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    La gestión tecnológica de la información en la gerencia de proyectos

    Una de las características principales del gerente de proyectos (Project Manager), además del orden y el compromiso con el cumplimiento de objetivos, es la capacidad de toma de decisiones. Ésta depende mayormente del control que se tiene sobre la información que genera el propio proyecto, pero sobre todo del análisis que se hace de esos datos obtenidos para determinar los pasos a seguir.

    En Cushman & Wakefield nos hemos dado cuenta de que para que esto pueda realizarse de manera eficiente, comienza a ser frecuente el uso de herramientas tecnológicas. Desde dispositivos hasta softwares especializados, la gerencia de proyectos echa mano de esos recursos para alcanzar los objetivos y mantener la satisfacción del cliente, propiciando una transformación del sector hacia procesos más sofisticados que requieren de un nuevo entendimiento de la profesión.

    Los profesionales que quieran mantenerse a la vanguardia deben hacer un esfuerzo por consultar y aprender de manera periódica sobre los cambios que se van presentando. Por ejemplo, la inteligencia de negocios, big data, machine learning y otras áreas comienzan a cobrar relevancia en los ámbitos de Real Estate y construcción para potenciarlos. Esto genera una sensación de inmediatez en la obtención de resultados y, al realizar esfuerzos adecuados entre el tiempo y el esfuerzo en la gestión de información, el Project Manager puede invertir más tiempo en análisis.

    ¿Qué se entiende por información?

    El primer paso que desde Cushman & Wakefield recomendamos para insertarnos en un esquema transformador, antes de simplemente incorporar la tecnología en nuestro quehacer cotidiano, es entender a qué nos referimos con el concepto “información” y cómo distinguirlo de datos que van surgiendo en el camino que pueden ser importantes, pero no contribuyen al desarrollo pleno del proyecto. Para ello debemos buscar lo siguiente:

    La información debe ser portable, es decir, puede consultarse y compartirse en cualquier momento y desde cualquier lugar.
    Necesita ser precisa, por lo que debe haber sido filtrada cuidadosamente antes de ser diseminada.
    Todos los miembros del equipo y personas involucradas (stakeholders) deben tener la misma versión, por lo tanto, la información tiene que ser homogénea.

    • Y, por último, es importante que sea compartible, pues debe transmitirse fácilmente a quien lo necesite cuando lo necesite.
    Entender esto hace que la sistematización de datos a través de herramientas tecnológicas tenga mayor fluidez.

    ¿Cuál es la información que debemos tener?

    La respuesta a esta pregunta varía. Por ejemplo, si se trata de gerenciar un proyecto de interiores corporativos, la información suele estar más relacionada con aspectos estéticos y arquitectónicos, por lo que se requieren plataformas que permitan un mayor control de lo que se percibe en campo a las que se tiene acceso de manera remota e incluso en la comodidad que nos dan los dispositivos móviles.

    Por ejemplo, los recorridos virtuales permiten un nivel de interacción con el espacio que antes no era posible: realizar una caminata en el proyecto sin la necesidad de desplazarse al sitio.

    En cuanto a gerenciar proyectos industriales, debe procurarse que la información gestionada permita la coordinación de las diferentes disciplinas durante los procesos de diseño, construcción y operación; de esta manera los sistemas de los cuales depende la etapa de producción funcionan adecuadamente y están listos para operar a tiempo.

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    Imagen vía Cushman & Wakefield

     ¿A quién beneficiamos con esta transformación?

    La transformación tecnológica en la gerencia de proyectos, a través de la gestión de información, además de dotar de un nuevo nivel a quienes la ponemos en práctica, favorece de manera directa al cliente. Uno de los beneficios más notorios que tienen las empresas con las que hemos trabajado es la parametrización del desempeño, es decir, por medio de un análisis adecuado de la información y las variables del proyecto, le mostramos al cliente KPI’s (indicadores) que le hacen saber el desempeño del proyecto (y por lo tanto de su inversión) de manera periódica.

    Son cada vez más las empresas que se preocupan por mejorar sus procesos de cara al cliente, a través de una mejor y vanguardista formación a su personal, pero es importante recalcar que el éxito individual dependerá también de la proactividad y la disposición de cada uno de los gerentes de proyecto. El cambio ya está aquí y hay dos opciones: ser espectador de todos esos movimientos tecnológicos o formar parte de ellos ¿estamos listos para ello?

    Para obtener más información, visite: https://www.cushmanwakefield.com

    Por: Esteban Hernández, Project Manager en Cushman & Wakefield y José Ramón Ibarra, Communications Analyst en Cushman & Wakefield.

    Este es un artículo de la edición 127 https://inmobiliare.com/inmobiliare-127/

    *Nota del editor: Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Inmobiliare.

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