En la COP30, celebrada en Belém, Brasil, se destacaron los desafíos para escalar la innovación climática necesaria para cumplir con las metas del Acuerdo de París. Aunque los descubrimientos científicos para descarbonizar la economía global ya existen, el problema radica en la velocidad de implementación.
Las predicciones actuales indican un aumento de temperatura de entre 2.3 y 2.5 grados Celsius para 2100, superando el objetivo de 1.5 grados. A pesar de que 119 países actualizaron sus contribuciones nacionalmente determinadas, los obstáculos sistémicos impiden el avance: menos del 10% de los fondos de adaptación necesarios llegan a países de bajos ingresos, y las herramientas climáticas permanecen a pequeña escala debido a la falta de redes de apoyo e inversión.
Democratización del acceso a fondos
Las ideas innovadoras se mantienen pequeñas por la falta de inversiones adecuadas. El financiamiento climático necesita aumentar a $1.3 billones anuales para 2035. Las economías en desarrollo requieren entre $310 y $365 mil millones anuales, pero solo reciben $26 mil millones actualmente. Los proyectos viables, como cooperativas solares en África, enfrentan dificultades para atraer inversores.
Superar los silos mediante alianzas globales
La capacidad de implementación es desigual a nivel mundial. Iniciativas como plataformas de innovación transfronteriza o redes climáticas en línea, como la plataforma TanLIVE de Tencent, facilitan el acceso a soluciones climáticas, fondos y expertise.
Coordinación mejorada a través de plataformas
La urgencia del desafío climático requiere métodos de coordinación más eficientes. Plataformas compartidas permiten que organizaciones mantengan autonomía mientras colaboran para acelerar la implementación de soluciones probadas.
COP30 subrayó la necesidad de infraestructuras duraderas para la cooperación global, permitiendo que las soluciones climáticas se escalen a la velocidad que exige la ciencia. Esto requiere colaboración entre comunidades, gobiernos, empresas y universidades.
El progreso climático futuro dependerá de nuestra capacidad de escalar soluciones existentes a través de infraestructuras interconectadas y equitativas.