Marisol Becerra es directora de Tinsa, una empresa española con operaciones en México y Latinoamérica, que tiene una información de primera sobre el panorama de lo que está pasando en la vivienda. La firma tiene más de 30 años en dos líneas de negocios principales, el área de avalúos y el de consultoría inmobiliaria. En el mercado mexicano comenzó en el 2000, es decir, está cumpliendo 23 años.
“Lo que hacemos, además de las tasaciones, es trabajar con todos los players del sector, desde los desarrolladores, dueños de la tierra, fondos de inversión, bancos y con todos trabajamos a través de data, es decir, estamos convencidos que la información es poder (pero una buena calidad de información únicamente). Hoy en día, tenemos un bombardeo de plataformas y de big data acerca del mercado, pero es bien importante entender realmente dónde se origina esa data”.
A partir de esta premisa, la ejecutiva planteó una serie de datos relevantes sobre Mérida y Yucatán para ayudar a identificar oportunidades de vivienda.
Para comenzar destacó que, el año pasado, el 54% de todas las viviendas escrituradas a través de todo un crédito hipotecario fueron de foráneos, contando solamente viviendas escrituradas. “No estamos considerando preventas ya que ahorita hay muchísima oferta. Esto nos habla de qué es lo que está pasando en esta región, pues en los últimos cinco años, cerca de 100 mil personas han llegado a Yucatán, y esto ya no es solamente los que compraron para invertir, sino los que ya decidieron venirse a vivir a esta región del país”.
¿Qué es lo que ha motivado esta migración? Según Becerra, los habitantes de la Ciudad de México, Monterrey y Puebla están entre los principales compradores de vivienda en la península yucateca y la razón son los indicadores positivos.
Uno de ellos, muy importante, es la economía que está creciendo, a diferencia del resto del país donde desafortunada se ha notado un estancamiento, pues creció 8 por ciento.
El año pasado creció 489% la inversión extranjera, lo que ocasionó la creación en 2022 de 60 mil nuevos empleos. “Hoy tenemos poco más de 400 mil empleos solamente contando la economía formal; esto es lo importante porque, aunque la economía no formal o mixta es un reto que tenemos que atender a través de financiamiento, si nos vamos más a la segura, con el crédito tradicional, hoy tenemos más 400 mil trabajadores dentro de este esquema de afiliados, y por lo tanto, clientes potenciales para una vivienda”.
Es importante señalar que Mérida se colocó como la cuarta mejor ciudad del mundo, solo detrás de Tokio, Bangkok y Singapur. En el caso de la costa de Progreso, ocupó el tercer lugar en arribo de cruceros de todo el país durante el 2022. A nivel estado, Yucatán se posicionó en primer lugar en el índice de paz en México, lo que lo califica como el estado más pacífico y seguro.
En cuanto a datos demográficos, la vivienda rentada también ha crecido, sobre todo por el tema de la migración pues de las personas que llegan no todos están comprando. “Algunos llegan a trabajar y rentan, eso también nos abre la puerta para la inversión, lo que origina que muchos propietarios apuesten por las rentas de corto plazo a través de plataformas digitales como Airbnb”.
También la renta tradicional está teniendo un crecimiento importante y en este sentido, puede haber oportunidad en los proyectos institucionales de renta. “Casi no hay y en todo nuestro país sigue siendo un mercado muy incipiente; hay muy pocos operadores y sin duda Mérida puede ser un mercado de oportunidad para este segmento, con las cifras que estamos viendo”.
A nivel económico, el estado creció casi 9% anual en el último periodo y como resultado, la vivienda creció de manera importante. En el año 2000 había 192 mil viviendas y en 2023 hay poco más de 368 mil.
Sin embargo, en 23 años la configuración de las familias ha cambiado. “Anteriormente, en promedio, había cuatro personas por vivienda en familias mononucleares; hoy con toda esta migración, toda la gente que está llegando, vemos que el tamaño promedio es de tres integrantes y esto también nos lleva al tamaño de las viviendas, que si bien, siguen siendo mucho más grande que el resto del país, poco a poco se ha ido ajustando y deben hacerlo”.
Por Juan Rangel
Es un texto de la edición 138 https://inmobiliare.com/inmobiliare-138/