Cierre de Shake Shack en San Francisco: Impacto y Nuevos Propietarios

El cierre de Shake Shack en el Westfield San Francisco Centre se suma a una salida masiva de inquilinos tras la toma del activo por parte de un nuevo propietario vía ejecución hipotecaria. La pérdida de tiendas ancla, el colapso del tráfico peatonal y la presión sobre operadores de F&B vuelven a San Francisco un caso clave para entender cómo se reestructuran los centros comerciales urbanos en crisis.

Shake Shack cerrará su local en el Westfield San Francisco Centre el 14 de diciembre, afectando a 26 empleados y marcando otro capítulo en la descomposición acelerada de uno de los centros comerciales más emblemáticos del downtown de San Francisco.

El cierre no responde a bajo desempeño aislado, sino a una decisión estructural: los nuevos propietarios del activo solicitaron que todos los inquilinos desocupen el inmueble.

Un centro comercial en modo desalojo

El Westfield San Francisco Centre arrastra años de vacancia alta y salida de marcas clave. Entre 2020 y 2023, perdió cerca del 46% de sus tiendas, incluyendo a Nordstrom, una de sus tiendas ancla históricas.

La situación culminó en noviembre de 2024 con:

  • Una subasta de ejecución hipotecaria el 12 de noviembre.
  • La toma del activo por DBJPM 2016-SFC Emporium, entidad que se queda con el centro comercial tras el default.
  • La salida de los anteriores dueños, Unibail-Rodamco-Westfield y Brookfield Properties, que abandonaron el sitio tras incumplir el préstamo.

Con la nueva propiedad, el mensaje ha sido claro:

todos los inquilinos deben desocupar. Esto incluye a Shake Shack y a otros operadores que ya han recibido notificaciones por la extinción de sus contratos.

Efecto dominó: adiós anclas, adiós tráfico

La salida de tiendas ancla como Nordstrom y la reducción del tráfico en el downtown de San Francisco han golpeado con fuerza a los minoristas restantes.

En los últimos meses:

  • Al menos seis negocios de comida han abandonado el centro.
  • Bloomingdale’s y otros inquilinos relevantes han reducido operaciones o han salido de la ecuación.

Sin anclas sólidas que atraigan flujo constante, el centro comercial entró en un círculo vicioso:

  • Menos tráfico peatonal.
  • Menos ventas para los inquilinos.
  • Más cierres.
  • Mayor vacancia y pérdida de valor del activo.

El caso ilustra una realidad incómoda para el retail físico: en activos de gran escala, la salida de uno o dos jugadores clave puede desbalancear toda la ecuación de ingresos y tráfico.

Shake Shack: reacomodo de operaciones, no salida del mercado

En el caso puntual de Shake Shack, la empresa ha ofrecido la reubicación de sus 26 empleados en otras sucursales cercanas, limitando el impacto laboral directo del cierre.

Esto confirma que:

  • La marca no está haciendo un retiro estratégico del mercado de San Francisco.
  • El problema está en el activo inmobiliario y su reestructura, no en el modelo de la cadena de hamburguesas.

Para otros inquilinos, el escenario es menos claro. La combinación de:

  • contratos extinguidos,
  • incertidumbre sobre el futuro del inmueble, y
  • caída del tráfico peatonal

presiona a más operadores a buscar alternativas fuera del centro comercial.

Lectura inmobiliaria: qué viene para Westfield y para el retail urbano

La situación de Westfield San Francisco Centre abre varias preguntas de fondo para inversionistas, desarrolladores y fondos:

  • ¿Reuso o demolición parcial? ¿El activo se reposicionará como uso mixto (oficinas, residencial, vida estudiantil, hotel, salud) o se intentará “salvar” el formato de centro comercial?
  • ¿Es viable el gran mall urbano en este contexto? El caso San Francisco combina:
    • teletrabajo y oficinas vacías,
    • percepción de inseguridad,
    • cambios en patrones de consumo y movilidad.
  • ¿Cuál es el rol de las tiendas ancla? La salida de Nordstrom y el debilitamiento de Bloomingdale’s evidencian que el modelo depende en exceso de pocas marcas. Cuando una cae, arrastra el NOI y la narrativa del activo completo.

Para el capital, el mensaje es contundente: los centros comerciales urbanos tradicionales, con layouts y mixes pensados para otro momento del mercado, necesitan:

  • replantear uso de espacio,
  • integrar otros motores de tráfico (oficinas, vivienda, cultura, entretenimiento no retail),
  • y rediseñar su modelo de renta y riesgo.

El cierre de Shake Shack es un síntoma visible de algo más profundo: la transición forzada de un centro comercial icónico a un activo en reestructura, donde el valor futuro dependerá de qué tan rápido y agresiva sea la reconversión.