Por Mariano Capellino, CEO de Inmsa Real Estate Investments Management
En los últimos años, un gran número de Fondos de inversión se han trasladado de Estados Unidos hacia Europa, movimiento que ha captado la atención de expertos financieros y analistas, por marcar un cambio notable en el paisaje económico global.
Esta tendencia se ha manifestado con especial fuerza en sectores clave como el inmobiliario, donde la atracción por las oportunidades en Europa ha sido palpable.
Así, en el caso del Real Estate, la mayoría de los 200 fondos más grandes del sector migraron sus capitales desde Estados Unidos al viejo continente.
Cabe destacar que en 2023 la inversión inmobiliaria transfronteriza mundial en Real Estate fue de 196,300 millones de euros, de los cuales cerca de 65,200 millones de euros se ubicaron en Europa.
Como era de esperar, la mayoría de esos fondos proceden de compradores transfronterizos intraeuropeos, principalmente Francia y España. Sin embargo, un 40% procede de fuera de dicho continente.
¿Por qué aumenta el interés en el mercado europeo?
Entre los factores que explican esta migración de inversiones, se encuentra la estabilidad económica y política que se percibe en Europa, comparado con otras regiones.
A medida que las tensiones comerciales y políticas han afectado la previsibilidad de los mercados en otros lugares, un gran número de inversores están buscando refugio en la estabilidad relativa que ofrece esta región.
La diversificación de las carteras de inversión, también es otro factor clave en la toma de decisiones de los fondos: Europa ofrece una amplia gama de oportunidades de inversión en diversos sectores y mercados, lo que le permite a los inversores mitigar riesgos y maximizar rendimientos.
Justamente, es el sector inmobiliario de Europa el que ofrece un atractivo único: las ciudades son reconocidas por su estabilidad, infraestructura de calidad y estilo de vida atractivo, lo que las convierte en destinos preferidos para inversiones inmobiliarias a mediano y largo plazo.
¿Qué les espera a los Fondos de inversión en los próximos años?
En los últimos meses, la mayoría de los bancos centrales del mundo parecen haber logrado controlar la elevada inflación, lo que hace creer que, tarde o temprano, la mayoría de las entidades bajará sus tasas de interés para impulsar la economía.
Un ejemplo de esto es el del Banco Central europeo, el cual recortó su tasa de interés en 0.25 puntos, hasta el 4.25%, y prevé continuar por esta senda en los próximos meses.
En esta línea, la posible reactivación económica podría fomentar aún más las entradas de inversiones extranjeras, siendo los actores estadounidenses, israelíes, japoneses y taiwaneses los más interesados en el mercado europeo.
Según diversos estudios, el Reino Unido, Alemania, España y los Países Bajos serían algunos de los países que se verían más favorecidos por estas tendencias, mientras que Londres, París, Madrid, Ámsterdam y Berlín serían las ciudades consideradas más atractivas.
En 2024, por ejemplo, el Reino Unido podría atraer unos US $13,000 millones de las inversiones en el extranjero sólo desde Estados Unidos, mientras que Alemania, España y los Países Bajos serían los otros grandes beneficiarios del efectivo estadounidense.
Justamente, BlackRock, el mayor gestor de activos del mundo, considera que 2024 será “un punto de entrada” para inversiones inmobiliarias baratas en todo el mundo.
Sin embargo, mientras los precios inmobiliarios de la zona euro deberían volverse positivos en 2025, en Estados Unidos seguirán rezagados, registrando una caída del 10% ese año, y no se recuperarán hasta 2026, principalmente como consecuencia de la caída en la demanda de oficinas y el impacto en las valoraciones del resto de los activos comerciales tras la subida de tasas de interés.
En resumen, el traslado de fondos de inversión desde Estados Unidos hacia Europa es un fenómeno que está redefiniendo el panorama global de inversión en Real Estate.
Con una combinación de estabilidad, diversificación y oportunidades de crecimiento, Europa se ha convertido en un destino atractivo para los inversores en busca de rendimientos sólidos y seguros.
Este movimiento continuará siendo un tema de interés y análisis en los próximos años, mientras los mercados financieros sigan evolucionando y adaptándose a un entorno económico en constante cambio.