El espacio es una forma de definir la imagen corporativa, y los negocios más exitosos entienden que deben sumar a su marca experiencias. Esto es lo que realmente juega un papel importante en la psicología humana, es la ficción de la que habla Jarari, la experiencia es el pegamento que une todo lo que creemos de la marca y lo que nos hace conectar con ella.
Es de manera contundente que, mediante un diseño creativo y arriesgado, una marca puede conseguir inspirar desde su propio lugar de trabajo a los empleados para luego proyectarlo hacia el cliente.
Muchas compañías entienden y valoran la importancia de un buen logotipo, eslogan y diseño web. Pero ahora, se está entendiendo que se debe llevar el branding más allá, logrando que el espacio de trabajo sea una herramienta de identidad corporativa que agregue valor y transmita mensajes claros: ¿Quiénes somos? ¿Hacia dónde vamos?
Nuevamente, en esta industria, la atención al detalle, la selección de color, la manera en la que percibo el espacio y cómo me siento al entrar a un lugar, impactan directamente en la psique de mis clientes, empleados y proveedores.
Hay muchos estudios que demuestran que la forma en la que un empleado se siente con respecto a su lugar de trabajo también afecta directamente en su rendimiento.
Como consecuencia, los corporativos modernos están tendiendo a descomponer la forma de trabajar jerárquica hacia una forma más horizontal y dinámica, que es al final más inclusiva.
Hay una apertura y un requerimiento de zonas comunes que se utilizan para encuentros casuales y de interacción que llamamos ‘casuals’.
Los espacios cien por cien abiertos que permiten visibilidad a la redonda y generan un sentido de pertenencia colectiva a mayor escala son muy valorados, porque con ellos, se logra proyectar de manera visual un lugar de trabajo como transparente y en el que no hay nada que esconder, y es así como se fomenta la confianza en un corporativo.
El diseño de mobiliario para oficinas también ahora es muy versátil. Hay una tendencia hacia los lugares no asignados. Así pues, un día puedo trabajar desde un casual, otro día puedo reservar un privado, y al otro día puedo sentarme con un colega con el que necesite hacer algo en equipo, y todo esto en lugares distintos.
Los escritorios tampoco tienen posición fija y me permiten trabajar parado o sentado, porque el mobiliario se adapta al usuario y no al revés.
Se apuesta por espacios de oficinas que incluyan un diseño interior que permita la movilidad y prevea cualquier remodelación en el corto plazo: la oficina de nuestros tiempos, debe ser capaz de absorber crecimiento de personal rápidamente para luego volver a encogerse. Empiezan a aparecer muros movibles, tarimas con pisos elevados y hay una tendencia por eliminar visualmente a los odiosos cables.
Es así como la industria corporativa es una más de las que están teniendo que adaptarse rápidamente a nuevas formas de trabajo. Se introduce el concepto de las cabinas acústicas para teleconferencias y las video-salas en las que hasta puedes tener una reunión o capacitación por medio de hologramas… sí, hologramas; mi capacitador puede estar en China parado en su propio auditorio físicamente, y yo, lo estoy viendo en CDMX en tercera dimensión, como si estuviera frente a mí.
Hoy por hoy, es necesario integrar en la estrategia de negocio todos los elementos que logren que tanto empleados como clientes vivan una experiencia y puedan identificarse o conectarse visual y psicológicamente con el negocio. Lograr una buena estrategia de Interior Branding, que genere apego a la marca y pertenencia a la empresa, dentro y fuera será indispensable para sobresalir en este mundo tan competido.
Por Daniela Bustamante
Este es un fragmento del artículo El as bajo la manga de la industria corporativa de la edición 112
https://inmobiliare.com/inmobiliare_v2/inmobiliare-112/
*Nota del editor: Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Inmobiliare.