Tras la necesidad de una reactivación económica, hemos presenciado la reincorporación de las personas a sus centros de trabajo después de una crisis sanitaria. Sin embargo, ante la incertidumbre muchas empresas pequeñas, medianas y profesionistas independientes decidieron mantener el trabajo de forma remota, contemplando principalmente el ahorro de recursos, incluyendo, combustible, agua, luz, arrendamiento, mantenimiento e incluso tiempo. No obstante, poco se habla del costo de crecimiento que se pone en juego a la hora de mantener a la empresa en un espacio meramente virtual, donde los clientes potenciales pierden la oportunidad de interactuar de forma presencial.

Aunque desde otra perspectiva y contemplando la cantidad de negocios en quiebra que día a día aumenta, es comprensible el interés de buscar el aprovechamiento de los recursos de la empresa y el rechazo de altos costes de operación, como el del arrendamiento de una oficina a largo plazo.

A pesar de todo esto, una oficina facilita la concentración y la productividad en el trabajo, ya que también permite la comunicación o colaboración del resto de los miembros de la organización. Además, brinda a los clientes una imagen profesional y ejecutiva, transmitiendo los valores de estabilidad y seguridad. Por estas razones, principalmente después de la pandemia, los coworking se han posicionado como un aliado para que los profesionistas puedan emprender con mayor seguridad durante momentos de crisis y reactivación económica. Al no tener contratos fijos, plazos forzosos, ni costos elevados, disminuyen los riesgos para el emprendedor; y por lo tanto, se fomenta la creación de más y nuevos negocios.

Antes de la pandemia y en el modelo tradicional de oficinas, los precios se fijaban principalmente a partir de la oferta y la demanda que existiera en el mercado. Debido a procesos de crecimiento y gentrificación de la ciudad, muchas veces los costes de adquirir o alquilar un inmueble en los puntos más concurridos de la ciudad, eran difíciles de sufragar para todas las empresas.

Lizzie Luna, co-founder de Safe Toc Bienes Raíces

Esto cambió durante la crisis sanitaria, donde se presentaron otros modelos como el de variabilización de rentas, el cual consistía en pagar con un porcentaje de las ventas del negocio, en vez de establecer un monto fijo; aunque muchos arrendatarios no tenían interés de adoptar el modelo de forma permanente, aumentando el riesgo para el emprendedor. Por esta razón y por todas las facilidades que otorgaron durante los periodos más difíciles, los coworking se mantuvieron como un modelo sumamente atractivo frente a una oficina convencional, e incluso, muchos de ellos mantienen estas promociones.

El factor clave en la reactivación económica

Si bien es una gran ventaja el ahorro que brinda a las empresas, uno de los factores más importantes que conviene señalar del coworking y su papel en la reactivación de la economía, es que más bien se trata de las oportunidades de crecimiento que puede traer a una empresa. Teniendo en cuenta que uno de los principios clave para el desarrollo de una empresa son sus relaciones, el networking es una de las principales ventajas del coworking.

El networking se refiere a la creación y mantenimiento de relaciones profesionales con otras personas o empresas con el objetivo de intercambiar conocimientos, habilidades y oportunidades de negocio. El coworking y el networking son dos conceptos que están estrechamente relacionados. El hecho de compartir un espacio de trabajo con otros profesionales con los cuales muy probablemente se comparten gustos e intereses, proporciona una gran oportunidad para establecer contactos y ampliar relaciones profesionales.

Cabe señalar que durante la contingencia sanitaria, muchas personas perdieron su empleo y se vieron en la necesidad de adquirir nuevas fuentes de ingreso por medio del emprendimiento. Para estos profesionistas independientes y para las Pymes que se formaron durante la pandemia, estos espacios entran como anillo al dedo para pequeños emprendedores y startups que se han atrevido a materializar sus proyectos. Además, las personas tienen la facilidad de conocer sus emprendimientos, ya que muchos de estos nuevos dueños de negocios, solamente tienen experiencia comercializando en un mundo digital. Cada vez más clientes regresan a sus hábitos de compra tradicionales, por lo que para estos nuevos emprendedores, puede resultar extremadamente valiosa la vinculación e interacción con otros negocios convencionales que los puedan orientar en los hábitos de consumo y los modelos de escalabilidad existentes antes de la pandemia.

Alineado con el crecimiento de estos emprendedores provenientes de un mundo digital, los coworking también se han visto en la necesidad de cambiar y adaptar sus espacios para dar respuesta a las necesidades de estos usuarios. Dentro de los cambios más importantes que se han dado, está la implementación de estudios de grabación y de producción de videos para que las empresas que venden principalmente por redes sociales puedan también desarrollar contenido para su audiencia. Debido a la alta demanda que estos estudios tienen, cada vez más coworkings adaptan estos espacios e incluso, han surgido inmuebles destinados únicamente a esta actividad y que operan bajo el modelo colaborativo. Al final es importante recordar que una clave para el éxito de las empresas radica en la flexibilidad que estas tienen para adaptarse al cambio.

Siguiendo esta línea, otra forma que el coworking ayuda en la transición de las empresas, radica en su crecimiento. Un elemento de alto valor es la facilidad que brinda a las empresas para que estas transiten de forma amigable sus diferentes etapas de crecimiento, hasta que paulatinamente se sientan con la seguridad de adquirir sus propios espacios y sin que tengan que cerrar sus puertas debido a los costos altos de una oficina. Incluso, algunas de las empresas más posicionadas de coworking cuentan con diferentes localidades en la ciudad y en otras regiones del país, permitiendo que más emprendedores expandan sus actividades a otros territorios y prueban con diversas localidades para que de forma progresiva, lleguen con nuevos consumidores.

Consideremos ahora el hecho de que, cuando se habla de coworking muchas veces se piensa en espacios reducidos compartidos y poco amigables para el desempeño de las labores; sin embargo, esto no ocurre en todos los modelos de oficina que operan bajo este esquema. Principalmente en aquellos que facilitan una convivencia y un ambiente ameno para la creación se pueden encontrar grandes oportunidades, más allá de los servicios convencionales.

La mayoría de los coworking están diseñados para generar espacios de interacción de ideas de networking y de aprendizaje entre las personas. Pensar en coworking como otro espacio de oficinas es perder la oportunidad de aprovechar estos lugares como punto de ventas y como espacios de crecimiento.

El hecho de reunir a personas que tienen el interés y el ímpetu de emprender en un solo lugar, le otorga a estos espacios una categorización diferente de una oficina convencional. Si bien existen otros lugares donde podemos relacionarnos con empresarios, dueños de negocios, freelancers y emprendedores, la realidad es que difícilmente se puede recrear un ambiente que facilite la colaboración tanto como este modelo. Como resultado de esto, se elevan las probabilidades de que dos personas que poseen las mismas intenciones de emprender, consoliden una sinergia y desarrollen una empresa exitosa. Al final, el networking no es sólo acerca de conseguir nuevos clientes, sino también de aprender de otros profesionales, desarrollar habilidades y mejorar las probabilidades de crecimiento del emprendedor.

Dentro de las oportunidades de convivencia que podemos encontrar en estos espacios se encuentran algunas conferencias y charlas, talleres y eventos que los colaboradores imparten, la comunidad tanto física como virtual que se genera entre los miembros del coworking y las oportunidades de colaboración que se presentan después de la interacción diaria, la cual fomenta confianza y el intercambio de nuevas ideas, así como el desarrollo de muchos otros proyectos. De una manera similar, esta convivencia también es una puerta hacia la generación de valiosos contactos; por ejemplo, con posibles proveedores, clientes, socios, inversionistas, stakeholders y otros profesionales de la industria. Por si fuera poco, para muchos emprendedores, estas actividades y formas de encuentro son apreciadas como una forma de combinación y equilibrio entre la vida laboral y la vida social, ya que la convivencia estrecha facilita los vínculos de amistad.

Cuando hablamos de coworking podemos asociarlo al valor de la ‘propincuidad’ y este concepto hace referencia a la proximidad que se genera entre las personas, las cuales, son afines y por lo tanto, presentan más probabilidades de establecer objetivos y metas comunes. En un espacio de coworking, la propincuidad puede ser alta debido a la variedad de profesionales que comparten un espacio de trabajo. Esto puede proporcionar oportunidades únicas para la creación de grupos y comunidades que más tarde impulsen el proyecto que se está desarrollando. Si bien para que un proyecto funcione correctamente requiere una buena idea, la realidad es que resulta mucho más importante la calidad del equipo que las eleva y las escala a un nivel empresarial mayor.

En conclusión…

El coworking y el networking van de la mano, ya que el primero proporciona un espacio físico para trabajar y el segundo proporciona oportunidades para conectarse con otras personas en su industria. Si bien cada día existen más empresas tecnológicas, al final la base de los negocios y de la sociedad prevalece en las relaciones. Al trabajar en un espacio de coworking, es más probable que se encuentre con otros profesionales en su campo y pueda establecer relaciones valiosas. Aunque una ventaja del coworking es que suelen ser más accesibles, no se trata de repartirse el costo de los servicios, sino de las oportunidades de crecimiento que tiene para los integrantes que conforman la comunidad.

En resumen, el coworking puede ser visto como un modelo atractivo para reactivar la economía debido a varias razones. Este promueve la colaboración y el intercambio de conocimiento entre los miembros, fomentando la innovación, el emprendimiento y la competencia. Además, al compartir los costos de instalaciones y servicios, reduce los costos y los riesgos para los usuarios, permitiendo que los dueños de negocio aprovechen en el crecimiento de la empresa, aquellos recursos que destinarán al arrendamiento de una oficina convencional. A partir de esto, la empresa cuenta con mayores posibilidades de tener éxito y generar nuevos empleos, aumentando de igual manera la movilidad laboral.

Asimismo, no solo ayuda al descubrimiento de nuevos clientes, sino que puede ser un excelente modelo para las personas que, después de un periodo largo de confinamiento forzoso, buscan mejorar su salud mental por medio de la sana convivencia y la generación de vínculos significativos con más individuos.

Por estas razones se puede determinar que, aún sin pandemia, el modelo de coworking, es una excelente opción para las Pymes que son a las que más se les debe apoyar si se busca una recuperación más rápida de la economía. Estas pequeñas empresas son el pulmón de la economía local. Son las que, no solo viven en esas pequeñas ciudades, sino que trabajan, generan empleo y contribuyen con otros comercios locales.

Ya que al hacer vida allí, consumen productos y servicios de negocios próximos ayudando a alimentar la economía de la zona y generando la producción local. Ahora podemos ver cómo jugarán una pieza fundamental en la reactivación de la economía e incluso, esto hará que muchos desarrolladores reflexionen sobre su implementación y lo consideren desde el diseño de sus proyectos.

Por: Lizzie Luna, co-founder de Safe Toc Bienes Raíces

Para obtener más información: contacto@safetoc.com.mx

Este es un texto de la edición 136 https://inmobiliare.com/inmobiliare-136/

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