El lunes 3 de mayo, casi a la media noche, un fragmento de la Línea 12 del metro colapsó con el paso del tren, dejando a 26 muertos y cientos de heridos. Este suceso destapó diversas teorías e hizo que todo el mundo pusiera los ojos sobre los posibles responsables: Marcelo Ebrard, quien mandó a hacer la obra durante su sexenio como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México; Carlos Slim, la cabeza de la empresa constructora de la Línea Dorada; y Claudia Sheinbaum, quien ahora ocupa el puesto de Ebrard. Ante la duda, el New York Times se ha pronunciado con un reportaje fundamentado en investigaciones y confirma que no fue un accidente, sino negligencia de la empresa y los gobernantes.
El periódico estadounidense trabajó con ingenieros expertos usando pruebas visuales para determinar las fallas en el proyecto, asimismo, entrevistó a personas del gobierno mexicano y de las empresas Carso Infraestructura y Construcción, ICA y Alstom.
“Las ambiciones (de Ebrard) avanzaban en paralelo con las de otro gigante de la sociedad mexicana: Slim, el magnate que buscaba hacer crecer su imperio hacia la lucrativa industria ferroviaria. Las obras de la Línea 12 eran los primeros pasos de su empresa en el sector.” asegura el reportaje.
El problema, según el Times, es que la vía elevada se sostenía con trabes de acero, pero la unión entre estos componentes no estaba soldada con firmeza. Estaban unidos a través de pernos de acero, los cuales no estaban instalados bien y ni siquiera se les retiró el anillo de cerámico con el que vienen de fábrica. Para cuando pasó el tren, los pernos ya llevaban un tiempo de no estar sujetos a la estructura y esta no podía físicamente soportar ese peso a solas, por lo cual las trabes cedieron hacia el interior y cayó el vehículo sobre una calle transitada.
De tal suerte que la responsabilidad cae directamente sobre las empresas responsables, el gobernante que realizó el proyecto y también sobre Sheinbaum, pues, ha existido evidencia del mal funcionamiento de la Línea 12 desde hace una década.
Las entrevistas del NYT al personal que participó en el proyecto develan que se hizo sobre la marcha, sin tener un plan ejecutivo, además, trabajaron con el tiempo encima. Ebrard hizo muchos méritos al anunciar Línea Dorada como el proyecto que solucionaría los problemas de transporte para las zonas menos favorecidas, por lo tanto, debían de terminar el metro antes de que su sexenio en el poder terminara. Así que se hizo con prisa, sin planos detallados y buscando recortar presupuestos.
Un ejemplo de lo anterior es que los trenes estaban a cargo inicialmente por la empresa canadiense Bombardier, sin embargo, terminaron comprándolos a la empresa española CAF ya que esta los entregaba un año antes que la otra. Lo peligroso de este cambio es que los de Bombardier estaban creados de acuerdo con los estándares estadounidenses, mientras que los otros obedecían a los europeos y las vías colocadas en México eran también del sistema norteamericano.
La investigación que realizó la Asamblea Legislativa de la ciudad en 2014 tiene evidencias de esto; las ruedas y los rieles no eran compatibles, de hecho, se cambiaron 800 metros de reales por el desgaste excesivo durante el periodo de prueba, antes de que se le diera un uso constante de pasajeros.
Por otro lado, la empresa de Carlos Slim en conjunto con ICA y Alstom trabajó sin tener conocimientos en materia ferroviaria, era la primera vez que Carso Infraestructura y Construcción hacía labores en el ámbito. Así que se trabajó sin plan y sin experiencia. La razón por la cual ellos se encargaron del trabajo, de acuerdo con el NYT, es que Slim tiene empresas de acero, lo cual redujo aún más los montos de inversión para el gobierno.
“Había mucha presión. Nosotros trabajábamos rolando personal en unos turnos de 18 horas seguidas” confesó Marcos Tapia Manjarrez, empleado de ICA en aquel entonces, al NYT.
Sheinbaum, por su parte, hizo caso omiso a las diferentes quejas sobre el funcionamiento del metro, el cual tenía movimientos irregulares que fueron empeorando desde su apertura. La jefa de gobierno ofreció cerca de 650 mil pesos mexicanos a las familias afectadas para indemnizarlos y además prevenir denuncias, pero muchas personas rechazaron la cantidad y procedieron legalmente contra el sistema de metro de la CDMX.
Ebrard, actual secretario de Relaciones Exteriores y la jefa de gobierno contestaron a través de Twitter a estas acusaciones, alegaron que el diario tiene intereses políticos en contra de los planes que tiene AMLO para México.
Entre otras cosas, el diario neoyorquino señala al presidente de México por sus inexactitudes:
“El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador que se presenta como defensor de los pobres y enemigo de las élites, pidió disculpas con las familias de las víctimas y solicitó paciencia mientras los funcionarios averiguaban qué había salidos mal y de quién era la culpa”.
Las autoridades mexicanas anunciaron el 5 de mayo que la compañía de noruega DNV haría el peritaje y que durante los primeros días de junio habría respuestas sobre lo sucedido, pero hasta ahora no es así. Más bien el tema ha salido de la agenda política y es que tanto Ebrard como Sheinbaum, según el Times, son protegidos del presidente y posiblemente próximos candidatos presidenciales.
Por si fuera poco, el gobierno de López Obrador tiene como proyecto estrella el Tren Maya, un atractivo turístico que recorrerá el sur de México y un tramo grande de este será construido por la empresa de Slim nuevamente. Además, muchos de los ingenieros involucrados externaron su preocupación con el NYT, puesto que, el mandatario lo quiere listo antes de que termine su mandato, por lo cual, se comenzó a construir con diseños inacabados y un plan ejecutivo incompleto. Parece que la historia se repite.