CASA es un proyecto creado por alumnos de la UNAM de distintas especialidades, como una respuesta sustentable a los problemas de la Ciudad de México.

Se trata de una vivienda que busca consumir la menor cantidad de recursos naturales, aprovechar los rayos solares y generar un mínimo de residuos.

A su vez, tiene paneles fotovoltaicos para generar electricidad y cuenta con sistemas para tratar el agua residual mediante biofiltros y de recolecta pluvial.

Incluso, es capaz de obligar a sus habitantes a hacer ejercicio y resolver el problema del transporte, al considerarse un hogar “todo incluido”.

“Buscamos que las personas dejen de vivir en las afueras y vivan más en la ciudad”, explicó Mariana Montes Staines, miembro del equipo.

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CORTESÍA: DGSC

Sistema compuesto de módulos

Al aprovechar las azoteas de casas y edificios, “CASA”, es un sistema compuesto por varios módulos: el social, el comunitario y el privado.

El módulo privado puede ser una sala o un sofá-cama, dependiendo de las necesidades que tenga cada familia. El social es la cocina y el espacio comunitario para realizar clases o reuniones.

La inspiración para este prototipo, que tuvo un costo de tres millones de pesos, fue la Unidad Habitacional Vicente Guerrero de la alcaldía Iztapalapa.

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CORTESÍA: DGSC

Prototipo de CASA, premiada en Francia en 2014

Cabe destacar que el primer prototipo, creado en 2014, ganó en la categoría “Ingeniería y construcción”, del concurso de Casas Solares en Francia.

“Es una construcción tan simple que era como pegar con tuercas y barras de acero, por eso ganamos el “Solar Decathlon Europe”, comentó el equipo.

Compitiendo contra países más industrializados, el proyecto mexicano logró colocarse también en el pódium de las premiaciones en las categorías “Diseño Urbano”, “Transportación y Asequibilidad” y “Sustentabilidad”.

“Muchos países traían sistemas automáticos donde el habitante era pasivo y lo que nosotros proponemos es la activación. Promovemos que la gente se mueva más”, agregó Gabriela Hernández, miembro del equipo.

Para lograr este propósito se cuenta con un procedimiento de bombeo que se adapta a una bicicleta común.

“Con solo pedalear 20 minutos, se sube el agua suficiente al tinaco de 450 litros lleno listo para bañarse”, explicó Víctor Banda Loza.