Si bien el cambio climático es una transición natural, desde el siglo XIX las actividades humanas han sido el principal acelerador de esta transformación; de acuerdo con las Naciones Unidas, entre los factores de esta alteración, se encuentra la quema de combustibles fósiles como el carbón, petróleo y gas.
Para mejorar la calidad del medio ambiente, desde el real estate, diversos desarrolladores han empezado a construir de una manera más sostenible.
Este tipo de edificación se enfoca en satisfacer las necesidades del presente sin afectar a las futuras generaciones; y, la arquitectura sostenible “busca satisfacer el confort de los usuarios y las necesidades de funcionalidad que requiere la tipología del edificio, evitando impactar negativamente a las siguientes generaciones”, explica Lourdes Salinas, Fundadora de THREE Consultoría Medioambiental en entrevista para Inmobiliare.
Además, comenta que este tipo de diseños busca encontrar estrategias que permitan que los proyectos tengan menores impactos ambientales sin dejar de ser confortables o cubrir con las necesidades de los usuarios, siempre buscando una mayor calidad de vida de los ocupantes de forma rentable.
Hoy en día, es cada vez más común ver especialistas como consultores de fachadas, o de acústica, que ayudan a lograr el éxito de los proyectos. Los consultores medioambientales no son la excepción, ya que participan apoyando a los desarrolladores y arquitectos a informar sus decisiones para construir de manera sostenible y rentable.
“Evalúan diversas opciones de diseño hasta identificar aquellas que generen beneficios sin que necesariamente incremente el costo del proyecto; la manera en la que se busca la sostenibilidad es por medio de un análisis de software, el cual permite identificar cuáles son los materiales más adecuados y beneficiosos para cada proyecto”, comenta Salinas.
Arquitectura Sostenible, ¿Moda o necesidad?
En 2018, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indicó que si para el 2030 no se reducía un 50% las emisiones globales de gases de efecto invernadero, una extinción humana en el futuro, sería inminente, comenta Lourdes Salinas.
A principios de abril de 2022, la ONU destacó que las emisiones de gases de efecto invernadero deberán reducirse en un 43% para el año 2030, y que los siguientes años serán críticos para limitar el calentamiento global al 1,5 °C desde los niveles preindustriales.
“Por lo que de aquí al 2030 es necesario que todos pongamos nuestro granito de arena para poder reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y minimizar los impactos ambientales”, destaca la Fundadora de THREE Consultoría Medioambiental.
Es por eso que en la arquitectura, la sostenibilidad no es una moda: es una necesidad que además puede incrementar la rentabilidad de los proyectos y promueve una operación eficiente. De acuerdo con un estudio del 2021 del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible, denominado Caso de Negocio de LEED en América Latina, el promedio de incremento de inversión en proyectos sostenibles es de 1.42%, donde más de la mitad de los proyectos analizados indicaron tener una inversión adicional imperceptible menor al 1 por ciento. En este mismo estudio, el 42% de los proyectos analizados indicaron un periodo de retorno inferior a un año y ninguno indicó retornos de inversión mayores a seis años.
“Aquellos que verdaderamente demuestren el menor impacto, los mayores ahorros, los mejores beneficios, no solamente los usuarios finales los van a buscar, sino que también las instituciones financieras los reconocerán”.
De acuerdo con Salinas, los desarrolladores que actualmente invierten en arquitectura sostenible son los líderes del mercado, pero visualiza que, en los próximos años, muchos más jugadores del real estate integrarán esta práctica a sus proyectos.
Actualmente, la normativa local solo se enfoca en algunos criterios de los edificios, como por ejemplo la envolvente con la NOM-008 y 020. Existen otras normas que abarcan más temáticas como la NMX-AA-164- SCFI-2013 o el Código de Conservación de Energía para Edificaciones en México, sin embargo, estas son voluntarias. Los líderes del mercado se están posicionando a través de demostrar cumplimiento con todas las normas obligatorias y también con algunas voluntarias, tanto nacionales como internacionales.
“Cuando la normativa local abarque criterios holísticos de sostenibilidad y lo exija en todos los proyectos, se volverá la línea base y todos lo tendrán que hacer; es ahorita cuando los desarrolladores deben aprovechar y demostrar liderazgo a través de la sostenibilidad, y hay muchas formas de hacerlo. Las más reconocidas son certificaciones internacionales y la medición y reporteo de indicadores ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza). A aquellos (desarrolladores) que se queden fuera, probablemente les costará mucho trabajo ponerse al corriente, y aquellos que inviertan ahora, tendrán el beneficio adicional de ser de los primeros”.
En esta línea de demostrar el impacto de los proyectos sostenibles, al día de hoy se están desarrollando proyectos Net Zero; inmuebles que demuestran efectos netos de cero energía, cero emisiones de carbono, cero residuos y/o cero agua.
“Son aquellos edificios que demuestran en 12 meses de operación que produciendo en sitio la cantidad de recursos que consumen. Hay muchos desarrollos que están enfocados y alcanzando el “cero”, lo vemos desde el sector industrial hasta el comercial”.
Para que un inmueble sea considerado de este tipo tiene que demostrar alguna de las siguientes cuatro cosas:
Net Zero en carbono: reduce al máximo su consumo de energía, pero todavía tiene un porcentaje de utilización en sitio. “Compra bonos de carbono para netear las emisiones que genera la energía que se consume en el año”, explica Salinas.
Net Zero energía: produce la misma cantidad de energía en sitio que la que consume.
Net Zero agua: reutiliza la misma cantidad de agua que consume en el sitio, ¿cómo se hace esto? “Primeramente se debe reducir el consumo de agua potable en el sitio, con muebles sanitarios eficientes, y minimizando las demandas como colocar paisajismo regional. Después se puede buscar aprovechar el agua de lluvia, condensados, aguas grises, agua de tormenta y/o agua negra. Si la demanda y oferta de agua de reuso es suficiente para lograr el neteo, ahí pararían las estrategias, pero inclusive, en lugares donde no llueve mucho, se pudiera minar agua del drenaje, tratarla y reutilizarla. Para poder tener agua potable para las demandas que así lo requieran, se pueden utilizar procesos de osmosis inversa e inclusive añadir al agua los minerales o nutrientes que típicamente incluye el agua potable de la región.
Net Zero residuos: a diferencia del carbono, la energía y el agua que tienen que llegar al 100% de balance, cero residuos implica desviar el 90% de los desechos que se generan en el sitio del relleno sanitario. Esto se puede lograr mediante la reducción, reutilización, donación, reciclaje, etc.
En México, el primer edificio certificado como LEED Zero que recientemente fue galardonado como el mejor proyecto de vivienda unifamiliar a nivel mundial por el LEED Homes Awards del 2022, es la Casa Anáhuac un proyecto habitacional en Monterrey.
También se encuentra como aspirante a la certificación NZEB (Net Zero Energy Building) el OUM Wellness, ubicado dentro del desarrollo Arboleda en Monterrey, Nuevo León.
Por Rubi Tapia
Este es un fragmento del artículo “Arquitectura Sostenible, ¿moda o necesidad?” de la edición 133 https://inmobiliare.com/inmobiliare-133/