El urbanismo táctico es un plan impulsado por la Organización de las Naciones Unidas, que busca renovar los espacios urbanos a través de acciones que beneficien los intereses locales de una comunidad e integren mejoras al servicio público.
Razón por la cual la opinión que más importa es la de los ciudadanos, debido a que son los principales beneficiarios de las acciones y los que conocen a profundidad las necesidades de sus entornos.
ONU-Habitat considera el espacio público como un activo clave para el buen funcionamiento de las ciudades, ya que bien diseñado y gestionado tiene un impacto positivo en la economía local, medio ambiente, seguridad, conectividad, integración, Real Estate, etcétera.
Entre los puntos fundamentales del concepto se encuentran:
- Respaldo de la población y participación ciudadana
- Acciones prácticas, rápidas y desarrolladas a pequeña escala
- Bajo costos de ejecución
- Aprovechar estructuras y zonas urbanas anteriores
- Elevar los estándares de sostenibilidad de la urbe
Al final, también se busca contar con la cooperación de gobiernos e instituciones para llevar a cabo los proyectos con mayor dinamismo y eficacia.
Urbanismo táctico en Latinoamérica
En América Latina muchos países han buscado implementar este concepto para recuperar áreas rurales. Por ejemplo, el colectivo Ocupa Tu Calle de Perú, aporta iniciativas a las entidades gubernamentales para mejorar la movilidad en las calles.
Mientras que en Medellín, Colombia, se han realizado intervenciones de este tipo con la creación de espacios peatonales y mejoramiento de los mismos en barrios vulnerables, lo que contribuye a la transformación de la ciudad.
Ecuador es otro de los países que se une a la tendencia para revitalizar gran parte de sus ciudades, al crear carriles exclusivos para bicicletas y la transformación de parques para la población.
Se espera que más naciones latinoamericanas y europeas adopten este tipo de estrategias que buscan mejorar la calidad de vida de las personas.