la ficha incluía también el origen del artista, el nombre de la edificación fotografiada junto con su año de construcción, la locación, el nombre de los arquitectos y una breve descripción de cómo los chilenos interactúan con estas piezas del patrimonio.

Asimismo hubo otra sala oscura en las que se aprecian videos de cómo se viven los espacios exhibidos, este contenido audiovisual estaba disponible también en las pequeñas pantallas incluidas debajo de cada una de las quince piezas que arman “Invierno”. En estas se mostró a la arquitectura como algo para usarse, espacios hechos para ser tomados por los usuarios y convertidos en propiedad física e ideológica de los mismos.

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Fotografías por Xavier Rivas

En muchas de las obras presentadas se enfoca la intervención sobre los cimientos originales. La arquitectura es tomada por la comunidad que la habita hasta que los inmuebles se adapten a su vida cotidiana.

Se ha comprobado que cuando los habitantes de cierta zona se sienten ligados a un espacio, se vuelven más responsables y respetuosos con el mismo; desembocando finalmente en una sociedad más sana.

Algunos de los arquitectos que estuvieron presentes por sus obras fueron Smiljan Radic, Cecilia Puga, Paula Velazco, Tomás Cortese, Sebastián Irarrázaval, Germán del Sol y por mencionar algunos.

Invierno estuvo disponible hasta el 31 de mayo de 2021 en el Museo de la Ciudad de México del Zócalo. Un sitio que no solo ofrece la posibilidad de deleitarse con el aluvión de obras chilenas, sino que es en sí un edificio que se yergue desde el México Virreinal en 1535. Después de ser palacio, vecindad, local comercial y recinto cultural, se convirtió en Monumento Histórico y en un bastión de la arquitectura nacional.

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Este es un artículo de la edición 126; descárgala aquí.