Para la moderadora, Mariel Zuñiga de Grupo En Concreto, pocas empresas conservaron el modelo de Home Office, reuniéndose una vez al mes para junta mensual, esto debido a que la gran mayoría está regresando a oficinas y hoy se requieren más.
En este contexto, Antonio Trueba de Coldwell Banker Commercial México, comenzó dando un panorama de seis ciudades en el mundo, destacando que tras el Covid, la disponibilidad en todos los mercados creció.
“Hubo más oferta de alguna manera y vemos que los precios en general disminuyeron, si lo vemos en términos nominales sólo en México disminuyó y en el resto de los países creció, pero si vemos en términos reales solo hubo dos mercados donde se reflejó el incremento de inflación, Londres y Nueva York”.
Al respecto, Eduardo Saba Zaga de Colony, aseguró que definitivamente el coworking pasó a jugar un rol mucho más intenso. “Les sugiero que se acerquen porque es una industria creciente e insisto, me parece que cada edificio de clase A como nivel B en el cabo de los siguientes años va a tener un coworking”.
Andrés Gómez Levy, representando a GVA Arquitectura, ejemplificó que les ha tocado reconvertir espacios y proyectos de oficinas en hospitales, hoteles o vivienda.
“Realmente, en muchos de esos casos, también hay híbridos que necesitan conservar una parte de oficina, entonces se queda el hotel con ese componente. Otro ejemplo es la vivienda que necesita cuartos para home office dentro del mismo inmueble”.
Agregó que, incluso en Miami y muchos lugares, ya están vendiendo el departamento de 50 a 60 metros cuadrados con una oficina de 6 metros cuadrados en el mismo edificio, integrado como parte de la venta de mercado y de una diferenciación comercial.
Finalmente, Janera Soerel de Int. WELL Building Institute, afirmó que los seres humanos pasan 90% de su tiempo dentro de un espacio, ya sea un edificio, casa, oficina o la escuela.
“Una persona de 40 años ha pasado 36 años dentro de un inmueble, una persona de 80 años ha pasado 72 años. Esto tiene un efecto en nuestra salud y no lo sabemos. Desde el agua que estamos bebiendo, los materiales que tienen químicos, la luz, todo tiene un impacto tremendo sobre nuestra mente”.
Por Mónica Herrera y Juan Rangel