La nueva normalidad en realidad significa resiliencia

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Desde la crisis económica de 2008, germinada dentro del sector financiero-inmobiliario y luego extendida a todos los demás, sólo han pasado doce años (quizás el «sólo» sobra, porque es casi una generación completa). En 2008 Facebook apenas llevaba un año siendo una realidad cotidiana para las personas. Las redes sociales se utilizaban, casi exclusivamente, para contactar con amigos o conocidos que hace tiempo no veíamos. El contexto digital empezaba a transformarse rápidamente. Hoy en día ha cambiado países, ha transformado gobiernos, ha levantado secretos oficiales, ha mejorado sociedades… y gracias a esta hiperconexión el capital de conocimiento se multiplica a una velocidad fulgurante, y esto es digno de celebración.

Solo un año después, en 2009, surgió la pandemia de la influenza AH1N1, la «gripe porcina», nacida en México y luego exportada a otros países. Fueron meses muy complicados, porque México era la China de aquel entonces. Los destinos turísticos del país sufrieron mucho aquel año. También los negocios como los restaurantes se veían obligados a bajar la cortina y se limitaba la afluencia de personas… el gel antibacterial se convirtió en un producto extendido en todos lados. Las redes sociales empezaban a difundir los primeros memes, y se recuerdan algunos de mal gusto contra los mexicanos. Aquello fue un ensayo de lo que viviríamos hoy.

Víctor Aranda

La recuperación fue rápida, y más lo hubiera sido si la crisis financiera internacional de un año antes no siguiera azotando. El mercado inmobiliario, que siempre ha sido un generador natural de empleo y de desarrollo social, se colapsó en aquellos días, pero los empresarios resistieron y México se recuperó. La Ciudad de México continuó su crecimiento vertical. Los polos turísticos empezaron a recibir más y más inversión. El mundo miró a México, que es un país como pocos… lo tiene todo: gente maravillosa, paradisíacas costas, selvas impresionantes, cenotes, arquitectura, comida, culturas ancestrales, y empresarios ejemplares que se la juegan porque siguen creyendo.

Un polo de progreso es la Riviera Maya. En los últimos 15 años el auge de esta zona ha sido exponencial, no solo para las empresas, sino también para las personas. Una economía que empuja al resto del país con crecimientos de más del doble que el promedio nacional, que acapara casi la mitad de la inversión turística nacional, y con uno de los mejores aeropuertos de todo el continente.

A los golpes de 2008 y 2009 debemos sumar aquellos que asestó la naturaleza con huracanes que destruyeron en horas lo que demora construir meses o años. Es un hecho probado que la Riviera Maya, su gente, sus empresas, sus servicios e infraestructuras, se han caracterizado por saber recomponerse más temprano que tarde. Y hoy no es una excepción. Mayakoba, el primer resort de gran lujo en la zona, ha pasado por estos y por muchos otros desafíos. De igual forma, Ciudad Mayakoba, una comunidad planeada con vocación residencial que acapara una superficie cercana al 20% de Playa del Carmen, hoy será un ejemplo de superación y un eslabón más para la recuperación de este gran país.

La prueba que hoy vivimos se superará. La «nueva normalidad» no es más que capacidad para mirar hacia adelante… es, simplemente, resiliencia.

Por Víctor Aranda, Director de Marketing de Ciudad Mayakoba

Texto de los 20 años de Inmobiliare https://inmobiliare.com/inmobiliare_v2/inmobiliare-120/