Cash is King: la panacea que todos los desarrolladores hemos escuchado cuando se trata de ejecutar un proyecto en papel e ideas. Necesitamos del capital a pesar de tener el mejor proyecto de nuestro lado de la mesa. Este argumento es también conocido entre los emprendedores, y es que un sector dominado por activos intangibles depende del capital para crecer; así ha sido la tesitura del capital de riesgo desde sus orígenes. Sin embargo, los últimos años han sido protagonistas de un cambio en los astros que hizo, de la joven época de pandemia, un oasis del emprendimiento y, más adelante, una tierra hostil para el aventurero tecnológico; ¿qué pasó en el interín? Acompáñenme en este drama de la innovación.

El primer acto se remonta al 2020. La Pandemia movió millones de personas al empleo digital y con ello desbloqueó un mercado masivo de tecnología. Sectores como el de logística y banca experimentaron una aceleración digital que esperaban dentro de los siguientes 10 años. De la mano de este ajuste de mercado, el freno económico motivó a varios gobiernos a incentivar el movimiento de capital con intereses en bajos históricos y políticas de incentivos fiscales, esperando levantar los niveles de consumo. Finalmente, el ruido de tecnologías disruptivas (e.g., cryptomonedas) con resultados financieros exitosos fungieron como la cereza en el pastel del furor por el desarrollo tecnológico. Fue así que todas las variables se alinearon para crecer el capital de riesgo colocado en Latinoamérica y el mundo a niveles históricos.

El segundo acto sucedió a principios del 2022. Se presenció un crecimiento rápido de la inflación producto de políticas monetarias y problemas de suministro global, con una inmediata (y contraria a la tendencia anterior) respuesta de los gobiernos aumentando ahora las tasas de interés. Las tasas crecieron abruptamente descompensando varios ecosistemas, haciendo el acceso a capital más caro y arrojando a los inversionistas en un espectro de incertidumbre que apagó el apetito de inversión dada la velocidad del crecimiento de las tasas. Así, las startups que estaban cerca de levantar capital se vieron en rondas de levantamiento cada vez más complicadas que ponen a prueba su eficiencia operativa, y aquellas que tuvieron la suerte de levantar en 2020-2021 tienen ahora el reto de demostrar su valor en el mercado y evitar los temidos downturns. A este segundo acto lo podemos calificar como una corrección natural del mercado.

blank
Juan Huicochea Mason

El tercer acto es el que presenciaremos por los siguientes dos años. Se espera un paulatino decrecimiento de tasas de interés, que a la fecha está en altos niveles históricos no vistos desde 2001 en Estados Unidos, lo que posiblemente disminuya la incertidumbre en los inversionistas pero siga complicando el alcance de préstamos para el consumidor, específicamente en productos como la vivienda y el financiamiento automotriz. Específicamente hablando del sector tecnológico, el capital seguirá teniendo un alto costo de oportunidad, y con ello el escrutinio para decidir sobre los proyectos donde se colocarán los recursos será aún más selectivo. Esto ha tenido un impacto en todos los sectores del mercado de capitales y se sentirá con fuerza en un sector de vivienda con menor demanda de corto plazo, menor valor en las propiedades comerciales, y un sector de tecnología que sigue sufriendo correcciones traumáticas como las historias de terror de Zillow, SBV, y FirstBank en los Estados Unidos.

Sin embargo, no todo es dolor en este escenario de correcciones. El ecosistema de tecnología, a pesar de la caída 21-23, sigue en altos históricos y, especialmente en Latinoamérica, hubs como los de Sao Paulo, Bogotá y la Ciudad de México se han convertido en sofisticados ambientes de emprendimiento e inversión. Los mercados se digitalizaron y es difícil mirar atrás, además de que nuevos segmentos y necesidades como el ESG aparecen cada vez más frecuentemente en el panorama. Las lecciones de esta obra no son menores. Personalmente soy escéptico sobre el hype que existe alrededor de la inteligencia artificial, y celebro que el mercado haya tomado una postura mucho más mesurada hacia las inversiones en emprendimiento. Por ello confirmo que las universidades, las incubadoras, las aceleradoras y los mentores son claves para monitorear y dar espacio a proyectos con tracción sólida en el mercado. Está de más decir, la atención estará más que nunca puesta en el historial de los emprendedores, la solidez de su vertical, la consistencia del modelo de negocio y la salud de sus métricas clave.

Al final, el emprendedor debe entender que vale la pena dejar atrás los unicornios y el crecimiento a toda costa para ser establemente rentable. El emprendedor debe crear para un mercado con urgencia real y escalable, no para un crecimiento inorgánico que cede antes las presiones de inversionistas que urgen a la empresa por su siguiente evento de liquidez, ronda de levantamiento. En este sentido, la corrección de mercado fue un bien para todos. Profit is King.

POR: JUAN HUICOCHEA MASON Research Fellow, MITREMS México

Es un texto de la edición 139 https://inmobiliare.com/inmobiliare-139/