La línea de ferrocarriles Elizabeth, ubicada en Londres, Inglaterra, ganó el premio Stirling Prize 2024 por la arquitectura de sus estaciones. 

Se trata de un sistema de transporte de alta velocidad, construido para responder a valores sociales, ambientales y económicos. Fue creado por diferentes estudios de arquitectura, ingeniería y diseño, como Grimshaw, Maynard, Equation y AtkinsRéalis.

De  acuerdo con el Royal Institute of British Architects (RIBA), institución encargada de la condecoración, Elizabeth Line es la mejor obra de Reino Unido, imponiéndose frente a los otros cinco finalistas.

“Es la mayor ampliación de la red de metro de Londres en más de un siglo y es utilizada cada día por 700 mil pasajeros. Al ampliar la capacidad, reducir la congestión y crear oportunidades de empleo, contribuye al crecimiento a largo plazo de la ciudad”, indicó.

Al respecto, Muyiwa Oki, presidente del RIBA, resaltó que el proyecto es un triunfo en la colaboración liderada por arquitectos, que ofrece una solución impecable, eficiente y bellamente coreografiada para el transporte urbano.

Línea Elizabeth se diseñó bajo un estándar sostenible y accesible

La línea de metro Elizabeth tiene una longitud de 100 kilómetros (km) de vías y 42 km de túneles, desde Reading y Heathrow hasta Essex y el sureste de Londres. Fue nombrada en honor a la reina Elizabeth II.

Desde el inicio de obras, se planteó como una proeza arquitectónica compleja, con un diseño donde prevalece una elegante sencillez y donde debían destacar elementos sostenibles y de accesibilidad.

Ejemplo de esto son sus entradas sin escalones en cada estación y todo el sistema de experiencia sensorial.

Cabe destacar que el proyecto de excavación implicó mover seis millones de toneladas de tierra, siendo la excavación arqueológica más grande realizada en Gran Bretaña.

Es importante destacar que la tierra removida de los túneles se reutilizó para crear una reserva natural en Essex, como parte del plan social. Además, durante estos trabajos se descubrieron artefactos históricos, incluidos los restos de un mamut lanudo de hace 55 millones de años.

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