Los equipos financieros corporativos están dejando atrás la app de banco como “visor de saldos” para convertirla en un panel operativo. Un análisis reciente sobre el futuro del mobile banking corporativo hacia 2026 describe un salto hacia finanzas integradas, automatización e IA, gestión multi-entidad y pagos en tiempo real.
De la app del banco al “mando de control”
Los bancos que quieren seguir siendo relevantes para CFOs y tesoreros corporativos están rearmando su oferta en torno a tres ejes:
• Integración por APIs: iniciar pagos desde el ERP, ver flujos en tiempo real dentro del software contable, automatizar conciliaciones sin salir del entorno de trabajo.
• IA aplicada a caja: pronósticos de flujo, detección de anomalías, alertas de riesgo configurables, no solo notificaciones por saldo.
• Gestión multi-entidad y multimoneda: ver exposiciones consolidadas, asignar permisos por rol, y operar cuentas en distintas jurisdicciones desde una sola interfaz.
¿Qué cambia para el sector inmobiliario?
Para inmobiliarias, FIBRAs, REITs y fondos, esto se traduce en operaciones más finas:
• Cobranza de rentas y fees con menos fricción, integrando links de pago y conciliación automática en CRMs y sistemas de property management.
• Pagos a proveedores (obra, mantenimiento, servicios) con reglas por propiedad, proyecto o vehículo, y alertas cuando se rompen presupuestos.
• Gestión de liquidez por activo y por portafolio, clave cuando hay múltiples SPVs, estructuras cross-border o financiamiento sindicado.
La banca móvil corporativa deja de ser un “extra” y se vuelve parte de la infraestructura invisible que permite escalar portafolios sin multiplicar headcount administrativo.
Señal para bancos y fintechs
Para la banca que presta a real estate, el mensaje es simple: si tu solución móvil no lee la complejidad de un portafolio inmobiliario (entidades legales, monedas, plazos, covenants), ese cliente terminará complementándote con fintechs que sí lo hacen. Y cuando eso pasa, el siguiente paso es que también se lleven el crédito.