Si bien hoy en día existen más edificios sostenibles en el país, la Torre HSBC fue el primer rascacielos de esta magnitud en México y en América Latina, se ubica en Avenida Paseo de la Reforma en la CDMX; el edificio obtuvo la certificación Gold del sistema de calificación LEED. Cuenta con un techo verde, su reducción de agua al año es de 19 millones de litros, gracias a que cuenta con inodoros eficientes, mingitorios secos y sensores de presencia en los lavabos, por mencionar algunas características.

En el sector público, la sede de la delegación Azcapotzalco de la Ciudad de México es el primer edificio de gobierno 100% sustentable; este inmueble generar su propia energía eléctrica mediante 654 lámparas, 240 paneles solares y 129 sensores de movimiento.

La experta comenta que en los últimos años ha habido un movimiento relevante en materia de sostenibilidad, liderado por las instituciones bancarias y los grandes inversionistas, los cuales han identificado la problemática del cambio climático como un riesgo económico.

Los financieros necesitan asegúrale a sus inversionistas que su capital va a durar por mucho tiempo, razón por la cual tienen que minimizar riesgos. Los aspectos ambientales de un edificio, y su autonomía de recursos están directamente relacionados con reducir riesgos”, comenta Lourdes Salinas, Fundadora de THREE Consultoría Medioambiental en entrevista para Inmobiliare.

De acuerdo con Lourdes Salinas, las instituciones bancarias están empezando a solicitar a los acreditados, en este caso a desarrolladores, constructores y operadores de edificios, que demuestren cuáles son los impactos ambientales que generan sus proyectos, tanto los nuevos como los existentes.

A esto se le conoce como ESG (Enviromental, Social y Governance), en español mejor conocido como ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza), los cuales son indicadores de desempeño en estas tres categorías que están solicitando los bancos; donde las empresas reportan sus impactos en estos factores para minimizar los riesgos de las inversiones a largo plazo”

En México, Fibra Uno (FUNO) recientemente informó a sus inversionistas y al público en general, que ha actualizado sus estrategias de ASG, por lo que hacia el 2030 invertirá 160 millones de pesos en proyectos de impacto social, con esto pretende generar impactos positivos en al menos 300 comunidades.

Asimismo, la Fibra inmobiliaria dio a conocer que ha alcanzado y superado los objetivos de reducción de intensidad de energía, agua y emisiones para el 2030. En materia de gobierno, el corporativo se fijó una meta para incrementar a 10% la diversidad de género en su Comité Técnico y aumentar a 50% los miembros independientes de este.

Los datos de ASG son una metodología de reporteo, ya que las empresas indican cuáles son sus impactos, “a la hora de trasparentarlos y medirlos continuamente, las empresas encuentran oportunidades para mejorar sus indicadores y así fijarse objetivos en el tiempo. Adicionalmente, estos indicadores, pueden aportar en la obtención de bonos verdes”.

Pero ¿qué son los bonos verdes? Son cualquier tipo de instrumento financiero donde el “uso de los recursos” se aplica exclusivamente para financiar o refinanciar, parcial o totalmente, proyectos nuevos y/o existentes con características ambientales, explica la Bolsa Mexicana de Valores.

“Cómo cualquier otro bono, estos instrumentos poseen un plazo de repago, un precio de emisión y una tasa de interés que obtendrá el inversionista”.

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Principios de la arquitectura sostenible

Los principios de la arquitectura sostenible se basan principalmente en cuatro rubros: sistemas pasivos, eficiencia energética / consumo de agua y producción.

Sistemas pasivos: es todo aquello que se pueda hacer en un edificio, que no necesariamente consume energía. Por ejemplo: colocar aislamiento en los muros, contar con ventanas eficientes, tener aleros que protejan del sol o que aprovechan mejor las características del clima, por mencionar algunos.

Eficiencia energética / eficiencia en el consumo de agua: se basa en utilizar productos que sean efectivos y que traigan ahorros, como muebles sanitarios que consuman menos agua, iluminación led o sistemas de aire acondicionado eficientes.

Producción: se refiere a producir energía en sitio con fuentes renovables o a reciclar el agua en sitio; por ejemplo: con plantas de tratamiento de aguas negras o aguas grises, buscando priorizar lo pasivo, ya que puede aumentar la rentabilidad del proyecto, comenta Lourdes Salinas.

Beneficios de lo sostenible en el real estate

Desarrollar de manera sostenible permite no afectar al medioambiente y a las futuras generaciones, sin dejar de ser espacios confortables para aquellos que habiten los edificios en el presente; los beneficios abarcan aspectos ecológicos, sociales y económicos.

Ecológica: se generan menos emisiones de gases de efecto invernadero, el consumo de agua es menor, por ende, se reduce el volumen de agua que se envía al drenaje, la contaminación reduce y por su puesto se consume menos energía.

Social: se busca incrementar la calidad de vida de las personas generando edificios y comunidades que brinden un mayor confort, oportunidades para incrementar el bienestar, y mejoran la calidad de aire, impactando positivamente a las personas.

Económico: los proyectos que son sostenibles terminan no solamente operando de una forma más efectiva, sino que también pueden identificar estrategias que reduzcan el costo capital de los sistemas que requiere el desarrollo.

No porque selecciones un vidrio más caro por su eficiencia significa que el edificio costará más, probablemente vas a ahorrar lo que invertiste en la instalación de los sistemas de aire acondicionado, y luego en ahorros operativos a lo largo de la vida del edificio”.

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Por Rubi Tapia

Este es un fragmento del artículo “Arquitectura Sostenible, ¿moda o necesidad?” de la edición 133 https://inmobiliare.com/inmobiliare-133/