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    Back to the future: el futuro de la industria inmobiliaria está en nuestras raíces

    Te despiertas sin alarma. Vas a la cocina y te preparas tu café; despacio, sin prisa, sabroso. Nada de capsulitas: tu café es orgánico y local, de los mejores que has probado. Sales a tu balcón, observas la ciudad y lees las noticias tranquilamente mientras le das un sorbo a tu café.

    Ves la fecha: 15 de marzo del 2030. ¡Válgame! Ya pasaron diez años. Una década de la locura por el papel de baño, las air fryers y el pan de masa madre. Diez años de la época en la que ir al súper era el highlight de la semana, era un evento casi fantástico salido de una película de ciencia ficción.

    El encierro nos jugó un numerito a todos, particularmente a los que trabajamos en la industria inmobiliaria. Retrasó lanzamientos, cambió paradigmas e incluso dio un giro de ciento ochenta grados a algunos sectores.

    Pero en estos diez años lo has pensado mucho, y te diste cuenta que la pandemia no hizo más que acelerar el futuro. Y paradójicamente, nos acercó también a nuestro pasado.

    People wearing protective masks are showing stop sign by hands.

    Antes del Covid: incertidumbre y desconexión

    No olvidemos que, incluso antes de saber qué era Covid-19, la industria en México ya estaba pasando por un momento complicado. Las elecciones del 2018 detonaron un ambiente de incertidumbre generalizada; muchos desarrolladores e inversionistas dudaban que sus proyectos se vendieran al ritmo y precio que ellos esperaban e incluso temían la reducción de inversión extranjera en nuestro país.

    El 2018 y 2019 fueron años caracterizados por incrementos de terror en el precio del acero y el cemento, unas tasas de interés altas y una alta dependencia del perfil de inversionistas que compran una casa, oficina o departamento para rentarla a un tercero. Pero sobre todo, durante este tiempo se perdió el enfoque en conocer y atender la demanda real de la zona, en las necesidades de la población, en el usuario final.

    “¿Qué está haciendo el de al lado?” “¿En cuánto está vendiendo y qué tan más caro puedo vender yo?” Estas son las preguntas que nos hacíamos, en lugar de “¿Cómo puedo crear un proyecto que mejore las condiciones de esta zona?” “¿Qué formas de pago le puedo ofrecer a estas personas para que quieran y puedan comprarme?”

    Y en los siguientes años, las consecuencias de esta forma de hacer negocios se hicieron completamente evidentes.

    El Fenómeno Covid

    Durante la primera mitad del 2020 el mundo parecía estar de cabeza. Nadie, ni los gurús del foresight, sabían lo que sucedería luego de meses de encierro, trabajo desde casa y muchos de nuestros lugares favoritos cerrados hasta nuevo aviso.

    Algunos segmentos de vivienda se vieron fuertemente afectados por la pandemia, como es el caso de la media y media residencial, correspondientes a los productos enfocados a segmentos económicos que tuvieron un impacto importante de desempleo a corto y mediano plazo.

    Sin embargo, otros segmentos mantuvieron sus ventas intactas: los productos de entre 2.5 y 6 millones de pesos mantuvieron los rangos de absorción pre-Covid, algunos incluso se aceleraron. Esto debido a que los segmentos a los cuales están orientados estos productos tuvieron un impacto de menos del 5% en su capacidad de ingreso. Quienes lo vieron y entendieron, lograron crecer de maneras poco imaginadas.

    Por el contrario, con las tasas de interés para créditos hipotecarios más bajas, este perfil ahora tenía una capacidad de compra hasta 30% mayor que antes. Es decir, que si antes podía comprar una vivienda de 3 millones de pesos, ahora le alcanzaba para gastar 4 millones porque su pago mensual de hipoteca quedaba prácticamente igual.

    Cabe recalcar que este aumento en la capacidad de compra vino forzosamente acompañado de una mayor exigencia al momento de adquirir una vivienda: los compradores ya no aceptan tan fácilmente los “paquetes de acabados” u otras de las tácticas que funcionaban muy bien para el perfil de comprador inversionista.

    Por: Héctor de Prosperia

    hector@prosperia.mx

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    *Nota del editor:
    Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Inmobiliare.

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