lunes 14 julio, 2025

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El 10% de la crisis ambiental tiene solución; más madera en la construcción

Vista detallada de las cerchas de madera bajo construcción, enmarcadas contra un cielo despejado. Las vigas—perfectamente alineadas y aseguradas con placas metálicas—evidencian prácticas constructivas sostenibles y duraderas. Esta meticulosa atención a la calidad estructural garantiza una inversión segura y atractiva para quienes buscan excelencia arquitectónica en el mercado inmobiliario premium.

Dibujar una casa es probablemente uno de los ejercicios más comunes de la infancia ¿Qué resulta cuando lidiamos con este primer reto de la vida? La realidad es que más del 60% de nuestros hogares son producto de la autoconstrucción; una edificación de madera de un país desarrollado.

Producto de la difusión masiva de cultura americana o de nuestro subconsciente, las casas de madera flotan en un éter de existencia irreal; sabemos que son posibles pero intuimos que son cosas de “gringos”. La verdad es que a los latinos nos gusta el concreto y ladrillo, y la idea de la casa de madera se apega más al dicho de “construcción en papel” o del diseño por el patrimonio familiar. De hecho, no solo en México tenemos esa preferencia por la durabilidad del concreto; este es el material más consumido en el mundo después del agua. Entonces, ¿por qué si el sistema constructivo en madera está tan presente entre nosotros, no existe más construcción de este tipo? 

Un hombre de cabello oscuro, vestido con un impecable traje negro, camisa blanca y corbata a juego, posa sonriente frente a un fondo claro y elegante. Su presencia confianza transmite e innovación en el sector inmobiliario premium. Reflexión sobre el uso estratégico de la madera en la construcción de alta gama como solución sostenible ante la crisis ambiental, una tendencia clave para inversores y compradores que buscan proyectos exclusivos comprometidos con la excelencia arquitectónica y el respeto al entorno.
JUAN HUICOCHEA MASON, CEO DE MICMAC.

La preferencia nacional por sistemas constructivos pétreos es cuestión moderna. Efecto de políticas de décadas recientes para proteger los bosques sumadas al desarrollo de la industria cementera y del acero, la construcción en México se orientó cada vez más hacia dichos materiales. A este efecto regulatorio y tecnológico se suma el carácter cultural latinoamericano por valoración de los núcleos familiares como pilares de la sociedad: la casa así se vuelve patrimonio y no estadía; y por ende su selección y calidad perenne es fundamental para el usuario. 

La regulación, el cambio de tecnología y la priorización del núcleo familiar hacen que el latinoamericano prefiera los sistemas de construcción pétreos por sobre aquellos de madera. Este efecto resulta importante en el mercado de la construcción cuando concientizamos que cerca del 80% del mercado inmobiliario es vivienda: la preferencia de consumo en este sector impacta profundamente otros segmentos e industrias.

En cuanto a la oferta, esta presenta una correlación probablemente causada como efecto de la relativa escasez de demanda: si el consumidor no requiere casas de madera, la industria tiene poco desarrollo sin los incentivos correctos de la IP y el gobierno. Es por ello que vemos una gran concentración de la industria maderera en el sector de aserraderos, construcción secundaria y carpinterías, pero no en estructuras: el mercado masivo aún no está listo para el desarrollo de esta vertical. Y más aún; si el mercado estuviera listo para tal, ¿darían nuestros bosques y selvas para satisfacer un incremento en la demanda? 

Un joven profesional, de imagen actual y distinguida—ataviado con un suéter de diseño contemporáneo en tonos negro, beige y verde sobre camisa blanca—posiciona su presencia ante un fondo neutro. Su actitud denota conciencia ambiental, cualidad esencial para quienes valoran inversiones inmobiliarias sostenibles y alineadas con las tendencias globales del mercado premium.
DANIEL VILLENA GUILLÉN, DESARROLLO DE NEGOCIO.

En México, la construcción en madera está en expansión y actualmente el país es el segundo mercado más grande de América Latina, sólo detrás de Brasil. En los últimos cinco años, la fabricación de productos de ingeniería en madera ha crecido a un ritmo del 10% anual y se proyecta un crecimiento compuesto del 6% hasta 2032. En 2023, el mercado de madera estructural en México alcanzó aproximadamente 100,000 metros cúbicos, abasteciendo tanto el mercado local como las exportaciones a Estados Unidos y Centroamérica. La industria forestal en México tiene un gran impacto económico y el país cuenta con 138 millones de hectáreas de vegetación forestal, lo que representa el 70% del territorio nacional. Durango y Chihuahua concentran el 50% de la producción maderable del país, del cual se estima que cerca del 60% es orientada a producción de construcción secundaria (tapiales, cimbras y refuerzos) exclusivamente. Y si bien podemos hablar de un nivel de producción sólido nacional, ¿es el pivote hacia esta industria realmente sustentable?

Hablemos de costos de oportunidad en la construcción; si la industria del cemento fuera un país, sería el tercer mayor emisor de CO₂, después de China y Estados Unidos. Actualmente, el cemento representa el 8% de las emisiones de efecto invernadero mundial. Las alternativas tradicionales a este sistema son pocas; el acero es descartado porque de todos es el material más contaminante por kilogramo, mientras que la madera es, en contraste, no solo de bajo impacto ambiental, si no carbón negativo. Es decir, la madera absorbe carbón durante todo su ciclo de vida siendo el sustituto natural del concreto. Diversos estudios estiman que hay un ahorro de media tonelada de CO2 al planeta por cada M3 de madera instalado en los edificios

Mapa de México que ilustra los principales tipos de vegetación en 2011: bosque mesófilo de montaña, bosque templado, selva húmeda, selva subhúmeda y matorral xerófilo. Estas regiones destacan por su relevancia estratégica tanto en la preservación ambiental como en el desarrollo inmobiliario premium, al ofrecer entornos naturales exclusivos y oportunidades únicas para inversiones sostenibles orientadas a clientes exigentes que valoran privacidad, bienestar y plusvalía a largo plazo.
Foto: Cortesía

Según un artículo de The Conversation (2014), “Los 3.400 millones de metros cúbicos de madera que se recogen cada año representan sólo el 20% del nuevo crecimiento anual. Aumentar la cosecha de madera al 34% o más tendría varios efectos profundos y positivos. Se evitarían emisiones por valor del 14-31% del CO2 mundial creando menos acero y hormigón, y almacenando CO2 en la estructura celular de los productos de madera”. Cabe recalcar que, además del almacenamiento de carbono, la madera tiene propiedades aislantes que mejoran la eficiencia energética de los edificios, disminuyendo la necesidad de calefacción y refrigeración y reduciendo aún más las emisiones de carbono. Reemplazar materiales convencionales como el concreto y el acero con madera puede evitar considerables emisiones de gases contaminantes y eficientizar la operación del edificio. 

“El uso de estructuras de madera presenta oportunidades económicas emergentes en el sector inmobiliario. Según el estudio de Drupp, Nesje y Schmidt (2024), los expertos en economía del clima recomiendan un costo social del carbono (SCC) de entre 70 y 250 dólares por tonelada de CO₂ para 2050, a fin de cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Estos datos sugieren que los desarrolladores inmobiliarios podrían enfrentar cambios significativos en los costos relativos de construcción a medida que se generalicen los precios al carbono, lo cual posiciona a la madera como una alternativa más competitiva en mercados regulados. Sin embargo, tal como señala el artículo Biodiversity Risk (Gossner et al., 2023), el creciente interés del sector inmobiliario por la construcción en madera conlleva riesgos ecológicos importantes; será necesario generar planes de explotación forestal que garanticen una trazabilidad rigurosa y el cumplimiento de estándares forestales certificados”, menciona Juan Palacios, Director Académico del Programa Líderes Globales en Real Estate de la Universidad de Maastricht y MIT.

Un gráfico de dona que ilustra las emisiones globales de carbono subraya la magnitud del desafío ambiental actual. La mayor proporción, representada en verde, corresponde a otras fuentes de emisiones; el gris indica el carbono operativo asociado al uso y mantenimiento de los edificios; mientras que la fracción más pequeña, en naranja, representa el carbono incorporado en los materiales de construcción. Esta visualización pone en evidencia la necesidad de adoptar soluciones innovadoras y sustentables—como la madera estructural—en proyectos inmobiliarios premium. Integrar materiales con baja huella ambiental no solo responde a estándares internacionales y demandas regulatorias crecientes, sino que añade valor tangible inversores para exigentes y compradores que buscan propiedades alineadas con un futuro responsable y cómodo.
Foto: Cortesía

Por otro lado, vemos que las oportunidades en el desarrollo de la industria son latentes: se percibe un creciente consumo por productos sustentables, una tendencia hacia el diseño con este material y, por último, un creciente desarrollo en sus procesos de construcción. 

El consumo de productos sustentables es motivado por un sector verde, así como por presiones de políticas locales, mitigación de riesgos operativos dado el cambio climático y por la necesidad de capital institucional de ser invertido en esta rama. Vemos también cada vez más despachos y marcas de experiencia prefiriendo el uso de este sistema sobre elementos modernos y estandarizados como el concreto y el acero; la madera es un vuelco a la posmodernidad. En esta ola de cambios vemos también una creciente industria de construcción sustentable (Greentech, Contech) que hará el acercamiento de los productos de madera más accesibles, con verticales que van desde la transparencia de datos (Tangible Materials), control de inventario (Hyppo Build), IA para la construcción (Matterport) y  robótica (Automated Architecture).

Gráfico comparativo que ilustra el ahorro total de CO₂ por cada kilogramo adicional de madera utilizado en la construcción de vigas, pisos y estructuras completas. El análisis resalta cómo la madera, empleada estratégicamente en proyectos inmobiliarios premium, representa una solución tangible a la crisis ambiental. Se detallan las fuentes específicas de reducción y emisión de CO₂, subrayando el impacto positivo del uso responsable de este material en desarrollos exclusivos orientados a inversores y compradores que valoran la sostenibilidad sin comprometer la sofisticación ni la calidad arquitectónica.
Foto: Cortesía

Pero no todo es bonanza para esta industria; la construcción en madera presenta retos tanto locales como globales. A pesar de ser popular en países desarrollados, la información sobre sus propiedades sustentables sigue siendo poco transparente y estandarizada; de hecho, la aportación sustentable de cada tipo de madera depende del origen, edad, y traslado del recurso desde su lugar de origen; por ello ha sido difícil de estandarizar su verdadera contribución al medio ambiente. 

Localmente los retos no son menores, ya que hay pocos jugadores en la cadena de suministro, provocando un mayor riesgo operativo del sector. También visualizamos una amenaza de incremento de precios si nuestra industria no se pone al corriente con el crecimiento de la demanda. Otro reto actual es que si bien reconocemos el carácter sustentable de construir con madera, hay discusiones que van desde la preferencia de la madera local (no necesariamente certificada) sobre la madera certificada (no necesariamente local) por su carácter ESG, pasando por la necesidad de encontrar un mecanismo que vincule los beneficios de este sistema constructivo con las diferentes certificaciones de edificios (i.e., Leed, Breeam, Well, EDGE, etc). 

Un análisis FODA en español examina cómo el uso de la madera en la construcción representa una respuesta sostenible frente a la crisis ambiental actual. Esta herramienta estratégica presenta, de manera estructurada y visual, las oportunidades, fortalezas, debilidades y amenazas asociadas con la incorporación de este material natural en proyectos inmobiliarios premium. El análisis se detalla mediante viñetas claras en cada categoría, facilitando la toma de decisiones informadas para inversores y compradores que buscan desarrollar o adquirir propiedades exclusivas alineadas con las tendencias globales de sostenibilidad y eficiencia constructiva.
Foto: Cortesía

“La certificación EDGE evalúa el uso eficiente de la energía, el agua y el carbono embebido en los materiales de las edificaciones como la madera, que presenta valores hasta seis veces menores de emisiones contra otros materiales tradicionales. Sin embargo, la validación de materiales no predefinidos sigue siendo un reto, ya que requiere Declaraciones Ambientales de Producto (EPDs), que son aún escasas en el sector. Esto es clave en la madera laminada, con gran potencial para construcción vertical, pero cuya evaluación debe considerar adhesivos y otros componentes”, comparte Joél Sánchez, líder del área de Construcción Sostenible para México de la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial.

Cabe destacar que la necesidad de una mano de obra especializada parece provocar un alza en los precios del sistema, contrario a lo que pasa en países como EUA donde el sistema es más común y está más comoditizado. A esta desventaja se suma su menor capacidad estructural comparada contra la del concreto y el acero. Finalmente, la innumerable cantidad de variables que se deben considerar durante su cálculo estructural complican la determinación del proyecto. Por si fuera poco, para el proceso de diseño se deben tomar en cuenta factores como el origen, producción y el mantenimiento que requerirá.

Es prioritario enfatizar que mucha de la opinión actual acerca de este sistema constructivo creciente viene del desconocimiento. Hablamos ya de diferentes razones por las que los consumidores tienen reticencia al uso de madera al pensar que es un sistema con carácter menos duradero. Hablamos también de la resistencia de la industria del diseño y la construcción a especificar madera por la complejidad para diseñar y construir con la misma. Pero mucho de esto está siendo ya desmitificado, y el mercado está presenciando un pivote que se refleja en un sector con crecimiento de más del 10% anual

Globalmente la madera está emergiendo como una verdadera alternativa a un diseño moderno que apreciaba la estandarización y artificialidad sobre la belleza de la naturaleza. También es contundente la correlación de la nueva demanda de madera con el crecimiento de la ola verde. Con esta visión estamos liderando la primera serie de webinars y workshops de carácter internacional donde el enfoque, por primera vez, lo orientamos a la industria de México y Latinoamérica en micmac.mx, la empresa líder regional en construcción de madera.

La industria está cambiando.

*Nota del editor: Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Inmobiliare.

Por: Juan Huicochea Mason, CEO de MICMAC

Es un texto de la edición 151 de la revista INMOBILIARE, dale CLIC AQUí para descargar. 

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