Mientras todos siguen mirando a la Ciudad de México, el debut de Zimmermann en México sucedió en otro mapa: Los Cabos. Y no es un accidente, es estrategia.

En diciembre de 2025, la firma australiana abrió su primera boutique en México y en Latinoamérica en el recién inaugurado Ánima Village, Los Cabos. Nicky Zimmermann, cofundadora y directora creativa, eligió un destino turístico, no una capital. El proyecto arquitectónico, firmado por Studio McQualter, se integra al contexto local y a la lógica de destino de playa de alto gasto.

Es un movimiento que habla menos de moda y más de real estate y de cómo se está reescribiendo la lógica del lujo.

Ánima Village: arquitectura, arte y ticket alto

El espacio de Zimmermann en Ánima Village mezcla:

Arte, piezas vintage y su colección Cruise 2026 ready-to-wear.
Murano en muro, una mesa de Afra y Tobia Scarpa, obra de Barbara Kuebel.
Sala de accesorios en rosa con terrazo verde-crema, bóveda y sillas Tulip de Eero Saarinen.
Obras de Laith McGregor, Clifford Thompson y Richard Nelson.

No es una tienda; es un statement curado. Diseño, arte y producto construyen una experiencia que se alinea con el estado mental del cliente en vacaciones: tiempo, disposición a gastar y búsqueda de algo distinto a lo que ve en su ciudad.

Zimmermann se ancla en un village que no está pensado como “centro comercial”, sino como ecosistema estético y cultural para un turista de alto poder adquisitivo.

Nuevo paradigma: la primera tienda sigue al gasto, no al censo

Hasta hace poco, el guion era predecible: la primera tienda en un país abría en la capital, en el corredor de mayor tráfico, dentro del mall más relevante.

Zimmermann está operando con otra lógica:

No busca la calle más concurrida, busca el contexto de mayor gasto en modo vacaciones.
Prefiere menos tráfico, mejor ticket, con cliente más relajado y con la cartera abierta.
Controla la experiencia de punta a punta, sin ruido visual de otros 200 locales alrededor.

Resultado: la “primera tienda” deja de ser una decisión sólo de marca y pasa a ser una decisión de lectura fina de comportamiento de gasto, turismo de lujo y poder adquisitivo flotante.

Qué significa esto para el real estate de lujo

Para el mercado inmobiliario, el mensaje es directo: el producto para este tipo de marcas ya no es el mall tradicional, sino el village curado:

Baja densidad, espacios trabajados, identidad local auténtica.
Programación cultural y artística, no sólo tenant mix.
Menos “caja eficiente”, más CAPEX en experiencia, diseño y narrativa de lugar.

El benchmark deja de ser el centro comercial de alto tráfico y se desplaza a proyectos como Ánima Village: destinos donde arquitectura, arte, paisaje y mezcla comercial cuentan una historia coherente para un público global de alto ingreso.

Para el desarrollador, eso implica:

Invertir más por metro cuadrado en acabados, diseño y curaduría.
Menos metros rentables, pero mejor renta por metro y mejor cliente.
Pensar en el village como marca, no sólo como contenedor de marcas.

Geografía del nuevo lujo: Cabo, Riviera Maya, Punta Mita, Valle de Guadalupe

La decisión de Zimmermann abre una pista clara para el siguiente movimiento del capital y de las marcas:

Los Cabos: consolidado como hub de lujo, hospitality y turismo de alto ingreso.
Riviera Maya: enorme base hotelera y flujo internacional, lista para villages curados fuera del resort típico.
Punta Mita: destino boutique, con perfil perfecto para conceptos de lujo de baja escala.
Valle de Guadalupe: enoturismo, gastronomía y experiencias, terreno fértil para retail de destino vinculado a lifestyle.

En ese mapa, la ventaja no será del que construya más rápido, sino del que controle de forma inteligente:

Suelo estratégico en ubicaciones clave.
Permisos y alineación regulatoria para baja densidad y usos mixtos sofisticados.
La curaduría de mezcla comercial, arte, gastronomía y programación cultural que haga del proyecto un lugar, no un formato.

Quien entienda que el lujo ya no sigue al INEGI, sino al gasto en modo vacaciones, va a leer antes que otros dónde construir el próximo Ánima Village. El retail de alta gama ya eligió: menos metro cuadrado masivo, más destino, contexto y experiencia.