El Centro de Astrobiología del CSIC, España, presentó Nüwa, candidata a ser la primera ciudad humana en Marte.

La ‘Mars Society’ eligió este proyecto de la firma española Abiboo Studio, como uno de los diez candidatos a convertir el planeta rojo en un lugar habitable.

Nüwa es una urbe construida sobre una pared vertical, protegida de la radiación y capaz de albergar a 250.000 personas.

Se ubicará en Tempe Mensa, en el hemisferio norte del planeta rojo y será la capital de las cinco ciudades que Abiboo Studio tiene pensadas para Marte.

Alfredo Muñoz, fundador del estudio, informó que el viaje a Marte tomará entre seis y nueve meses, y el mayor problema sería la pérdida de masa muscular.

“Después tendríamos que adaptarnos a una gravedad muy inferior a la de la Tierra. Un gran reto para el hombre y para la ciencia”, añadió al respecto.

Finalmente, el fundador de la firma cree que la ciudad de Nüwa podría empezar a construirse alrededor de 2054 y estar terminada para el 2100.

El viaje tendrá un costo de 300.000 dólares (alrededor de 255.000 euros).

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Cortesía: Abiboo Studio

Nüwa resistirá las condiciones adversas de Marte

Alfredo Muñoz explicó que el acantilado vertical permitirá traer luz indirecta, lo cual es fundamental.

“Nos permite reducir las pérdidas de calor, porque en Marte hace mucho frío. Incluso en las zonas más cálidas la temperatura es similar a la de la Antártida”, señaló.

La firma destacó que la forma de este hábitat también le protegerá contra meteoritos y de las grandes tormentas de arena.

Además, Nüwa resistirá los rayos ultravioletas, que en Marte son 100 veces superiores a los de la Tierra.

La vida en Marte es hostil. Su clima es extremadamente seco, la presión atmosférica es muy baja y hay grandes tormentas de arena”, añadió Alfredo Muñoz.

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Cortesía: Abiboo Studio

Cuevas habitables

Entre las diferentes imágenes que se han capturado de Marte, destacan siete agujeros que se creen, podrían ser entradas a cuevas.

Estas podrían ser perfectas para acoger exploradores humanos, opinó Daniel Viúdez Moreiras, investigador del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC).

“Las cuevas tendrían niveles de radiación ultravioleta similares a las que tenemos en la Tierra. Tendrían suficiente luz como para poder sobrevivir en ese entorno”, añade.